domingo, 16 de mayo de 2021

MEDITACIÓN

 

LOS MALOS PENSAMIENTOS

La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12)

Que nadie crea que el Señor no conoce sus pensamientos. Él posee una ventana que da directamente al rincón más oculto de nuestra alma, una ventana sin persianas ni cortinas. Somos como una col­mena de cristal delante de Él, todo está delante de sus ojos. La Biblia dice: “El Seol y el Abadón están delante de Jehová; ¡Cuánto más los corazones de los hombres!” (Pr. 15:11).

Pero algunos dirán que no pueden evitar los malos pensamientos. Puede ser, pero el asunto es el siguiente: ¿los odiamos'? No pode­mos evitar que las aves vuelen por encima de nuestras cabezas, pero podemos evitar que aniden en nuestro cabello. Los pensamien­tos vanos golpearán a nuestra puerta, pero no debemos abrirles. Surgirán pensamientos pecaminosos, pero no debemos dejarlos gobernar. Quien saborea una y otra vez el mismo bocado, lo hace porque le gusta su sabor; y quien medita en algo malo, lo hace por­que le gusta y está dispuesto a cometerlo. Piensa en el diablo, y este aparecerá; dirige tus pensamientos al pecado, y tus manos pronto lo seguirán.

Los caracoles dejan su baba tras ellos, y así son los pensamientos vanos. Una flecha vuela por el aire sin dejar rastro, mientras que un mal pensamiento, como si se tratara de una serpiente, siempre deja su rastro. Donde hay mucho tránsito de malos pensamientos, allí habrá mucho barro y suciedad.

Una forma segura de evitar que haya paja en el almud es llenarlo de trigo; y para no dejar entrar pensamientos vanos, lo más sabio y prudente es tener nuestra mente llena de temas escogidos para meditar; es fácil encontrarlos y nunca deberíamos permitir que se agoten.

C. H. Spurgeon

El Señor está Cerca, 28 de agosto de 2020

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