domingo, 29 de enero de 2023

EL PROFETA JOEL (2)

 


por Arno Gaebelein

I. LA PLAGA DE LANGOSTAS

CAPITULO 1


1.   El llamado del profeta (1:1-4)

Vv. 1-4. El profeta anuncia que es la palabra de Jehová la que él expresa, la que vino a él. Los vv. 2 y 3 son una introducción a la descripción que sigue a la gran calamidad que ha caído sobre la tierra. Esta es la forma de un llamado. Lo que ha ocurrido a la tierra es de tal terrible carácter que no tenía precedentes. La visitación de la tierra por la plaga de langostas debe ser relatada a generaciones futuras, porque hay un gran significado profético ligado a las langostas, que se señalará después. El v.4 lo traducimos en una forma propia, dejando las palabras de los insectos destructores sin traducir. Lo que el gazam, dejó, el arbeh ha devorado; y lo que el arbeh dejó, el jelek lo devoró; y lo que el jelek dejó, el chasel lo devoró.

Dejamos las palabras hebreas sin traducir porque no expresan insectos de diferentes especies; tenemos aquí a un solo insecto, la langosta, en una cuádruple etapa. Gazam significa "morder," arbeh "ser muchos;" este es el nombre común de las langostas a causa de sus hábitos migratorios. Jelek "lamer," y chasel significa "devorar o consumir." La langosta pasa a través de una cuádruple etapa en su desarrollo hasta su pleno crecimiento. Primero, tenemos a la langosta mordiendo, cuando es primeramente incubada, después obtiene sus alas y vuela; después de eso comienza su obra destructiva por lamer todo lo que encuentra, y finalmente ésta alcanza su pleno crecimiento y devora todo a su paso. (Muchas locas aplicaciones se han hecho sobre estas langostas, una de las más ridículas es hecha por una cierta muje sanadora en su libro "Perdido y Restaurado")

La plaga de langostas que desoló la tierra de Israel fue un juicio de Jehová. Este fue uno de los juicios que Dios envió sobre Egipto, y Moisés había proféticamente anunciado que Dios lo usaría para castigar a su pueblo (ver Dt. 28:38,42)

Pero estas langostas literales que cayeron sobre la tierra y destruyeron en un breve tiempo toda vegetación, son simbólicas de otras agencias que han de ser usadas en la historia futura de Israel para traer el juicio sobre la tierra y el pueblo. Ellas tipifican a los ejércitos gentiles, como se declara en el cap.2, donde Jehová las llama "mi gran ejército."

Aquí indudablemente tenemos una predicción profética futura en cuanto a la tierra. De la profecía de Daniel aprendemos dos veces que cuatro poderes del mundo subyugarían a Israel y desolarían la tierra: Babilonia, Medo-persa, Greco- Macedonio, y Roma. Zacarías, también, en una de sus visiones de noche, veía cuatro cuernos, y estos cuatro cuernos dispersaron a Judá y Jerusalén. Vemos, por tanto, en las langostas, primero, las langostas literales que destruyeron toda vegetación en el tiempo que vivió Joel, y estas langostas simbólicas de juicio futuros que serán ejecutados sobre la tierra y las naciones por los proféticamente anunciados poderes del mundo. El final de "los tiempos de los gentiles," durante los cuales Jerusalén es pisoteada, la invasión final de la tierra tiene lugar; es esto lo que se describe en el cap.

 

2.   El llamado a los borrachos (1:5-7)

Vv.5-7. La primera multitud probablemente ha aparecido en la caída; solo que las viñas aún no habían sido segadas. Estas atacaron las viñas y rápidamente las vides y sus uvas desaparecieron bajo su furioso ataque. Los bebedores de vino debían por tanto sufrir primero. Había mucha borrachera entre el pueblo de Dios, especialmente en los días de su prosperidad, esto puede verse por Amós 6:1-6, Isa. 5.11; 24:7-9; 28:7, etc. En el v. 6 las langostas son descritas como una nación, poderosa y sin número, con dientes de leones. Esto confirma la aplicación típica a las naciones gentiles de futuro que devastarán la tierra. Ver, además, Núm. 13:33; Isa. 40:22 y Jer. 51:14, donde se hace la misma comparación.

 

3.   El llamado al pueblo y sacerdotes (1:8-14)

Vv. 8-14. A causa del gran desastre el pueblo es llamado a lamentarse y vestirse de cilicio. "lamentaos como una virgen, ceñida de cilicio, por el marido de su juventud." Esta es una significativa expresión. Israel en sus relaciones con Jehová es aquí indicado. Se nos recuerda Isa. 3.26 concerniente a Jerusalén. Y sus puertas lamentarán. Y ella, estando desolada, se sentará en tierra;" e Isa. 54:6, "Porque Jehová te ha llamado como mujer abandonada y entristecida en espíritu, y como una esposa de juventud, cuando tú fuiste rechazada, dice tu Dios." Tan grande era el estrago producido que las ofrendas de comida y bebida fueron cortadas de la casa de Jehová de manera que los sacerdotes se lamentaban, los siervos de Jehová. Este era su lúgubre canto.

Desolado está el campo.

En lamento está la tierra,

Porque desolado ha sido el grano,

La nueva vid se ha secado,

Y falta el aceite

 

Esto es seguido por el llamado a los labradores y viñadores a lamentarse. Toda la siega se ha perdido, y además la falta de la vid, la higuera, los otros árboles son también mencionados, si "todos los árboles del campo se han secado." A causa de la severidad de esta visitación el gozo ha abandonado a los hijos de los hombres.

Entonces viene un definitivo llamado a los sacerdotes a lamentarse y clamar a Jehová y a santificar ayuno (vv. 13-14). Pero no hay registro de una respuesta. Al final de este capítulo solo el profeta levanta su voz a Jehová. Aprenderemos por el cap.2 el tiempo de arrepentimiento nacional.

 

4.   El día del Señor y el sufrimiento de la tierra (1:15-18)

Vv. 15-18. Por primera vez encontramos el día del Señor (Yom Jehová), esa frase usada frecuentemente en todos los libros proféticos. El v. 15 es una exclamación del profeta ante su visión, antes que ese día aparezca. En medio de la misteriosa descripción de la calamidad, presente en el día de Joel, él ve un juicio mayor acercándose. Este es el mismo día que él contempla con los otros profetas; cada vez que Joel usa esta expresión significa el futuro día del Señor, aun acercándose. Puede tenerse en cuenta que los cinco pasajes en Joel en que el "día del Señor" es mencionado, estos son progresivos.

Para un estudio comparativo de esta importante frase citamos los principales pasajes de los diferentes profetas.

Isaías. La frase "en ese día" se encuentra muchas veces en este libro. Mencionamos 2:2-210-22; 13:6-13. La gran predicción de gloria de Isaías 54, 60,61 y 62, todas se relacionan con este día. Jeremías. Él también habla de ese día (cap. 25:30-33; 30:18-24). Ezequiel. Cap. 7 y 8. Desde los capítulos 37-38 tenemos el registro de grandes eventos de juicio y bendición que ocurrirán en conexión con ese día. Mientras Daniel no usa en su libro la frase "día del Señor" casi todas sus grandes profecías están conectadas con ese día. Este es el día que la piedra no cortada con manos hiere a la gran imagen, que representa el tiempo de los gentiles, y la demuele; el día en el cual "el Hijo del hombre" viene en las nubes del cielo para recibir Su reino. Oseas señala a ese día en los cap. 2 y 3, como también en el último capítulo.  Amós da testimonio de éste en los cap. 1:2; 6:3; 9:12,15.  Abdías, que vivió casi en el mismo tiempo de Joel, habla de ese día en el v.15 de su breve profecía. Miqueas en su profecía se refiere a esto en el cap.5:15. En Nahum el día es descrito en el cual el Señor tratará en juicio con las malas ciudades del mundo (ver cap. 1:1-9). El cap. 3 de Habacuc revela ese día. Sofonías tiene una gran parte que decir acerca de ese día que mencionan los libros proféticos anteriores (cap. 1:14-18; 2 y 3). Hageo da testimonio a éste en el cap. 2:6-7. (Compare con Heb. 12:26-29) Zacarías usa la frase "en ese día" muchas veces, especialmente en los tres últimos capítulos. Malaquías revela ese día en los cap. 3:1-3 y 4:1-3.

Aprendemos de todo esto el lugar prominente que ocupa el día del Señor en las profecías. Esto debe ser así, porque este es el día de manifestación y consumación. Joel ve aquí por primera vez este día.

A esto sigue una descripción adicional de la gran calamidad que vino sobre la tierra en días de Joel (vv. 16-18).

 

5.   La oración del profeta (1: 19-20)

Vv.19-20. Joel, como todos los otros profetas, fue un hombre de oración. No se hace ninguna otra mención por el profeta concerniente a sí mismo, pero esta breve palabra es suficiente para darnos un vistazo de su vida interior y confianza en Jehová. Él clamó a Jehová en su gran angustia.

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