Salmos
"Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado." Salmo 1:1
Salmos, al igual que Job, es un libro poético, una colección salida de las plumas de varios escritores inspirados por Dios ‑ David, Asaf, Moisés, Hemán, Etán, y posiblemente otros que se desconocen. Sin embargo, todo está arreglado en perfecto orden por la influencia del Espíritu de Dios. Cuán llenos de consolación están ellos, tratando con los sentimientos del corazón en todo tipo de circunstancias, trayendo la respuesta de Dios a cada necesidad del alma.
Preeminentemente, ellos hablan de Cristo, y aquí encontramos Sus propios sentimientos, en Su preocupación por la gloria de Dios y por la bendición de las almas; sufriendo como el humilde Varón de dolores, como desechado entre los hombres; sufriendo la angustia de la cruz, el abandono de Dios; en el gozoso resultado de aquella cruz; también la ira, contra la maldad del hombre - en efecto, sentimientos tan variados como las circunstancias que Él tuvo que enfrentar. Considerar Sus sentimientos es un bálsamo maravilloso para los sentimientos de nuestros propios corazones.
Debe ser recordado, no obstante, que los Salmos están escritos desde un punto de vista judío, y la bendición de Israel, junto con sus aflicciones, penas, y castigos, es lo más prominente en el libro. De esta manera, es profético de la historia de la nación de Israel a través de todos sus problemas hasta que es establecida en la gloria del reino milenario. Con todo, esto de ninguna manera resta mérito a las bendiciones espirituales a ser encontradas allí para nosotros mismos: este es un libro de valores infinitamente dulces y de consuelo para nuestras almas.
Proverbios
"Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo, Para entender proverbio y declaración, Palabras de sabios, y sus dichos profundos." Proverbios 1:5, 6
El libro de Proverbios también es profético, escrito por el Rey Salomón en sus años más jóvenes, un libro de sabia instrucción referente a cada aspecto de la vida y conducta personales. Su gran y excepcional verdad es sencillamente esta: "El temor de Jehová es el principio de la sabiduría." Sus advertencias contra males sutiles son acompañadas por la instrucción en cuanto a los medios para evitar estos males.
Presenta las cosas en su verdadera luz, de tal forma que el lector pueda formar un juicio apropiado y claro. También va a la raíz de los asuntos y muestra los motivos que producen ciertas acciones, exponiendo así al lector la forma real de actuar de su propio corazón. Trata con los pensamientos, la boca, los labios, la lengua, el oído, el ojo, la mano, el pié, como estando todos relacionados con la conducta del individuo. Muestra fielmente los resultados de los pensamientos, las palabras o las acciones, buenas o malas; es decir, la cosecha de lo que se siembra. Y cuán claramente enseña que solamente el verdadero conocimiento del Señor mismo puede preservar el alma en las formas de la verdad.
Por lo tanto, estas cosas son principios apropiados del reino de Salomón, establecido en paz, y, por lo tanto, estrechamente relacionados con los principios del Reino de Dios, como en Mateo 5, 6 y 7. El capítulo 25, no obstante, comienza con proverbios copiados por los varones de Ezequías, y es, por tanto, una provisión de Dios para los tiempos en que el reino estaba en un estado de división y ruina. De esta manera, ellos son particularmente preciosos también para nuestro día en que el reino de los cielos está en un estado de degeneración.
El libro proporciona un excelente curso de psicología.
Eclesiastés
"Luego fijé la vista en todas las obras que habían hecho mis manos, y en todos los trabajos que yo me había afanado por efectuar; ¡y he aquí que el todo era vanidad y correr tras el viento; y no había provecho en nada debajo del sol!" Eclesiastés 2:11 (VM)
Eclesiastés ("el predicador"), también escrito por Salomón pero en sus años más avanzados, es un contraste asombroso con Proverbios. Él expone, por inspiración de Dios, el resultado de toda sabidu-ría humana, de las ventajas y aspiraciones terrenales, de toda la indulgencia que la riqueza y la sabiduría podían conseguir y que podrían mostrar la promesa justa de producir la suma felicidad en la tierra. Estando él en posición de probar todo esto completamente -más sabio y más rico que cualquier otro hombre- él aprende por amarga experiencia que "el todo era vanidad y correr tras el viento."
Comentemos cuidadosamente que esto es solamente sacar ventaja de toda cosa material "debajo del sol", es decir, considerar las cosas solamente desde un punto de vista terrenal. Por lo tanto, nos enseña que, con la excepción de la revelación dada por Dios, la historia del hombre es de miseria desesperada. ¡Cuán maravilloso contraste con la presentación en el Nuevo Testamento del Señor Jesucristo, de Su revelación de la gloria de Dios, de la herencia eterna de sus santos en luz!
Este libro, entonces, no puede ser considerado enseñando doctrinas como reveladas por Dios, sino como mostrando los pensamientos y conclusiones del hombre aparte de la suprema revelación de los pensamientos de Dios.
Por lo tanto, esto sólo enfatiza más fuertemente que debemos buscar mucho más alto la plena verdad que satisfará la necesidad del corazón. Esta verdad es plenamente provista en la bendita Persona del Señor Jesús, en quien es revelada la gloria de Dios, tal como se ve de forma tan hermosa en el Nuevo Testamento. Pero Eclesiastés proporciona el mejor curso que se puede obtener en cuanto a filosofía.
Cantar de los Cantares
"¡Mientras que el rey se reclina a su mesa, mi nardo difunde su fragancia!" Cantar de los Cantares 1: 12 (VM)
Escrito también por Salomón, este es un libro poético que trata de la comunión personal del alma con el Señor Jesús. Siendo muy figurativo en su lenguaje, este libro debe ser interpretado con un piadoso cuidado y sobriedad. El versículo arriba citado encuentra su hermoso equivalente en el ungimiento del Señor Jesús por parte de María de Betania con su precioso perfume de nardo puro, símbolo de la fragante adoración que deleita el olfato de Dios.
El profundo placer de la esposa al contemplar las bellezas y glorias del Esposo es un refrescante retrato del eventual gozo de Israel en el Señor cuando sean reunidos nuevamente en su tierra y restaurados en un permanente favor en la era del milenio. Ciertamente esto tiene una aplicación espiritual también ahora para la Iglesia, la esposa celestial de Cristo; con todo, el libro no enseña ninguna relación eterna plenamente establecida de la Iglesia con Cristo, como lo hace el libro de Efesios. Por lo tanto, su ayuda para nosotros es principalmente en relación con experiencias en cuanto a la comunión personal con el Señor.
El deleite del Esposo en la esposa no es menos precioso también, y es más asombroso en vista de sus muchas imperfecciones en contraste con su Amado. Pero es la divina gracia la que le imparte una belleza tal que regocija Su corazón. Es un libro para una tranquila y diligente meditación en lo secreto de la presencia del Señor.
Pronto el más profundo gozo nuestras almas llenará,
Pronto Tu propio gozo lo excederá aún todo,
Pronto nosotros Te veremos,
para que tu extasiada esposa,
Pronto, para Tu gran delicia, esté a Tu lado.
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