domingo, 22 de agosto de 2021

LA NECESIDAD DE AGUA

 


¡Es una cosa seria no tener agua! Las hormigas viven casi en todas partes, incluyendo lugares desérticos. Sin embargo, ¡no viven en medio de un gran desierto donde no haya agua en abso­luto!

Saben que el agua es importante. Debido a esto, intentan man­tener húmedo el aire en el hormiguero... A las hormigas les gusta el aire húmedo porque hace del hormiguero un lugar cómodo para criar a sus pequeños. No pueden siempre lan­zarse a conseguir agua con rapidez, por lo que tienen cuidado al elegir el emplazamiento del hormiguero…

            Algunas hormigas subterráneas llamadas «hormigas madereras» […] salen temprano por la mañana y llevan gotitas de agua de rocío que han caído durante la noche. Llevan estas gotitas de agua a zonas del hormiguero que se están secando…

Las hormigas no son las únicas en saber que el agua es impor­tante. Cada ser vivo necesita agua para vivir. Las plantas, los ani­males y las personas ingieren alimentos y agua. […] Un cuerpo emplea el alimento para fortalecerse, para cre­cer y para repararse, pero sólo puede hacerlo cuando el alimento se mezcla con agua.

            El agua (1) Da vida, (2) Produce energía, (3) Arrastra y sustituye, (4) Refleja la luz y (5) Es tres en uno.

Alguien que acude a Dios por medio del Señor Jesucristo recibe la vida eterna. En aquel momento, el Espíritu Santo acude a vivir dentro de él, Juan 14:17. El Espíritu puede dar satisfacción al más profundo anhelo de una persona, y puede suplir un poder y fuerza continuados que nunca se agotan. Este suministro es como el agua de un manantial que sigue manando y subiendo de la tierra.

El Espíritu Santo nos enseña también una nueva manera de adorar cuando viene a vivir en nuestro interior. La mayor parte de las religiones tienen un santuario o un edificio donde adorar a Dios. Los que creen en el Dios vivo y verdadero no tienen que estar en una ciudad o en un edificio especiales donde adorar. Es más importante cómo adoran que dónde adoran. El Dios verdadero es espíritu, y cualquiera que le adore debe hacerlo mediante la ayuda de su Santo Espíritu, Juan 4:23,24. El Padre desea una verdadera adoración. Él no quiere palabras carentes de significado, sino cora­zones y bocas que le adoren y den honra por ser El quien es.

El Señor Jesús le enseñó a la mujer en el pozo acerca de un manantial de agua dadora de vida que ella podría tener en su inte­rior. Un tiempo después, les dijo a otros que los que tuvieran sed de cosas espirituales acudieran a Él y bebieran. Él les daría aguas vivificadoras que saltarían de dentro de ellos, Juan 7:37-39. Esto nos habla del Espíritu Santo que puede llenar y refrescar nuestros corazones hasta que se derrame en las vidas de otros.

            El Espíritu Santo: (1) Da vida (Juan 6:63), (2) Produce poder (He­chos 1:8; 1 Corintios 2:4; Romanos 8:26,27; Efesios 3:16). (3) Arrastra y sustituye (Gálatas 5:19-25; Romanos 8:5.) (4) Refleja la luz (2 Corintios 3:18) y (5) Tres en uno (Isaías 43:10b; 44:6, 1 Corintios 12:4-6, Génesis 1:26; 3:22; Isaías 6:8; Efesios 4:6; Juan 1:1,14; Colosenses 2:9; Hechos 5:3,4).

Así como las hormigas saben que el agua es importante, tam­bién todas las personas debieran saberlo. Este mundo es como un desierto espiritual. Un desierto necesita un suministro de agua más que cualquier otra cosa. Podemos disponer de una corriente de agua inagotable brotando dentro de nosotros y derramándose a otros cuando acudimos a Cristo. Cada persona que no tiene el agua vivificadora de la que habló Jesús está bajo la condenación de Dios, Juan 3:36. El agua es una sustancia vivificadora, pero sólo nos puede ayudar cuando estamos sedientos y la bebemos. ¡Necesi­tamos recibir el ofrecimiento de Dios de suministramos el agua de vida! Apocalipsis 22:17.

Adela de Letkeman,

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