domingo, 22 de agosto de 2021

MEDITACIÓN

 


Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación.

(2 Timoteo 3:15)


Usted no puede hacer que a sus hijos les guste la Biblia; nadie sino el Espíritu Santo puede darnos un corazón que se deleita en la Pala­bra. Pero usted puede familiarizarlos con la Escritura, más tenga por seguro que ellos no podrán estar familiarizados con este bendito Libro demasiado pronto o demasiado bien. Un conocimiento de la Biblia es el fundamento de toda visión clara de la religión. El que está bien fundamentado en esto no se encontrará, por lo general, vacilando y siendo arrastrado a “todo viento de doctrina” (Ef. 4:14). Cualquier sistema de crianza que no tenga el conocimiento de la Escritura como asunto primordial es inseguro y poco sólido.

Necesitamos ser cuidadosos en esto, ya que el diablo está alrede­dor y los errores abundan. Algunos le dan a la Iglesia el honor que le corresponde a Jesucristo; otros hacen sacramentos para que sean un pasaporte a la vida eterna; otros honran un catequismo más que a la Biblia o llenan las mentes de sus hijos con libros de historias y cuentitos sin valor. Pero si usted ama a sus hijos, deje que la Biblia sea todo en la formación de sus almas; y deje que todos los otros libros bajen y tomen un lugar secundario.

Asegúrese que sus hijos la lean reverentemente; entrénelos para que la inquieran, no como palabra de hombres, sino como la Pala­bra de Dios, escrita por el mismo Espíritu Santo; toda verdad, toda provechosa y capaz de hacernos sabios para la salvación. Vele para que sea leída regularmente. Entrénelos para que la conside­ren como el alimento diario de sus corazones; como algo esencial para la salud de sus almas; cerciórese que la lean por completo. No necesita dejar de presentarles cualquier doctrina bíblica: los niños entienden mucho más de la Biblia de lo que suponemos.

Hábleles del Señor Jesucristo y de su obra consumada: la expia­ción, la cruz, la sangre, el sacrificio. Llene sus mentes con la Escri­tura. Deles la Biblia, toda la Biblia, incluso cuando ya son jóvenes.

J. C. Ryle

Devocional “El Señor está cerca”, 2020

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