miércoles, 5 de agosto de 2015

El hombre de vestido teñido me llamó


El hombre de vestido teñido me llamó



El hombre de vestido teñido me llamó, 
Conocí Su voz, mi Señor crucificado;
No pude resistir cuando a sí mismo se mostró, 
Y obedecí, dejando todo a un lado.

Este mundo me expulsó una vez que hubo encontrado
Que en mi rebelde corazón estaba coronado
Aquél al que había rechazado, despreciado y asesinado, 
A quien Dios con poder maravilloso había para reinar resucitado.

Y así, mi Señor y yo estamos fuera del campamento,
Pero más dulce que cualquier lazo terrenal es su presencia.
Que una vez conté más grande que su llamamiento;
Estoy fuera para el mundo, pero de mi Señor no siento ausencia.

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