domingo, 16 de abril de 2023

Figuras de Cristo (16)

 


El candelabro de oro (Éxodo 25:31-40)

Había dos divisiones en el Tabernáculo. El lugar Santo y el Lugar Santísimo. La nube de la gloria de Dios descansaba en el lugar de misericordia en el Lugar Santísimo.

Había tres cosas en el Lugar Santo; El Candelabro de Oro, la Mesa de Panes y el Altar del Incienso. La Mesa y el Altar estaban hechos de madera de acacia cubiertos de oro, pero el Candelabro era completamente de oro. La persona que hizo el candelabro no mezcló el oro, pero lo fundió en la figura correcta. El candelabro estaba hecho de una sola pieza sólida de oro.

Pensemos un poco acerca de este candelabro de oro. No sabemos qué tan largo era, pero era muy precioso y her­moso. Tenía un tronco central con tres ramas a cada lado. Las puntas del tronco y de las ramas estaban moldeadas como flores de almendro. El tronco y cada rama tenía una lámpara de oro, haciendo un total de siete lámparas. El número siete en las Escrituras da idea de perfección.

El sacerdote venía cada día a mirar estas lámparas para limpiarlas y despabilarlas y llenarlas con aceite de oliva por­que Dios quería que estas lámparas ardieran continuamente, Levítico 24:2-4. Ninguna luz entraba en el Lugar Santo desde afuera. Las siete lámparas del candelabro iluminaban para mostrar la belleza del candelabro, Éxodo 25:37. ¿De qué hablan el candelabro y sus lámparas? El Candelabro es una figura de Cristo. El oro nos recuerda que él es Dios. El oro del candelabro era puro recordándonos que el Señor Jesucristo es sin pecado. Cristo fue golpeado como el oro del candelabro cuando fue hecho, Isaías 53:5. Cristo es la luz del mundo. ÉL vino para que los hombres tuvieran luz en este mundo de tinieblas, Juan 1:4,5; 8:12; 9:5; 12:46.

Las siete lámparas son una figura de la unidad de la Iglesia aquí en la tierra. El propósito de las iglesias de hoy es dar luz, la luz del evangelio. Véase Apocalipsis 1:20 y Efesios 5:8. La Luz de las lámparas mostraba la belleza del candelabro. Del mismo modo, las iglesias dan testimonio de la belleza y gracia de Cristo. Pedro nos dice que nosotros fuimos escogidos para proclamar los maravillosos hechos de Dios, que nos ha llamado de las tinieblas a la luz admirable de sí mismo, 1 Pedro 2:9.

Las lámparas del candelabro daban luz por el aceite que había en ellas. Este aceite es figura del Espíritu Santo. A través del Espíritu Santo que está dentro de nosotros podemos dar testimonio de Cristo y de su gloria. Lea Juan 16:13,14; Hechos 1:8.

Ya hemos visto que el número siete en la Biblia habla de perfección. Este número es visto en Apocalipsis 4:5 que habla del Espíritu Santo y de su testigo perfecto. En Apocalipsis 1:10-13 vemos al Señor Jesús en medio de las siete iglesias. Estas siete iglesias son parte de la única y ver­dadera iglesia que es el cuerpo de Cristo, Efesios 1:23.

Las flores de almendro en el candelabro nos hablan de los frutos que el Señor Jesús produce con su vida y con su muerte, Juan 12:24.

¿Queremos llevar fruto para el Señor Jesucristo? Démonos completamente a él para que su vida pueda ser vista en nosotros. Lea Juan, capítulo 15 acerca de la vid y los pámpanos. Nosotros somos parte del cuerpo de Cristo y llevaremos fruto espiritual si permanecemos en él.

El Espíritu Santo en el cristiano es como el aceite que hace que las lámparas alumbren. Algunas veces el polvo impide que la lámpara de mucha luz. Cristo habla del pecado en la vida del cristiano que le impide brillar como debiera para el Señor Jesús.

Así como la lámpara tiene que ser limpiada, tam­bién el cristiano debe ser purificado de su pecado y ser lleno del Espíritu Santo para que tenga un testimonio brillante para el Señor.

W.A. Deans

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