Respuesta a una carta
Querido joven,
No vemos nada
malo en que dediques tus ratos libres para perfeccionarte en las letras, las
matemáticas y la contabilidad, para ser más eficiente en tu profesión, siempre
y cuando ello no te quite tiempo para tu estudio personal de la Biblia y la
oración en privado. Pero si fueses a estudiar estas cosas por ambición,
entonces eso sí sería claramente malo. Somos de la opinión de que el apóstol
Pablo no se habría opuesto a leer un tratado sobre cómo hacer tiendas si con
ello se hubiese perfeccionado en su profesión. No obstante, uno debe ser muy
cuidadosamente guiado en tales cosas por los resultados morales que producen en
el espíritu de uno. Nos preocupa sobremanera tu situación y rogamos que el
Señor te guíe y te bendiga, así como que haga de ti una bendición. Nada nos
resulta más grato que servir de ayuda, de la manera que fuere, a un joven
creyente.
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