Tenemos
que encontrar alimentos para permanecer vivos. ¡Tenemos que comer para vivir!
Las plantas preparan su propio alimento, pero el hombre, las hormigas y otras
criaturas tienen que recogerlo... También hay personas que pescan o que cazan
para proveer a los suyos de alimentos.
¿Cómo recogen sus
alimentos las hormigas?
Ellas
encuentran sus alimentos de diferentes maneras, así como los seres humanos.
Las
hormigas cosechadoras viven en áreas secas y arenosas. Salen una por una y
recogen semillas para el hormiguero. Otro tipo de hormigas no emplean semillas
para su alimentación, sino que recogen un jugo acuoso que se encuentra dentro
de un árbol o planta. Algunas protegen a un pequeño insecto llamado pulgón, de
manera que pueden recoger el líquido dulce que hacen los pulgones.
En Indonesia,
ciertas hormigas preparan cuidadosamente unos caminos a fin de recoger la
comida con mayor facilidad. Las obreras pasan mucho tiempo construyendo estas
carreteras de hormigas. Después de ser construidas, reciben cuidados regulares
y son mantenidas en buen estado…
La mayoría de las
hormigas que encuentran comida se apresuran a volver a casa a decírselo al
resto. A veces dejan un olor a lo largo del camino tocando el suelo con sus
cuerpos, según van avanzando. Ese olor sólo permanece unos minutos, y las
hormigas que están en el hormiguero pronto se lanzan en busca de la comida. El
olor parece comunicar a las hormigas cuántas son necesarias para el trabajo…
¿Cómo recogen el alimento los creyentes?
El Señor Jesucristo
se designó a sí mismo como el Verdadero Pan del cielo, Juan 6:32. Él es el Pan
de Vida, y no echará de sí a ninguna persona espiritualmente hambrienta que
acuda a Él, Juan 6:37,40.
Él nos ofrece: una
comida que permanece para siempre, Juan 6:27,47,51; un pan que satisface, Juan
6:35; pan vivo, Juan 6:51.
La gente
se ha reunido para escuchar la Palabra de Dios a lo largo de la historia. Dios
les dijo a los israelitas que leyeran su Palabra cuando se reunieran para
adorar, Deuteronomio 31:11. Esdras leyó la ley de Dios al pueblo en un lugar
público. Todos escucharon con suma atención, Nehemías 8:3…
Jesús se
levantó y leyó las Escrituras en voz alta durante su ministerio sobre la tierra
(Lucas 4:16). El apóstol Pablo envió instrucciones a los colosenses para que
leyeran la carta que les había enviado. Debía luego ser enviada a la iglesia
de Laodicea, y leída allí, Colosenses 4:16.
Podemos
aprender escuchando con cuidado cuando alguien lee la Palabra de Dios en
público. Siempre ha sido una manera importante de recoger alimento espiritual.
Podemos
tener alimento para nuestras almas recibiendo enseñanzas de hombres piadosos
que conocen la Palabra de Dios, y mediante la lectura y el estudio personal de
la Palabra de Dios cuando estamos a solas.
Lo que las hormigas
nos enseñan
La
hormiga tiene que recoger su alimento. La Palabra de Dios es nuestro alimento
espiritual. Dios lo ha provisto para nosotros, pero nosotros tenemos que tomarmos
el tiempo para recogerlo. Será un alimento que nos llene y que nos dé
satisfacción y gozo, Jeremías 15:16. Así como la hormiga guerrera no vuelve
cada día al mismo lugar en busca de alimento, también nosotros deberíamos leer
uno o varios capítulos diferentes de la Palabra de Dios, Nehemías 8:18.
Las
hormigas caminan frecuentemente a lo largo de algunos senderos hasta que hay
marcas permanentes en el camino. Nosotros necesitamos leer la Biblia y
proseguir leyéndola. Vendrá a formar una parte permanente de nuestras vidas
cuando la leamos con frecuencia y la obedezcamos.
Una hormiga no sigue
el sendero de otra especie de hormigas. Nosotros no debemos seguir a los
hombres, sino sólo a Cristo, Juan 10:27; 12:26.
Adela de Letkeman
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