por Fred Wurst
1. Si alguien le preguntara por qué puede
usted asumir la responsabilidad de negar a un compañero creyente el privilegio
de la Mesa del Señor, hasta que usted juzgue que él merece ocupar su sitio
allí, ¿qué respuesta daría usted?
àEn esta
época de tibieza laodiceana, que es lo que caracteriza a lo que profesa ser la
Asamblea cristiana, no podemos asumir la responsabilidad de recibir a uno que
profesa ser un creyente, a la Mesa del Señor, a menos que tengamos alguna
evidencia de que es salvo y que desea sujetarse a la Palabra de Dios. Debemos
ser tan amplios como para incluir a cada miembro del Cuerpo de Cristo que la
Escritura incluya, y tan estrechos como para excluir a todo aquel que la
Escritura excluya.
2. Diga por qué
usted no podría estar identificado con una denominación de cristianos y
obedecer al mismo tiempo la Palabra de Dios.
àPorque la
idea misma de una denominación demuestra que no están basados en el principio
de un Cuerpo de Cristo (Ef 4:4), que no se reúnen al
Nombre de Cristo solamente (Mt 18:20), y que han substituido el orden de Dios
por el orden de los hombres según éste consta en la Biblia.
3. ¿Hay fallas en
aquellos que profesan seguir el orden de Dios según lo estatuido en la Biblia?
y ¿qué hace usted en ese caso?
àHay
grandes fallas y mucha flaqueza. Nunca debemos excusar nuestras fallas y
nuestros pecados, antes avergonzarnos de éstos, debemos juzgarnos delante de Dios
por nuestros errores y clamar a Él por ayuda. Sin embargo, el hecho de que haya
fallas entre nosotros no justifica que suplantemos la Palabra de Dios por los
métodos humanos, los cuales son contrarios a los métodos de Dios (Dn 9:3- 19;
Esd 9:5-15; Neh 1:5-15; 9:1-6).
4. ¿Qué ha de hacer el cristiano al hallarse
entre otros cristianos, que rehúsan juzgar algún mal de carácter fundamental
que exista en medio de ellos?
à«Apártese
de iniquidad todo aquel que invoca el Nombre de Cristo» (2 Ti 2:19).
5. ¿Cuál es la Casa de Dios mencionada en 1
Ti 3:15?
àLa Casa
de Dios mencionada en 1 Ti 3:15 es «la Asamblea del Dios viviente».
6. ¿Qué ha venido a
ser esta Casa?
àA través
de la recepción en comunión de personas inconversas, se ha convertido en «una
casa grande» (2 Ti 2:20). Esta casa grande es lo que constituye la cristiandad,
en la cual aquellos que son salvos y los que no lo son, se juntan en la
profesión de cristianismo.
7. Como quiera que
todos los creyentes se hallan en esta casa grande, ¿qué se hace necesario que
uno haga si desea ser un vaso de honra santificado y útil para el uso del Señor
y apto para toda buena obra?
àLimpiarse
de los vasos para deshonra (2 Ti 2:20, 21).
8. Si un creyente se
limpia a sí mismo de los vasos para deshonra, ¿debe quedarse solo y rehusar la
comunión con otros creyentes?
àNo debe
quedarse solo. Debe seguir «la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que
de corazón limpio invocan al Señor» (2 Ti 2:22).
9. ¿Cuál debe ser la
actitud de uno que ama al Señor en estos tiempos de indiferencia a la Palabra
de Dios?
àDebe desear, con la ayuda del Señor, sujetarse a la Palabra de Dios, conforme a la luz que Él le da. Luego debe procurar la comunión con otros cristianos que demuestren que ellos también desean someterse a la obediencia de la Palabra de Dios.
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