domingo, 12 de junio de 2011

Doctrina Acerca de la Biblia

La espada es la Palabra de Dios

¿Cómo se Usa?

La palabra de Dios es  comparada con una espada por las características  de esta, porque puede ser cortante y penetrar hasta lo más profundo del ser. Hebreos 4:12, dice que puede penetrar  El Alma y el Espíritu y discernir los pensamientos, esos pensamientos escondidos y ocultos, pecaminosos y sentar claridad en ellos. Esta espada es cuchillo penetrante que puede separar las coyunturas y los tuétanos, y exponer lo oculto que en ellos hay. Esta espada es del Espíritu Santo (Efesios 6:17) y hay que dejar que Él  nos enseñe a usarla, así como un doctor enseña a sus alumnos a usar un bisturí en el cuerpo de un enfermo.
Si leemos Efesios 6:17 y Hebreos 4:12 (entre otros), en griego, la palabra traducida por espada se llama mákhaira”, y se utiliza para hacer un trabajo fino y delicado, de ayudar a alguien que tiene un problema espiritual. En contraste con Apocalipsis 2:16, 6:8, 19:15, 21, la palabra traducida por espada  es llamada Romphaia”, y es utilizada por los soldados en las batallas para herir y matar.
En realidad lo que quiere decir, es que es muy cortante. Es para usarla con cuidado, porque podemos herir en lugar de extirpar lo que es malo. Opera en el interior del ser, de la misma manera como lo hace un cirujano con el bisturí en un cuerpo enfermo.

¿Cómo se estudia?

Los Siguientes puntos son necesarios para poder tomar conocimientos de las Sagradas Escrituras (para un comentario mas completo ver los artículos  “Cómo estudiar Las Escrituras” y “Pauta para leer la Biblia”):
1.     Oración, pidiendo a Dios nos ilumine para entender su mensaje.
2.     Lectura pausada, para poder digerir bien.
3.     Humildad, sabiéndonos necesitados de Dios.
4.     No buscar solo conocimiento, sino un mensaje espiritual.
5.     No dejar pasar el día sin leer una página de la Sagrada Biblia.
6.     Opcionalmente, Leer explicaciones de buenos libros que comenten la Sagrada Escritura.

INTERPRETACION

En nuestro estudio diario de las Escrituras nos encontramos con la situación  de entender lo que ellas dicen y darle un sentido.  Por tanto, Interpretar la Escritura es dar el significado del pasaje conforme a lo que el autor tuvo en mente cuando le escribió y para quienes lo hizo.
Para ello existen dos sistemas de interpretación:
a)     Alegórico, es el que busca un significado oculto, diferente del que las palabras indican.  El peligro de este mé-todo es que la interpretación queda a juicio del intérprete, por lo que la Biblia puede decir lo que al intérprete le interese que diga.
b)    Literal, es la interpretación válida, en la que a cada palabra se le da el significado propio del tiempo en que fue escrita. De ahí que se llame también "método histórico-gramatical". En la interpretación literal se tiene en cuenta el "entorno textual", de modo que el significado esté de acuerdo con el pasaje en donde se encuentra.  El método literal interpreta en armonía con toda la Biblia, comparando cada texto con el resto de la Escritura, de modo que no haya contradicciones.

 

APLICACION PERSONAL

Como ya sabemos y hemos estudiado, la Biblia es la Palabra de Dios (Os.12:8); y, por lo tanto, es lo más grande que el hombre puede tener, ya que Dios mismo la inspiró para revelarse a la criatura. Y después de haberla estudiado e interpretado nos corresponde aplicándonos el significado de ellas en nosotros.
En esta aplicación  personal de las escrituras,  la mejor prueba de amor al Señor es obedecer su Palabra (Jn.14:15, 21,23), porque en ellas están directrices que el Espíritu Santo quiso dejar plasmadas. Desobedecerla es evidencia cierta de no amar al Señor (Jn.14:24).  La situación de falta de amor al Señor es propia de quienes no han creído en El (1.Cor.16:22).
La Biblia no sólo ha de ser leída, sino meditada, estudiada y obedecida. La razón fundamental es para que el creyente pueda llevar una vida concordante con las demandas de santidad (Sal.119:9).  Por tanto, la ocupación principal del creyente es meditar en la Escritura (Sal.1:2).  Y  la forma de vivir sin pecar es obedeciendo incondicionalmente la Escritura (Sal. 119: 11).  El creyente debe ser un asiduo lector de la Palabra de Dios (1.Tim. 4:13), por que en ella están las directrices de nuestra vida como cristianos.
La Biblia ha de ser respetada y obedecida en el hogar. Toda actividad ha de estar controlada y orientada por las enseñanzas bíblicas (Dt.6:6-9).  La Biblia ha de ser dada a los niños desde pequeños (2.Tim.3:15)  y  memorizada (Dt.6:7).

Conclusión

La Biblia es más que un libro, es Dios quien nos habla. Para oírlo necesitamos fe; debemos abrirle nuestro corazón e inteligencia; esperanza, para estar ciertos de que sólo siguiendo su voluntad y aceptando las invitaciones que nos hace el Espíritu Santo podemos ser verdaderamente felices.
Dios siempre ha estado junto al hombre, está presente en los hechos diarios y nos acompaña en nuestra peregrinación de vuelta a Él, es decir, durante toda nuestra vida. Dios nos escucha y nos habla siempre porque somos suyos, nos ama y formamos parte de su vida y de su amor.
La historia de la presencia de Dios es eterna, pues ha existido siempre y desde siempre estamos en su plan divino.
Leer la Biblia es el medio para animarnos a tener siempre presente a Dios en nuestras vidas. La Biblia nos entusiasma por Dios y nos llena de amor hacia Él. Nos anima a llenarnos de obras buenas. Nos da gran temor y aversión hacia el pecado. La Biblia consuela mucho y lleva al arrepentimiento, la conversión y cambio de vida.
Ahora, para responder  lo siguiente: ¿Cómo demostrar que la Biblia es verdad?, diremos que la Biblia es:
a)     Científicamente exacta, aun cuando no es un libro de ciencia. Históricamente también es exacta, aunque no es un libro de historia secular. Cada intento para probar que tiene equivocaciones históricas ha fallado.
b)    Proféticamente correcta. Así se ha visto en muchas profecías las cuales se han cumplido.
c)     Imparcial, pues presenta ambas cosas, lo bueno y lo malo de los hombres. No encubre los pecados de nadie; aun cuando se trate de alguien que sea un "varón según el corazón de Dios."
Para concluir  citaremos lo que dice Dr. Montalvo Suero: “Todo lo que hay en la Palabra de Dios, que sea de naturaleza histórica, es absolutamente cierto; pero la Biblia no afirma ser un tratado exhaustivo de la historia del hombre y ni la del mundo. Aunque en ellas encontramos reglas importantes de salubridad, tampoco es un tratado de salud pública. Ni es un libro de derecho, aunque nos hable de los principios y fundamentos del derecho moderno de las personas y de los Estados. Igual contiene normas de educación, principios y estrategias militares de defensa, de filosofía, de psicología, etc., la Biblia no es sin lugar a dudas un tratado científico de ninguna de estas áreas, ni pretende serlo”.
El lenguaje que emplearon los escritores sagrados, en la mayoría de los textos bíblicos, es coloquial; un lenguaje llano, claro, que el pueblo hablaba y que enten-dían con  facilidad. La Biblia fue escrita para que gente común la entendiera, sin necesidad de tener que ser expertos en historia, en ciencias, en filosofía, o en psicología para poder interpretar las Escrituras, por eso el lenguaje también es genotípico y no científico.
Cuando hablamos de un lenguaje fenotípico nos referimos que los escritores sagrados fueron por lo general testigos presenciales de los hechos y fenómenos que narraron, pero lo describen tal y como es observado por el ojo del ser humano, simplemente describen el fenómeno y no tratan de explicarlo científicamente.
Debemos tener siempre presente que el propósito principal de las Escrituras es comunicar el mensaje de Dios al hombre de tal modo que éste pueda entenderlo; es revelar al ser humano aquellas verdades divinas que de otra forma le es imposible obtener; de darle al hombre principios prácticos para dirigir su vida; de fortalecer su conducta y su fe.

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