1. ¿Cuál es la diferencia entre la clase
de sacrificios que los sacerdotes de Israel ofrecían y la clase que ofrecen hoy
los creyentes, que constituyen el sacerdocio de Dios en la actualidad?
àLos
sacerdotes en Israel ofrecían a Dios sacrificios de Animales. Los creyentes (el
sacerdocio de Dios hoy) ofrecen al presente sacrificios espirituales,
agradables a Dios por Jesucristo, así como también, dones materiales (1 P 2:5;
He 13:15, 16).
2. Se ha dicho que «la adoración es el
resultado del ejercicio del sacerdocio santo; y el ministerio es el ejercicio
de los dones que el Señor ha dado a Sus siervos. La adoración procede del alma
hacia Dios. El ministerio procede de Dios hacia el alma. Los sacerdotes santos
han de ofrecer sacrificios espirituales». ¿Qué sucede cuando los creyentes no
están ejerciendo su sacerdocio santo?
àHay
una pobreza de adoración a Dios, viéndose así privado de la porción a Él
debida. También hay en el alma una ausencia de aquel gozo que se sentiría si
los creyentes estuviesen ejerciendo su sacerdocio como debieran.
3. ¿Qué cree usted de un creyente que se
ausente voluntariamente de la Mesa del Señor para sevir al Señor en alguna otra
parte?
àEl
Señor no exige del creyente que ejecute a un tiempo dos cosas que conflijan la
una con la otra. El Día del Señor es mejor acudir a la cita que tenemos con Él
para recordarle en Su muerte.
4. ¿Se preocupa el Padre por hallar
verdaderos adoradores?
àSí,
el Padre está buscando adoradores verdaderos (Jn 4:23).
5. ¿Cómo dijo el Señor Jesucristo que
debe ser adorado Dios?
à«En
Espíritu y en verdad» (Jn 4:24).
6. ¿Cuál es el poder
para la adoración cristiana?
àEl
Espíritu de Dios. En Fil 3:3 leemos: «Porque nosotros somos la circuncisión,
los que en Espíritu servimos a Dios, y nos gloriamos en Cristo Jesús, no
teniendo confianza en la carne».
7. ¿Cuándo está el
creyente mejor preparado para dar a Dios el culto que Él merece y a los hombres
el ministerio que necesitan?
àCuando
su corazón esté tan lleno de Cristo que «su copa esté rebosando».
8. Cite un versículo en
Mt 23, el cual demuestra que el Señor no desea que Su pueblo se divida en
clases.
àMt
23:8: «Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro
Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos».
9. ¿Quién es la fuente
de todo ministerio cristiano verdadero?
àEl Cristo glorificado y ascendido
al cielo, la Cabeza de la Asamblea, es la fuente de todo ministerio cristiano
verdadero (Ef 4:7).
Fred Wurst
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