sábado, 6 de junio de 2020

LA CONDUCTA ENTRE LOS HERMANOS

Humildad, honestidad, estima, perdón


            No hay ninguna prueba en la Palabra de Dios que justifique una jerarquía entre los hermanos. Hay enseñanzas en cuanto a la consideración, respeto y estima a los ancianos y pastores que presiden, trabajan, cuidan y gobiernan bien, pero no se encuentra apoyo para sentar un señorío sobre las heredades del Señor. (1 Pedro 5:1-5; 1 Timoteo 5:17-20; 1 Tesalonicenses 5:12,13.


            Por eso, por muchas cosas dichas por el Señor en Mateo capítulo 18 sacamos un resumen de siete lecciones:

·  La humildad entre los hermanos: Así que, cualquiera que se humillare como este niño, éste es el mayor en el reino de los cielos, v. 4.

            La ansiosa codicia de mando y superioridad de los hombres sin Dios ha conducido a este pobre mundo a la ruina y al dolor con tantas guerras y odios. Las bastardas ambiciones de muchos hombres llamados cristianos es lo que ha hecho que la Iglesia pierda mucho de su poder y testimonio.

            El romanismo con sus concilios, Papas y Antipapas, introdujo la desmoralización que ha traído por resultado millones de profesantes nominales. Alexander Hamilton dijo: “Demasiado poder conduce al despotismo. La falta de suficiente poder conduce a la anarquía, y ambas cosas llevan eventualmente a la ruina del pueblo.”

            Siempre se han levantado “deotrofistas” en la Iglesia del Señor, y ese espíritu de mando desmedido ha fraccionado al pueblo del Señor en bandos y divisiones. “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? Codiciáis ... Pedís y no recibís.” (Santiago 4:1-4) El niño tierno se goza cuando los otros se gozan; le sobrecoge la tristeza si le falta el compañerismo.

·  La honestidad entre los hermanos: ¡Ay del mundo por los escándalos!; más ¡ay de aquel hombre por quien viene el escándalo! v. 7

            Sigue el Señor dándonos la regla para evitar el escándalo. Cortar la mano o el pie, o sacar el ojo; por ser la lengua un solo miembro, fue necesario dedicarle un capítulo aparte. Los tres miembros primeros acompañaron a Acán a escandalizar a Israel, y fue destruido. (Josué 7)

            El escándalo es la forma principal en que se manifiestan los que son probados. (1 Corintios 11:19) Dijo el Sabio: “Un pecador destruye mucho bien.” ¡Cuánto escándalo se hubiera evitado si el hermano o hermana hubiera cortado el miembro anticipadamente, o hubiere como a José en Egipto! Hay muchos que no aman la obra del Señor ni el alma de los inconversos; les importa poco raspar el fósforo que enciende el fuego del escándalo.

            “No sean avergonzados por mi causa los que te esperan, oh Señor Jehová de los ejércitos; no sean confusos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel!” (Salmo 69:6)

·  La estimación al hermano: Mirad no tengáis en poco a alguno de estos pequeños, v. 10

            Si tuviéramos siempre presente la medida para la redención: era “conforme el siclo del santuario ... ni el rico aumentará, ni el pobre disminuirá de medio siclo.” (Éxodo 30:12-16) La sangre del Señor no establece grados para la redención; la misma gracia es aplicada a todos. Al hermano más humilde, los ángeles la administran; Hebreos 1:14. “Que no tenga más alto concepto de sí ... más acomodándoos a los humildes.” (Romanos 12:3,16) Tampoco debemos dar lugar a la confianza carnal. Hay un dicho: “Donde empieza la familiaridad, termina la consideración.”

·  El arreglo con el hermano: Si tu hermano pecare contra ti, ve, y redargúyele, v.15

            No debe dar lugar al resentimiento. La franqueza es corona del valiente. Primero debe haber oración; luego debe haber valor moral para ir al hermano y pedirle una reparación. Si el hermano, aunque culpable, no quiere ceder, valgámonos de las demás providencias. Si tampoco cede, téngasele como pecador y publicano.

            Hay hermanos que están dispuestos a perder la razón con el fin de ver si ganan al hermano. Dios es el Juez. “Cristo no se agradó a sí mismo, antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperan cayeron sobre mí.” (Romanos 15:3)

·  La comunión con el hermano: Si dos de vosotros se convinieren en la tierra, de toda cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos, v.19

            Una de las más grandes preocupaciones del Señor durante su ministerio fue la unidad de su pueblo y la comunión hermanable. En el pueblo del Señor siempre hay la necesidad por la cual tenemos que rogar al Señor. Mucho más valor hay si los hermanos en unanimidad elevan sus oraciones al trono de la gracia. Los Hechos de los Apóstoles está lleno de estos ejemplos: 1:14,24, 2:42, 3:1, 4:24,31, 6:4, 8:15, 13:3.

·  La medida del perdón para el hermano: Jesús le dice: No te digo hasta siete, más aún hasta setenta veces siete, v. 22

            Sólo el Señor es que puede darnos la gracia suficiente para llegar a alcanzar esa medida, pues El rebasó esa medida. La enseñanza trata del perdón para el hermano. “Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8) La medida de los hombres se estira y se encoge, pero la medida del perdón es universal. “Perdonándoos los unos a los otros, como Dios os perdonó.” (Efesios 4:32)

·  La misericordia con el hermano: ¿No te convenía también a ti tener misericordia de tu consiervo, como también yo tuve misericordia de ti? v.31.

            La misericordia siempre está conectada con el consolar y levantar. ¿Cómo es que tan pronto aquel hermano se olvidó de la compasión y misericordia que su señor tuvo con él, y no usó misericordia con su consiervo? Así somos todos de corazón malo y engañoso.

            David usó misericordia con los que quedaron cansados en el torrente de Besor. Usó misericordia de Dios con Mephiboseth. (1 Samuel 21:25, 2 Samuel 9) Pero del Señor son las “entrañas de misericordia.” “Ve y haz tú lo mismo.”

José Naranjo

La Sana Doctrina (1958 a 1981)


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