miércoles, 23 de febrero de 2022

Disfrute su Biblia (2)

 Las tres Bases del Estudio Bíblico

William Macdonald


Las escuelas comunes, tradicionalmente se basan en tres fun­damentos: “Lectura”, “Escritura”, y “Reflexión”. Todo lo demás está basado, por lo menos en parte, en estos fundamentos.

En el estudio bíblico también existen algunas bases que necesitan mantenerse siempre en mente.

LECTURA

Charles Shultz, el talentoso creador de Snoopy, Charlie Brown, Lucy, Linus Van Pelt, y toda la pandilla, creó también un libro de caricaturas de jóvenes de iglesia, con el formato de una reunión típica de jóvenes. Se llama Pilares Jóvenes. Una de las historietas muestra a una adolescente hablando por teléfono, que aparenta decirle a su amiga: “Empecé a descubrir el misterio del Antiguo Testamento - acabo de comenzar a leerlo.”

Es sorprendente cómo hay tantos creyentes que leen libros sobre la Biblia - comentarios, estudios de la palabra, dicciona­rios, sermones, libros geográficos, etc. —, pero pasan muy poco tiempo en el propio texto sagrado. De todos modos, use estas y otras muy buenas ayudas bíblicas, pero recuerde que eso es todo lo que son — ayudas.

Algunos granjeros y otros obreros cristianos muy trabajado­res que tienen poco tiempo para un extenso peritaje bibliográfi­co, conocen muy bien sus Biblias. ¿Por qué? Porque la leen una y otra y otra vez.

Es recomendable usar un programa de lectura que cubra toda la Biblia, ya sea que tome un año o tres, o tanto como sea necesario. Parte de esta lectura, por supuesto, debería ser estric­tamente devocional - para poder satisfacer sus propias necesida­des espirituales. No esté siempre estudiando. Aun su lectura no estudiada, con el tiempo surtirá efecto en el campo del conoci­miento y entendimiento bíblico. Cuando usted lea en su tiem­po devocional, no ‘deje su cerebro en el guardarropa’, de esa forma no saldrá con doctrinas extrañas que no tienen nada que ver con las buenas enseñanzas.

ESCRITURA

Siempre tenga un lápiz o bolígrafo a mano cuando esté leyendo la Biblia. Aun cuando sea en su tiempo devocional, es aconsejable que escriba la fecha de la lectura, frases subrayadas, y pensamientos que se hayan despertado.

Hay personas que compran Biblias de margen ancho y (¡con suerte!) escriben prolijamente sus comentarios en el margen.

Otros prefieren tener un cuaderno de estudio bíblico para sus pensamientos, preguntas, problemas, soluciones, referencias cruzadas, etc. Si usted no registra las piedras preciosas que encuentra, se olvidará de la mayoría de ellas. Compartirlas con alguien más en el correr del día también ayuda a fijar las ideas en su mente. “Verbalizar” sus pensamientos — el sentido de las palabras — ayuda a recordarlas más fácilmente.

REFLEXIÓN

Una tercera parte importante en el estudio bíblico es la reflexión respecto a lo que ha leído y escrito. A esto también se le llama meditación. En el lenguaje original del Antiguo Testamento, la palabra meditar se refiere a rumiar, de la misma manera que hace una vaca al masticar el bolo. Una de las razones por la que las falsas sectas orientales que promueven tipos de meditación no cristiana tienen éxito en la sociedad occidental es que los creyentes no meditan en la Palabra de Dios: leyendo, releyendo, reflexionando y repasando sus palabras e ideas mien­tras caminan, conducen, o se sientan tranquilamente en su casa, su jardín, o en grandes espacios abiertos.

En Lucas 21:14, nuestro Señor dijo que Sus testigos no necesitarían premeditar (promeletao) lo que dirían al ser juz­gados por el crimen de ser Sus seguidores.

Pero el apóstol Pablo le aconsejó a Timoteo que meditara (la misma palabra meletao sin el prefijo pro). La idea en este caso es tener cuidado a la hora de practicar algo.

Si todos los cristianos (¡o la mayoría!) que estudian la Palabra de Dios practicaran regularmente las bases del estudio bíblico: Lectura, escritura, y reflexión, ¡qué gran diferencia harían en nuestras iglesias bíblicamente ignorantes!

Disfrute su Biblia, cap. II.

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