domingo, 16 de mayo de 2021

BUSCANDO EL ALIMENTO DE MUCHAS MANERAS

 


Tenemos que encontrar alimentos para permanecer vivos. ¡Tenemos que comer para vivir! Las plantas preparan su propio ali­mento, pero el hombre, las hormigas y otras criaturas tienen que recogerlo... También hay personas que pes­can o que cazan para proveer a los suyos de alimentos.

¿Cómo recogen sus alimentos las hormigas?

Ellas encuentran sus alimentos de diferentes maneras, así como los seres humanos.

Las hormigas cosechadoras viven en áreas secas y arenosas. Salen una por una y recogen semillas para el hormiguero. Otro tipo de hormigas no emplean semillas para su alimentación, sino que recogen un jugo acuoso que se encuentra dentro de un árbol o planta. Algunas protegen a un pequeño insecto llamado pulgón, de manera que pueden recoger el líquido dulce que hacen los pulgones.

En Indonesia, ciertas hormigas preparan cuidadosamente unos caminos a fin de recoger la comida con mayor facilidad. Las obreras pasan mucho tiempo construyendo estas carreteras de hormigas. Después de ser construidas, reciben cuidados regulares y son man­tenidas en buen estado…

La mayoría de las hormigas que encuentran comida se apresu­ran a volver a casa a decírselo al resto. A veces dejan un olor a lo largo del camino tocando el suelo con sus cuerpos, según van avanzando. Ese olor sólo permanece unos minutos, y las hormigas que están en el hormiguero pronto se lanzan en busca de la co­mida. El olor parece comunicar a las hormigas cuántas son necesa­rias para el trabajo…

 

¿Cómo recogen el alimento los creyentes?

El Señor Jesucristo se designó a sí mismo como el Verdadero Pan del cielo, Juan 6:32. Él es el Pan de Vida, y no echará de sí a ninguna persona espiritualmente hambrienta que acuda a Él, Juan 6:37,40.

Él nos ofrece: una comida que permanece para siempre, Juan 6:27,47,51; un pan que satisface, Juan 6:35; pan vivo, Juan 6:51.

La gente se ha reunido para escuchar la Palabra de Dios a lo largo de la historia. Dios les dijo a los israelitas que leyeran su Pala­bra cuando se reunieran para adorar, Deuteronomio 31:11. Esdras leyó la ley de Dios al pueblo en un lugar público. Todos escucharon con suma atención, Nehemías 8:3…

Jesús se levantó y leyó las Escrituras en voz alta durante su ministerio sobre la tierra (Lucas 4:16). El apóstol Pablo envió instruc­ciones a los colosenses para que leyeran la carta que les había en­viado. Debía luego ser enviada a la iglesia de Laodicea, y leída allí, Colosenses 4:16.

Podemos aprender escuchando con cuidado cuando alguien lee la Palabra de Dios en público. Siempre ha sido una manera impor­tante de recoger alimento espiritual.

Podemos tener alimento para nuestras almas recibiendo en­señanzas de hombres piadosos que conocen la Palabra de Dios, y mediante la lectura y el estudio personal de la Palabra de Dios cuando estamos a solas.

 

Lo que las hormigas nos enseñan

            La hormiga tiene que recoger su alimento. La Palabra de Dios es nuestro alimento espiritual. Dios lo ha provisto para nosotros, pero nosotros tenemos que tomarmos el tiempo para recogerlo. Será un alimento que nos llene y que nos dé satisfacción y gozo, Jeremías 15:16. Así como la hormiga guerrera no vuelve cada día al mismo lugar en busca de alimento, también nosotros deberíamos leer uno o varios capítulos diferentes de la Palabra de Dios, Nehemías 8:18.

Las hormigas caminan frecuentemente a lo largo de algunos senderos hasta que hay marcas permanentes en el camino. Noso­tros necesitamos leer la Biblia y proseguir leyéndola. Vendrá a for­mar una parte permanente de nuestras vidas cuando la leamos con frecuencia y la obedezcamos.

Una hormiga no sigue el sendero de otra especie de hormigas. Nosotros no debemos seguir a los hombres, sino sólo a Cristo, Juan 10:27; 12:26.

Adela de Letkeman

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