El huerto de la
hormiga crece muy rápidamente, pero también crecen rápido las malas hierbas.
Las malas hierbas son introducidas cuando las obreras traen sus hojas cada día.
Una por una, las malas hierbas tienen que ser arrancadas de entre las plantas.
Las diminutas hortelanas subterráneas llevan a cabo esta labor con sus bocas.
Son muy cuidadosas para que no queden hierbas malas en el huerto, que lo
podrían destruir. También recortan o podan su huerto para que crezca mejor. A
veces los investigadores han sacado las hormigas fuera de su nido para ver qué
sucedería con sus huertos. En poco tiempo los huertos quedan llenos de malas
hierbas.
El
alimento que las hormigas crían se parece a un hongo. En la parte superior de
cada tallo se encuentra una pequeña bola redonda. Esta bola redonda es la
parte que las hormigas arrancan para comer. Es un alimento que tiene buen sabor
y es muy sano. (Contiene vitaminas, proteínas y azúcares.) Las obreras comen
estas pequeñas bolas de los hongos y también alimentan con las mismas a la
reina y a las larvas. También hubo investigadores que han tratado de cultivar
este alimento de hormigas. Han logrado hacer crecer las plantas, pero las
pequeñas bolas de los hongos sólo crecen cuando son las hormigas las que cuidan
de los mismos.
Un huerto
necesita ser cuidado con esmero si se quieren cultivar buenas frutas y
hortalizas. Las hormigas son excelentes hortelanas porque se cuidan de su
huerto, matan las malas hierbas y podan las plantas cuando lo necesitan ... y
al final consiguen grandes cantidades de buenos alimentos.
En Juan
15:1-17 se menciona otra clase de huerto, un viñedo. El labrador es Dios Padre.
Juan se refiere a una vid que crece en este viñedo, y esta vid es una imagen
del Señor Jesucristo.
El
Horticultor Celestial poda su huerto… Él corta las ramas inútiles y mantiene
limpia la vid. Lo hace para mostrar a las ramas hacia qué dirección deben
crecer, y para cambiarlas de manera que crezcan a su manera y no a la de ellas.
[…]
Un buen
horticultor sabe antes de podar cómo quiere que crezcan las ramas. Los
horticultores humanos practican frecuentemente la poda hasta que aprenden a
hacerlo bien, pero nuestro Horticultor Celestial no necesita práctica. ¡Él sabe
cómo podar! El conoce la vid y las ramas, y sabe cómo crecerá cada rama después
de haber sido podada. […]
La poda
nos habla de cómo Dios corrige cosas en nuestras vidas. Dios puede enseñamos en
tiempos de prueba a dejar de hacer cosas inútiles o innecesarias. David dijo
que la disciplina de Dios le fue útil porque le enseñó a aprender a obedecer,
Salmo 119:67.
El Horticultor Celestial que poda y
corrige, también «ama», Hebreos 12:6; Juan 15:9. Es bueno saber que alguien
nos ama cuando estamos sufriendo. El Señor Jesús dice que Él nos ama de la
misma manera que el Padre le ama a Él. Él quiere que permanezcamos cerca de Él
y que gocemos de su amor…
¿Qué clase de fruto deberíamos tener en nuestras vidas? Deberíamos tener el «fruto del Espíritu». La Biblia dice que el verdadero fruto espiritual [en] Gálatas 5:22,23. El fruto no maduro es generalmente agrio, pero el fruto maduro es dulce al paladar. Las personas maduras en las cosas de Dios serán conocidas por su dulzura. Un falso maestro no tendrá el dulce fruto del Espíritu en su vida. Podemos distinguir entre un maestro verdadero y uno falso observando cómo viven, Mateo 7:15-20.
Adela de
Letkeman, Cap. 13, Las asombrosas hormigas
No hay comentarios:
Publicar un comentario