Las tres Bases del Estudio Bíblico
William Macdonald
Las
escuelas comunes, tradicionalmente se basan en tres fundamentos: “Lectura”,
“Escritura”, y “Reflexión”. Todo lo demás está basado, por lo menos en parte,
en estos fundamentos.
En
el estudio bíblico también existen algunas bases que necesitan mantenerse
siempre en mente.
Charles
Shultz, el talentoso creador de Snoopy, Charlie Brown, Lucy, Linus Van Pelt, y
toda la pandilla, creó también un libro de caricaturas de jóvenes de iglesia,
con el formato de una reunión típica de jóvenes. Se llama Pilares Jóvenes. Una
de las historietas muestra a una adolescente hablando por teléfono, que
aparenta decirle a su amiga: “Empecé a descubrir el misterio del Antiguo
Testamento - acabo de comenzar a leerlo.”
Es
sorprendente cómo hay tantos creyentes que leen libros sobre la Biblia -
comentarios, estudios de la palabra, diccionarios, sermones, libros
geográficos, etc. —, pero pasan muy poco tiempo en el propio texto sagrado. De
todos modos, use estas y otras muy buenas ayudas bíblicas, pero recuerde que
eso es todo lo que son — ayudas.
Algunos
granjeros y otros obreros cristianos muy trabajadores que tienen poco tiempo
para un extenso peritaje bibliográfico, conocen muy bien sus Biblias. ¿Por
qué? Porque la leen una y otra y otra vez.
Es
recomendable usar un programa de lectura que cubra toda la Biblia, ya sea que
tome un año o tres, o tanto como sea necesario. Parte de esta lectura, por
supuesto, debería ser estrictamente devocional - para poder satisfacer sus
propias necesidades espirituales. No esté siempre estudiando. Aun su lectura
no estudiada, con el tiempo surtirá efecto en el campo del conocimiento y
entendimiento bíblico. Cuando usted lea en su tiempo devocional, no ‘deje su
cerebro en el guardarropa’, de esa forma no saldrá con doctrinas extrañas que
no tienen nada que ver con las buenas enseñanzas.
Siempre
tenga un lápiz o bolígrafo a mano cuando esté leyendo la Biblia. Aun cuando sea
en su tiempo devocional, es aconsejable que escriba la fecha de la lectura, frases
subrayadas, y pensamientos que se hayan despertado.
Hay
personas que compran Biblias de margen ancho y (¡con suerte!) escriben
prolijamente sus comentarios en el margen.
Otros
prefieren tener un cuaderno de estudio bíblico para sus pensamientos, preguntas,
problemas, soluciones, referencias cruzadas, etc. Si usted no registra las
piedras preciosas que encuentra, se olvidará de la mayoría de ellas.
Compartirlas con alguien más en el correr del día también ayuda a fijar las
ideas en su mente. “Verbalizar” sus pensamientos — el sentido de las palabras —
ayuda a recordarlas más fácilmente.
REFLEXIÓN
Una
tercera parte importante en el estudio bíblico es la reflexión respecto a lo
que ha leído y escrito. A esto también se le llama meditación. En el lenguaje original
del Antiguo Testamento, la palabra meditar se refiere a rumiar, de la misma
manera que hace una vaca al masticar el bolo. Una de las razones por la que las
falsas sectas orientales que promueven tipos de meditación no cristiana tienen
éxito en la sociedad occidental es que los creyentes no meditan en la Palabra
de Dios: leyendo, releyendo, reflexionando y repasando sus palabras e ideas
mientras caminan, conducen, o se sientan tranquilamente en su casa, su jardín,
o en grandes espacios abiertos.
En
Lucas 21:14, nuestro Señor dijo que Sus testigos no necesitarían premeditar (promeletao)
lo que dirían al ser juzgados por el crimen de ser Sus seguidores.
Pero
el apóstol Pablo le aconsejó a Timoteo que meditara (la misma palabra meletao
sin el prefijo pro). La idea en este caso es tener cuidado a la hora de
practicar algo.
Si
todos los cristianos (¡o la mayoría!) que estudian la Palabra de Dios
practicaran regularmente las bases del estudio bíblico: Lectura, escritura, y
reflexión, ¡qué gran diferencia harían en nuestras iglesias bíblicamente
ignorantes!
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