El candelabro de oro (Éxodo 25:31-40)
Había
dos divisiones en el Tabernáculo. El lugar Santo y el Lugar Santísimo. La nube
de la gloria de Dios descansaba en el lugar de misericordia en el Lugar
Santísimo.
Había
tres cosas en el Lugar Santo; El Candelabro de Oro, la Mesa de Panes y el Altar
del Incienso. La Mesa y el Altar estaban hechos de madera de acacia cubiertos
de oro, pero el Candelabro era completamente de oro. La persona que hizo el
candelabro no mezcló el oro, pero lo fundió en la figura correcta. El
candelabro estaba hecho de una sola pieza sólida de oro.
Pensemos
un poco acerca de este candelabro de oro. No sabemos qué tan largo era, pero
era muy precioso y hermoso. Tenía un tronco central con tres ramas a cada
lado. Las puntas del tronco y de las ramas estaban moldeadas como flores de
almendro. El tronco y cada rama tenía una lámpara de oro, haciendo un total de
siete lámparas. El número siete en las Escrituras da idea de perfección.
El
sacerdote venía cada día a mirar estas lámparas para limpiarlas y despabilarlas
y llenarlas con aceite de oliva porque Dios quería que estas lámparas ardieran
continuamente, Levítico 24:2-4. Ninguna luz entraba en el Lugar Santo desde
afuera. Las siete lámparas del candelabro iluminaban para mostrar la belleza
del candelabro, Éxodo 25:37. ¿De qué hablan el candelabro y sus lámparas? El
Candelabro es una figura de Cristo. El oro nos recuerda que él es Dios. El oro
del candelabro era puro recordándonos que el Señor Jesucristo es sin pecado.
Cristo fue golpeado como el oro del candelabro cuando fue hecho, Isaías 53:5.
Cristo es la luz del mundo. ÉL vino para que los hombres tuvieran luz en este
mundo de tinieblas, Juan 1:4,5; 8:12; 9:5; 12:46.
Las
siete lámparas son una figura de la unidad de la Iglesia aquí en la tierra. El
propósito de las iglesias de hoy es dar luz, la luz del evangelio. Véase
Apocalipsis 1:20 y Efesios 5:8. La Luz de las lámparas mostraba la belleza del
candelabro. Del mismo modo, las iglesias dan testimonio de la belleza y gracia
de Cristo. Pedro nos dice que nosotros fuimos escogidos para proclamar los
maravillosos hechos de Dios, que nos ha llamado de las tinieblas a la luz
admirable de sí mismo, 1 Pedro 2:9.
Las
lámparas del candelabro daban luz por el aceite que había en ellas. Este aceite
es figura del Espíritu Santo. A través del Espíritu Santo que está dentro de
nosotros podemos dar testimonio de Cristo y de su gloria. Lea Juan 16:13,14;
Hechos 1:8.
Ya
hemos visto que el número siete en la Biblia habla de perfección. Este número
es visto en Apocalipsis 4:5 que habla del Espíritu Santo y de su testigo perfecto.
En Apocalipsis 1:10-13 vemos al Señor Jesús en medio de las siete iglesias.
Estas siete iglesias son parte de la única y verdadera iglesia que es el
cuerpo de Cristo, Efesios 1:23.
Las
flores de almendro en el candelabro nos hablan de los frutos que el Señor Jesús
produce con su vida y con su muerte, Juan 12:24.
¿Queremos
llevar fruto para el Señor Jesucristo? Démonos completamente a él para que su
vida pueda ser vista en nosotros. Lea Juan, capítulo 15 acerca de la vid y los pámpanos.
Nosotros somos parte del cuerpo de Cristo y llevaremos fruto espiritual si
permanecemos en él.
El
Espíritu Santo en el cristiano es como el aceite que hace que las lámparas
alumbren. Algunas veces el polvo impide que la lámpara de mucha luz. Cristo
habla del pecado en la vida del cristiano que le impide brillar como debiera
para el Señor Jesús.
Así como la lámpara tiene que ser limpiada, también el cristiano debe ser purificado de su pecado y ser lleno del Espíritu Santo para que tenga un testimonio brillante para el Señor.
W.A. Deans
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