domingo, 2 de marzo de 2014

Grito de Angustia.

Grito de Angustia.
Quisiera poder contar todas mis vivencias;
Quisiera poder decir lo feliz que me siento;
Quisiera poder gritar con toda el alma lo que soy…
pero… no puedo.
Me miro en el espejo, que es mi Señor,
y lo que veo…, veo que es tan poca cosa.
Camino y camino y no llego a nada:
busco, aprendo y olvido.
¡Que miserable me siento no poder servir
como mi Señor lo requiere!

Todo lo que intento fracasa,
todo lo que quiero, falla.
Quisiera poder  conocer al objeto de mi amor
y me doy cuenta que nada se.
Quisiera poder decirles a todos de quien soy, pero mis palabras  no salen de mi boca;
y esto me angustia,
porque del evangelio me avergüenzo

Quisiera poder hablar de Él,
y no sé cómo empezar,
porque nada sé
Quisiera ser firme en la fe,
y cuando viene al adversidad,
dudas aparecen que laceran mi alma.

Dios mío,
¡Oh, qué desgraciado soy!
Cada vez que la adversidad llega
y el sufrimiento se acerca,
siento que estas lejos de mí,
y apartarme de ti surge en mi mente.

¡Dios mío! Sé que eso es imposible.
Mi alma está tan ligada a ti,
que sólo pensar en tal separación,
un sufrimiento inmenso aparece,
de ver a mi alma lejos de ti

Entonces comprendo
que con todo lo necio que soy,
con todo lo fracasado que soy,
con todo lo falto de conocimiento que tengo,
tengo a mi lado a Jesús que murió por mí y
 que me ama igual que al más sabio de los cristianos.

Y por eso lucharé para ser como Él;
a seguir sus pisadas.
De modo que puedan decir
cuando me vean:
ahí va un cristiano  feliz, porque ven a Cristo en mi

Anónimo

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