DIOS
AMABA a su pueblo Israel con amor fuerte y profundo. Habla de él como su
"especial tesoro" (Ex. 19:5) y como "ovejas de su prado". Consideraba
a Israel como "un rebaño" que necesitaba cuidado constante y tierno.
"Hizo salir a su pueblo como ovejas, y los llevó por el desierto como un
rebaño. Los guió con seguridad, de modo que no tuvieron temor;... los pastoreó
con la pericia de sus manos" (Sal. 78:52, 53,72). Y ¿quién como Moisés y
Josué, para apacentar ese pueblo tan grande? y Samuel, David, Salomón y muchísimos
reyes, todos levantados de parte de Dios para cuidar a Su rebaño. En la
historia de Israel encontramos que unos eran pastores fieles, otros
descuidados e infieles. El profeta Ezequiel en su profecía lamenta, diciendo
que los pastores de la nación en ese tiempo eran muy rebeldes e indiferentes.
Les culpaba del alejamiento de Dios y del lamentable estado espiritual de ese
pueblo. Faltaban al no cuidar las "ovejas de su prado". ¡Cuán importante
es el apacentar al pueblo de Dios! "Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí,
yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano" (Ezequiel
34:10).
Cuando
el Señor Jesús vino a este mundo como el Salvador, su propio pueblo lo rechazó.
"A lo suyo vino, y los suyos, no le recibieron" (Jn. 1:11). Miró a
Israel como "ovejas sin pastor", y tuvo compasión de él. Los
pastores (escribas, fariseos-los enseñadores de la ley; los guías espirituales
del pueblo) eran infieles y descuidados para apacentar el rebaño. El Señor
Jesús en su enseñanza a los discípulos, describe a los fariseos etc., como
"ladrones y salteadores" (Jn. 10:1). No eran verdaderos pastores.
Pero El vino como "El Buen Pastor y amó a las ovejas. Aquellos que le recibieron,
que creyeron en él y que eran sus discípulos, El les llama "su redil"
(Jn. 10:16) -- eran judíos. Luego dijo "También tengo otras ovejas, que no
son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un
rebaño y un pastor" (Jn. 10:16). Aquí, el Señor Jesús habla de "otras
ovejas". Son las de los gentiles, aquellos que tenían que creer en él. El
"rebaño" es la iglesia que el Señor ganó por su propia sangre. Este rebaño
es compuesto de todos los salvos, sean judíos o gentiles, todos los que han
sido redimidos con la sangre preciosa de Cristo. Y El es el Pastor de ellos;
Aquel que dio su vida por las ovejas.
Ahora,
en gloria, sentado a la diestra de Dios, El es "el Gran Pastor de las
ovejas" (Heb. 13:20). Su obra constante e incesante es la de cuidar fielmente
a los suyos; les ama con amor eterno. Llevará y guiará este rebaño por todo el
desierto de este mundo hasta el redil y eterno descanso de Dios. El cuidado y
pastoreado de sus ovejas, el Señor Jesús lo lleva a cabo, por medio de aquellos
que él ha escogido como pastores o ancianos. Leemos en Efesios (4:10,11) que
"él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros pastores y maestros. " Los primeros dos ya
cumplieron su ministerio, los últimos tres siguen y seguirán hasta la venida
del Señor. Entre los dos grupos de evangelistas y maestros, encontramos a
"los pastores". ¿Quiénes son éstos? Son aquellos que el Señor Jesús
ha escogido y levantado por su Espíritu para cuidar al rebaño. El apóstol Pedro
aclara en su primera Epístola capitulo 5 que los ancianos de la iglesia son los
que tienen que cuidar y apacentar "la grey de Dios". Los ancianos son
hermanos maduros en la fe cristiana y de sano entendimiento espiritual. Estos
son "los pastores" a quienes el apóstol exhorta" apacentad la
grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino
voluntariamente, no por ganancia deshonesta, (los pastores no son asalariados)
sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro
cuidado, sino siendo ejemplos de la grey" (1 Ped.5: 2-3).
¿En
qué consiste la obra de apacentar el rebaño? Es obra espiritual, aunque hay
que cuidar también las cosas materiales. En la Iglesia nunca debemos pensar
que el anciano lleva un titulo como tal, u ocupa un puesto. La Palabra de Dios
nos enseña que el anciano o pastor es uno que cumple una obra. Vamos a enumerar
algunas de estas obras.
(a) "Ellos
velan por vuestras almas" (Heb. 13:17). Los ancianos son hombres de
oración que interceden delante de Dios a favor de su pueblo, porque en el
tribunal de Cristo tienen que dar cuenta del cuidado del rebaño.
(b) "Apto para enseñar" (1 Tim. 3:2).
"Que trabajan en predicar y enseñar (1 Tim. 5:17). "Retenedor de la
palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con
sana enseñanza, y convencer a los que contradicen" (Tito 1:9).
"Apacentarla
iglesia del Señor (Hec. 20:28);
"Apacentar
la grey de Dios que está entre vosotros" (1 Ped. 5:2).
"Apacentad
a mis ovejas a mis corderos" (Juan 21:15,17).
Su
obra principal y especial es proveer pastos o alimento espiritual de la
Palabra de Dios para el sostén, desarrollo y crecimiento del rebaño del Señor.
Por esto el anciano tiene que meditar constantemente en la Palabra y
profundizarse en sus verdades preciosas. Solo asi podrá alimentar al pueblo de
Dios. Es obra muy grande y de mucha responsabilidad.
(c) "Siendo ejemplos de la grey"
"Acordaos de vuestros pastores.- considerad cual haya sido el resultado
de su conducta, e imitad su fe" (1 Pedro 5:3; Hebreos 13:7).
La
vida justa y santa del anciano es la que tiene valor y peso delante de sus
hermanos y el ejemplo bueno es de aprecio y estima por los demás. Los pastores
buenos llevarán al rebaño por su buena conducta y ejemplo y lo apacentarán por
la Palabra de Dios.
(d) "Visitar a los huérfanos y a las
viudas en sus tribulaciones". "Enfermo y me visitasteis; en la
cárcel y vinisteis a mi" (Sant. 1:27: Mat. 25: 36).
"Hospedador"
(2 veces) (1 Tim. 3:2; Tito 1:8).
El
pastorear a los santos no consiste solamente en dirigir los cultos, de
gobernar (1 Tim. 5:17) y mantener buen orden en la iglesia. Tampoco consiste
solo en ministrar y enseñar la Palabra de Dios. Consiste también en una vida
práctica de amor y tierno cuidado de las ovejas y corderos del rebaño. Consiste
en considerar el aspecto de las ovejas y sus múltiples necesidades. A algunos
débiles en la fe, tenemos que animar, a otros que andan desordenadamente tenemos
que reprender y corregir. A los jóvenes en la fe tenemos que enseñar las verdades
de la Palabra y por nuestro ejemplo llevarles en los caminos del Señor. Tenemos
también que visitar a los enfermos; enfermos en el cuerpo y en su vida
espiritual. Tenemos que tener compasión y consideración para las viudas y
huérfanos en sus aflicciones, consolándoles con la Palabra y ayudándoles en su
necesidad material. Tenemos que abrir nuestras casas para recibir a nuestros
hermanos visitantes y a los siervos del Señor. Así quiere decir "hospedaos".
(e)
"Ni haciendo nada con parcialidad" (1 Tim. 5:21).
"Que
con mansedumbre corrijan a los que se oponen" (2 Tim.2:25).
"Administrador de Dios" (Tito 1:7)
Estos
textos nos hablan de dirigir y gobernar y tratar todo caso que se presenta en
la iglesia, con justicia y sin parcialidad. Cuántos hermanos han sufrido
injustamente y aún han sido puestos afuera de la comunión por venganza de
parte de ancianos infieles; otros, porque los pastores no han tratado el caso
con la debida seriedad y conforme a la Palabra de Dios. Son las Epístolas del
Nuevo Testamento que contienen la enseñanza que debemos observar y obedecer
respecto a cualquiera forma de disciplina y amonestación necesaria y llevarlo
a cabo por los ancianos para el bienestar espiritual y cuidado del rebaño. Es
obra bastante solemne y de gran responsabilidad el ser "administrador de
Dios". Cumplámoslo en el temor de Dios con toda mansedumbre acordándonos
que tendremos que dar cuenta en el tribunal de Cristo de cómo hemos cuidado a
las ovejas del Señor.
"Y
demandaré mis ovejas de su mano" (Ezequiel. 34:10).
Que
el Señor hable al corazón de cada hermano que es reconocido como anciano o
pastor en la asamblea por medio de este mensaje y que todo lo que llevamos a cabo
sea "conforme a la Palabra de Dios".
Sendas de Luz, 1969
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