domingo, 16 de abril de 2023

Disfrute su Biblia (16)

 TRES CLAVES IMPORTANTES

William Macdonald

ISRAEL Y LA IGLESIA

En este último capítulo me gustaría enfocarme en lo que con­sidero las tres claves más importantes para el correcto entendi­miento de las Escrituras. Estas son: La diferencia entre Israel y la iglesia; las dispensaciones; y la interpretación literal de la Biblia.

Una de las claves más importantes para entender correcta­mente la Biblia es la distinción entre Israel y la iglesia. Dejar de reconocer dicha diferencia lleva a todo tipo de contradicciones y confusión.

En 1 Corintios 10:32, Pablo separa a la raza humana en judíos, gentiles, y la iglesia de Dios. Claramente separa al judío (incrédulo) y a la iglesia. Santiago también marca una línea entre la iglesia e Israel en Hechos 15 (la iglesia — un pueblo para su nombre, v. 14; Israel — el tabernáculo reedificado de David, v. 16).

Israel era el pueblo terrenal escogido por Dios. La nación comenzó con Abraham (Gén. 12), y uno era parte de la misma mediante el nacimiento natural. A causa de su incredulidad, Israel fue apartado por Dios por un tiempo (Rom. 11: 15a).

La iglesia es el pueblo celestial escogido por Dios (1 Ped. 2:9). Comenzó el día de Pentecostés y uno es parte de la misma por el nuevo nacimiento. No es una continuación de Israel sino una sociedad completamente nueva, una que nunca había exis­tido antes. Cuando el Señor Jesús estuvo en la tierra, habló de Su Iglesia en futuro (“Edificaré mi iglesia”, Mt. 16:18). En el tiempo que Pablo escribió su primera carta a los Corintios, la iglesia ya había sido formada (1 Cor. 12:13).

El sacerdocio de Israel estaba confinado exclusivamente a una tribu, la de Leví (Deut. 18:1, 5), y a una familia, la de Aarón (Éx. 28:1). En la iglesia todos los creyentes son sacerdo­tes - tanto santos como reales (1 Ped. 2:19; Heb. 10:19-22).

“Israel” no fue un “misterio”, es decir, una verdad descono­cida para el hombre, imposible de conocer excepto mediante revelación divina, pero que ahora es dada a conocer a los hijos de los hombres. La iglesia es un misterio, un plan secreto que no se menciona en el Antiguo Testamento pero que es dada a cono­cer por los apóstoles y los profetas de la era neotestamentaria (Ef. 3:5, 9; Col. 1:25-26; Rom. 16:25-26).

Estando bajo la ley, era preciso marcar una estricta separación entre judíos y gentiles. Los gentiles eran los que no tenían Mesías, forasteros en la comunidad de Israel, ajenos a los pactos de promesa, sin esperanza y sin Dios (Ef. 2:12). En la iglesia, el creyente judío y el creyente gentil son como uno solo en Cristo (Ef. 2:13-17). Son compañe­ros, coherederos, comparten la promesa de Dios en Cristo a través del evangelio (Ef. 3:6). Tal unidad era impensable en el Antiguo Testamento.

Aunque los creyentes judíos que estaban bajo el antiguo pacto tenían una esperanza celestial, las bendiciones prometidas a ellos eran mayormente bendiciones materiales en lugares terre­nales (vea, por ejemplo, Deut. 7:12-16; 8:79; 28:1-14). Los miembros de la iglesia son bendecidos con toda bendición espi­ritual en los lugares celestiales (Ef. 1:3)

Israel continuará en la tierra hasta la culminación del reina­do de Cristo, cuando los nuevos cielos y la nueva tierra sean establecidos. La iglesia continuará en la tierra hasta el rapto, cuando Cristo venga y lleve a Sus miembros a la casa del Padre (Jn. 14:13; 1 Tes. 4:13-18).

Existen muchos otros contrastes entre Israel y la iglesia, pero estos son suficientes para mostrar que nunca deberían confundirse.

Hay uno o dos versículos que han sido usados para sugerir la identidad de Israel y la iglesia, por tanto, agregaremos los siguientes comentarios.

En Gálatas 6:16, Pablo dice,

A todos los que anden conforme a esta regla (es

decir, la regla de la nueva creación en el v. 15), paz y mise­ricordia sea a ellos, y al Israel de Dios.13

En este pasaje los judíos creyentes son señalados como con­traste de aquellos falsos maestros que estaban intentando mez­clar la ley y la gracia para justificarse. Los falsos maestros afirma­ban ser los verdaderos israelitas, pero el apóstol dice, “No es así. Los verdaderos israelitas son aquellos judíos que fueron salvos por gracia a través de la fe, no por las obras de la ley.”

Esteban se refirió a Israel como la iglesia o congregación en el desierto (Hechos 7:38). La palabra traducida “iglesia” (ekklésia) quiere decir cualquier compañía, asamblea o reunión de personas. ¡En Hechos 19:32 también describe a una turba de paganos! El contexto determina cuándo se refie­re a la iglesia de Dios.

La iglesia no se encuentra en ningún momento en el Antiguo Testamento, excepto en forma de figuras, imágenes, o símbolos. No se encuentra en el Sermón del Monte de los Olivos, como se explicó bajo el título “La Clave para el Sermón del Monte de los Olivos” en la parte dos. Y la iglesia no se ve en la tierra en ningún momento después del capítu­lo 3 del libro del Apocalipsis.

La última trompeta en 1 Corintios 15:52 suena para la iglesia; es una trompeta que anuncia el rapto de la igle­sia. La séptima trompeta de Apocalipsis 11:15 señala el fin de la Tribulación y el inicio del reinado de Cristo sobre la tierra.

Los elegidos en Mateo 24:22 son los judíos escogidos por Dios durante la Tribulación. No son los mismos elegidos que constituyen la iglesia (1 Ped. 1:2; 2:9).

LAS DISPENSACIONES

También es necesario distinguir las dispensaciones. Aunque es verdad que Dios nunca cambia, Sus métodos y políticas relacionadas al ser humano lo hacen con frecuencia. El hecho de que no se nos encomienda ofrecer sacrificios de animales nos muestra que ha habido un cambio de dispensaciones. Podemos obtener provecho de todas las cosas escritas en la Biblia, pero no todo fue escrito para nosotros. La vieja canción “Cada promesa del Libro es mía, cada capítulo, cada versículo, cada línea,” suena piadoso y a la vez alegre. Sin embargo, tiene una falla: ¡No es verdad! No todas las promesas están dirigidas a nosotros. Por ejemplo, la tierra que Dios le prometió a Abraham desde el Mediterráneo hasta el río Éufrates, fue para el pueblo de Israel, no para la iglesia.

En diferentes épocas, Dios ha probado al hombre bajo dife­rentes condiciones. Nos referimos a estas diferentes administra­ciones como dispensaciones. (La palabra traducida dispensa­ción es el origen de la palabra economía.)

Es similar a lo que ocurre en la familia promedio. Cuando una pareja se casa, se establece cierto programa. Luego se añade un bebé y se establece un nuevo programa completamente dife­rente al anterior. Pero esto vuelve a cambiar cuando el hijo cumple cinco o seis. Y aparece una diferencia radical cuando ese niño se vuelve un adolescente, como todos sabemos.

Aquí mostramos las siete dispensaciones más enseñadas:

1.  INOCENCIA

Antes de que Adán - el primer hombre — pecara, él cami­nó en comunión con Dios sin ningún problema. Hubiera seguido viviendo en el huerto todo el tiempo que hubiese permanecido inocente. Pero la rebelión de Adán y Eva puso fin a esta idílica dispensación.

2.   CONCIENCIA

Con la entrada del pecado, comenzó a prevalecer una nueva situación. La comunión se había roto y Adán y Eva fueron expulsados del huerto del Edén. Ellos aprendieron que un peca­dor sólo puede acercarse a un Dios santo únicamente en base a un sacrificio substitutorio.

3.   GOBIERNO HUMANO

Luego del gran diluvio mundial, Dios estableció un gobier­no humano, cuando ordenó la pena capital para un homicida. Aunque la Biblia no es específica en cuanto a eso, este castigo no era impartido como una vendetta familiar, sino como resultado de un juicio gubernamental apropiado donde la culpa pudiese ser probada.

4.   PROMESA

Empezando por Abraham, el Señor inició un período durante el cual hizo suntuosas promesas a los patriarcas de Israel.

5.   LEY

Luego, desde Éxodo 20 hasta el final del Antiguo Testamento, el pueblo terrenal de Dios fue probado bajo la ley. Los Diez Mandamientos fueron diseñados para mostrar al hombre su incapacidad para merecer o ganarse el favor de Dios con sus propias fuerzas, para convencerlo de pecado, y para acercarlo al Señor para salvación.

6.   LA IGLESIA

Es cierto que “la ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo’ (Jn. 1:17). En el presente, la iglesia es la nueva sociedad de Dios, ya no bajo la ley y sus consecuencias, sino con Cristo como nueva regla de vida.

Luego del rapto de la iglesia, Dios derramará Sus juicios sobre el mundo que crucificó a Su Hijo. Esta administración, conocida como la Tribulación, durará siete años. La última mitad será la Gran Tribulación, el peor período de conflicto que el mundo haya conocido y conocerá.

7. EL MILENIO

El milenio, o reinado de Cristo durante mil años, será una dispensación caracterizada por la paz y la prosperidad. Es la era dorada de todos los tiempos. Algunos ven el estado eterno como la dispensación final de Dios. El pecado, el dolor, la enferme­dad, y la muerte serán abolidos y los creyentes estarán con Cristo en el cielo por la eternidad.

Caso contrario a las acusaciones populares, los dispensacionalistas no creen que exista un evangelio diferente para las diferentes épocas. La salvación siempre ha sido y será por la fe en el Señor, basada en la obra de Cristo en la cruz del Calvario. En el Antiguo Testamento Dios salvó a los hombres por la fe que tuvieron en las revelaciones que Él les daba. Hasta donde sabemos, ellos no sabían de la muerte sustitucional del Salvador; eso era algo futuro. Pero Dios lo sabía y puso todo el valor de la obra de Cristo a su favor cuando creyeron. Hoy en día ponemos nuestra fe en el Salvador que murió por nosotros hace casi dos mil años atrás.

El uso cuidadoso de la verdad dispensacional nos ayuda a explicar, por ejemplo, por qué nosotros no ofrecemos sacrificios de animales en el presente y por qué las leyes del Antiguo Testamento concernientes a alimentos puros e impuros no se aplican a nosotros. Pero el dispensa-cionalismo extremo, o “ultra”, puede llegar a robarnos porciones de la Palabra que están llenas de enseñanzas espirituales.

CONCLUSIÓN

Hemos visto varias claves: algunas generales, otras más espe­cíficas, que nos ayudan a descifrar la Palabra de Dios. Afortunadamente, ¡no todas son necesarias para cada pasaje!

PASOS LÓGICOS PARA USAR LAS CLAVES

Una escena cristiana común es la de un grupo de personas teniendo un estudio bíblico. Normalmente hay cierto número de traducciones y versiones parafraseadas. Se lee un texto, por lo general en círculo, con algunos otros textos relacionados al texto que se lee en voz alta. Luego, los participantes aportan sus ideas. “Para mí esto quiere decir que yo debería ser más cuidadoso con.”

Este no es un buen método para descubrir lo que la Biblia enseña realmente. El grupo hizo lo correcto desde el primer paso — observar (a menudo sin hacerlo muy profundamente), hasta el último paso, “lo que significa para mí”, o la aplicación. Debemos aplicar las Escrituras a nuestra vida diaria, por todos los medios, pero sólo después de haber descubierto lo que realmente signi­fica en contexto.

¡Oh, maravillosa, maravillosa Palabra de Dios!

Sus páginas develan verdadera sabiduría

Y     aunque podemos leerlas mil veces

¡Ellas nunca, nunca, envejecen!

Cada línea contiene un tesoro, cada promesa una perla,

Que todos, si lo desean, pueden obtener;

Y    sabemos que cuando llegue el tiempo y el mundo lle­gue a su fin

La Palabra de Dios permanecerá por siempre.


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