Entonces
Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo
os envío. (Juan 20:21)
Jamás debiéramos
abandonar nuestro aposento sin antes haber divisado el rostro de nuestro amado
Maestro, Cristo Jesús, y haber comprendido que Él nos está enviando a cumplir
su voluntad, y a terminar el trabajo que nos tiene dispuesto. Aquel que dijo a
sus seguidores más cerca nos: Así como mi Padre me envió al mundo, os envió a
vosotros," nos dice lo mismo a cada uno de nosotros cuando la aurora nos
llama para iniciar un nuevo día. Debiéramos reconocer que Él nos envía en la
misma manera en que envía a los ángeles que "ejecuten sus órdenes escuchando
la voz de su palabra.” Existe un plan para el trabajo de cada día que Él nos
divulgará si miramos hacia Él; una misión que cumplir, un ministerio que
desempeñar; una lección que aprender, para que podamos “alcanzar a otros
también.
El Contendor por la Fe - Marzo-Abril-1970
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