III - Minerales simbólicos
Las piedras preciosas son figura de la dignidad. El pectoral “llenarás de pedrería en cuatro
hileras de piedras... y llevará Aarón los nombres en el pectoral sobre su
corazón”, Éxodo 28.17, 29.
La sal es emblema de la pureza, sinceridad y verdad como preservativo. “Vosotros sois
la sal de la tierra”. “Tened sal en vosotros mismos”, Mateo 5.13, Marcos 9.50.
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal”, Colosenses 4.6.
El agua en plural representa el juicio, como vemos en el Diluvio, Génesis 7.10; “las aguas
han entrado hasta el alma”, Salmo 69.1.
El mar representa la humanidad, las grandes masas de los gentiles. “Vi
subir del mar una bestia”, Apocalipsis 13.1.
El Mar Rojo nos recuerda del bautismo: “Fueron bautizados en la nube y en el mar”, 1
Corintios 10.2.
El agua en movimiento representa al Espíritu Santo, como vemos en las frases siguientes: “El que
cree en mí, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu...”
Juan 7.38, 39. “... una fuente de agua que salte para vida eterna”, Juan 4.14.
Aplicada al cuerpo, como en una fuente,
el agua representa la Palabra de Dios. “...lavados los cuerpos con agua
pura”, Hebreos 10.22. “... para santificarla, habiéndola purificado en el
lavamiento del agua por la Palabra”, Efesios 5.26.
El bronce simboliza el juicio ejecutado o la resistencia. El altar de bronce es
figura del juicio que fue ejecutado sobre el Cordero de Dios. Tocaba al
sacerdote juzgarse a sí mismo con el agua de la fuente de bronce.
La roca representa el fundamento, la fortaleza y el refrigerio. “No cayó, porque
estaba fundada sobre la roca”, Mateo 7.25. “Oh Jehová, fortaleza mía, roca mía
y castillo mío”, Salmo 18.1, 2. “... sombra de gran peñasco en tierra
calurosa”, Isaías 32.2.
El oro representa la gloria divina o la naturaleza divina. Todos los muebles del
santuario estaban cubiertos de oro puro, y el altar de incienso y la mesa
tenían cornisas de oro. “Vemos... a Jesús, coronado de gloria y de honra”, Hebreos
2.9.
La plata se asocia con el precio de la redención o del rescate. “Cada uno dará a
Jehová el rescate de su persona... medio siclo” (de plata), Éxodo 30.12, 13.
El hierro es simbólico de la fuerza, el poder y el sufrimiento. “... tenía unos
dientes grandes de hierro”, Daniel 7.7. El imperio romano, que era el más
poderoso de los imperios, es simbolizado por las piernas de hierro en Daniel
2.33. “Afligieron sus pies con grillos”, (de hierro) Salmo 105.18.
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