En este estudio sobre la Teología propia o del estudio acerca de la Doctrina de Dios a que nos hemos avocado, sólo hemos abarcado unos pocos temas de la misma y en forma muy somera. Es importante que el creyente se dedique a profundizar en estos temas y en los que encuentre en su estudio privado de las escrituras. Este estudio, para el creyente, debe ser constante y ordenado, para que podamos ir aprendiendo sobre nuestro Padre Celestial.
Pablo, en Atenas, había encontrado un altar dedicado al Dios Desconocido y se había dado cuenta que los atenieses eran muy religiosos y no querían que ningún dios estuviese fuera de sus esferas religiosas, de modo que el pueblo pudiese adorarlo. Este Dios desconocido de los atenienses ni tenía una imagen, pero ellos se había hecho del mismo un ídolo. Como cristianos sabemos que «no hay otro Dios más que el que hemos tratado de describir. Los dioses que nosotros fabricamos, ya sean radicalmente diferente de Dios de la Biblia o semejante a Él, son dioses falsos. Incluso buenos cristianos pueden caer en la trampa de tratar de moldear a Dios de acuerdo a su propio pensar o a sus deseos o placeres. El resultado puede ser un dios no muy diferente al Dios de la Biblia, pero sí un dios falso y no verdadero. Nosotros conocemos a Dios no porque podamos iniciar o generar semejante conocimiento, sino porque Él se ha revelado a sí mismo. Por lo tanto, lo que conocemos no procede de nuestras mentes, sino de su propia revelación. ¡Tengamos cuidado de no fabricarnos nuestros propios dioses! (Ryrie) »
Y en función de esto nos plantemos la siguiente pregunta ¿Es desconocido Dios para los creyentes? – para el mundo sí. En muchas ocasiones debemos decir, lamentablemente, que no conocemos a Dios, que no sabemos lo suficiente de Él, que no lo entendemos ni comprendemos. Pero eso porque nuestro conocimiento de Él es extremadamente limitado. Debiendo buscarlo en su Palabra, no lo hacemos; y si lo hacemos, lo hacemos en forma deficiente y sólo por cumplir, y sin prestar la debida atención a lo que en ella dice acerca de Él.
Cuando el enamorado ama su esposa (o la esposa al esposo), intenta conocer hasta el más mínimo detalle de la persona amada. La estudia, la observa; escruta sus emociones. Hace todo para complacerla, agradarle. Le escucha cuando ella quiere hablarle. Entonces, ¿amamos a Dios lo suficiente como para interesarnos aprender de Él?
Nos jactamos de conocer muchas cosas: quien es el cantante de moda, cual es el último grito de moda, y lo vestimos. Podemos saber como funciona la última tecnología y lo aprendemos todo. Incluso, podemos conocer a predicadores o siervos del Señor, que son atrayentes y carismáticos y atraen a personas para el Señor Jesucristo, pero no conocemos a Dios, al Dios que ellos sirven.
Este Dios amor, que a pesar de ser seres depravados, tuvo misericordia de nosotros y nos envió a su Hijo amado para mostrarnos el camino. En este mundo de tinieblas Él es la Luz que alumbra nuestros corazones y elimina las tinieblas, porque en Él no ha tinieblas.
Es de esperar que esta recopilación de textos bíblicos sobre la doctrina de Dios sirva para conocerlo más y mejor, y para que le amemos más y mejor.
Para terminar esta breve conclusión quedaremos con las palabras del profeta Jeremías y que podamos seguir lo que nos transmite este texto: “Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.” (Jeremías 9:24)
Si en algo debemos alabarnos, es que hemos empezado el proceso de entender y comprender a Dios, y que Él es el mismo de ayer, hoy y mañana; y que muestra su misericordia, su juicio y su justicia. Es lo que Él quiere de nosotros: que le conozcamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario