miércoles, 3 de enero de 2018

CONOCIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS (Parte I)

Decisiones, decisiones, todos tenemos que hacer decisiones cada día. Algunas no son muy importantes — “¿Qué ropa debo ponerme hoy?”, o “¿Comeré una naranja o un banano, o ambos?” Otras decisiones son muy importantes y la elec­ción que tú hagas afectará todo tu futuro. Quizás estés en el último año del colegio y te preguntas qué hacer ahora; buscar un trabajo o seguir a la universidad. O quizás te gustaría casarte y for­mar un hogar, pero no estás seguro quién sería la mejor pareja para ti. Quizás trates de decidir entre comprar una bicicleta o ahorrar el dinero y comprar una moto después.
Algunas de las decisiones que hacemos pare­cen muy pequeñas y no necesitamos mucho tiempo para pensar en ellas. Otras elecciones que enfrentamos pueden perturbamos por meses y todavía nos es difícil saber qué hacer. ¿Hay algu­na ayuda que podemos encontrar para tomar decisiones?
¿Eres un cristiano, uno que ha pedido al Señor Jesucristo perdonar sus pecados y ser su Salva­dor? Si es así, quizás te preguntes cómo conocer la voluntad de Dios para tu vida. Como muchos jóvenes quizás hayas hecho estas preguntas muchas veces. “¿A Dios le importa lo que hago? Y si le importa, ¿cómo puedo conocer Su volun­tad para mí?”
'Dios puede mostrar Su voluntad a cualquiera que ha llegado a conocerle y pertenece a Él. A menudo Dios es llamado el Padre Celestial del cristiano. Cuando aceptamos a Cristo como nues­tro Salvador, llegamos a ser hijos e hijas de Dios.
“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a El” 1 Juan 3:1.
Entonces Dios llega a ser nuestro Padre. Tiene un plan para nosotros, y Su plan es la mejor ma­nera en que podemos vivir nuestras vidas. Dios ve el futuro y sabe que es lo mejor para nosotros ahora para poder ayudamos a preparamos para el porvenir. Podemos ver cuánto nuestros padres terrenales desean lo mejor para nosotros. Un padre sacrificará mucho para asegurar que sus hijos tengan suficiente comida, ropa o educación. Dios nos ama aún más, y sabe lo que es mejor para nosotros. Entonces es importante que con­fiemos en El para que nos muestre Su voluntad.
La decisión más importante es la de aceptar a Cristo o rechazarle. Ninguna otra decisión afectará la vida entera y el futuro de uno tanto como ésta. Es muy importante que cada persona tome el tiempo para decidir lo que él o ella va a hacer con la invitación de Jesús.
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la ver­dad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Juan 14:6.
Dios quiere que todas las personas acepten a Su Hijo, pero nos ha dejado a nosotros la decisión.
La Biblia está llena de historias de lo que fue la voluntad de Dios para diferentes personas. Mandó a Noé construir un barco grande, Génesis 6:13,14. Le dijo a Abram que sería el padre de una nación grande y Dios le bende­ciría, Génesis 12:2. Mandó a Isaías profetizar y advertir a su pueblo que Dios estaba enojado con su desobediencia, Isaías 6:8-10. La volun­tad de Dios para María era que ella llegara a ser la madre de Jesús, Lucas 1:30-33. Mandó a Jonás ir y predicar a sus enemigos en Nínive, Jonás 1:1,2.
Algunas de estas personas obedecieron la vo­luntad de Dios y fueron bendecidos por su obe­diencia. Otros trataron de pasar por alto la volun­tad de Dios y fueron castigados por tratar de seguir su propio camino.
Podemos ver de estas historias verídicas que Dios tiene un plan para Su pueblo. No nos deja y dice, “Pueden hacer lo que les dé la gana y no me importa”. No, nos ama mucho y se preocupa de lo» que nos sucede. Lee en Mateo 6:26-34 un ejemplo de cuánto nuestro Padre cuida de nosotros.
Muchas personas temen conocer la voluntad de Dios. Creen que Dios les quitará el gozo y les dará trabajo que no les gusta o les hará hacer cosas demasiado duras para ellas. Es cierto que a veces Dios nos pide hacer cosas difíciles, o nos deja pasar por experiencias que no siempre son agradables. Pero Dios nunca nos pide hacer algo sin proveer las fuerzas para hacerlo.
“Todo lo puedo en Cristo que me forta­lece,” Filipenses 4:13.

Busca también Josué 1:9 para una promesa que hizo Dios cuando Josué enfrentaba un traba­jo muy difícil. Tendremos gozo y paz sabiendo que somos obedientes a la voluntad del Señor, y estos hacen que las dificultades valgan la pena. Es importante recordar que Dios sabe lo que hace y desea lo mejor para cada uno de Sus hijos.

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