TU ADORACION EN EL HOGAR Y EN LA IGLESIA (CONTINUACIÓN)
Tal vez resulte superfluo decir que no basta
con que te hagas miembro de una iglesia. Debes asistir con regularidad. No te acostumbres
a ir a la iglesia en forma esporádica. Asiste con regularidad al culto en la
casa de Dios. Procura estar allí por lo menos el domingo a la mañana y a la
noche, y en la reunión de mediados de semana. Asiste a las demás reuniones como
el tiempo y las circunstancias lo permitan. Es importante que concurras a la
Escuela Dominical con regularidad. Si realmente no puedes asistir a más reuniones,
concurre a la Escuela Dominical y a otro culto el día domingo, y luego a la
reunión de oración durante la semana. Pero esto ya debe ser un mínimo
irreductible. Partiendo de él, puedes aumentar tu asistencia a las otras
actividades que tenga la iglesia.
Si comienzas a
descuidar la asistencia a la iglesia, es probable que bien pronto andes no muy
bien en tu vida cristiana. Si en forma habitual dejas de concurrir a la casa
de Dios, puedes llegar a ser un retrógrado. Dios, conociendo la necesidad de la
comunión cristiana, nos ha exhortado que no dejemos “nuestra congregación”
(Heb. 10: 25). Tú necesitas la inspiración que produce el reunirte en adoración
con otros cristianos. Precisas de la fortaleza que viene de la Palabra de Dios
cuando es anunciada desde el pulpito. Necesitas la inspiración que viene de la
comunión con otros cristianos en la iglesia, así que tu asistencia debe ser
regular.
Si como cristiano no
concurres con regularidad, estás dando un mal testimonio frente a tus amigos y
vecinos inconversos. ¿Cómo puedes pretender que ellos vayan a la iglesia a
escuchar la predicación del evangelio, si tú, que eres creyente, no te
preocupas de concurrir?
No sólo debes ser
miembro de una iglesia, y asistir a ella, sino debes también participar en sus
actividades y asumir la parte que te toca de sus responsabilidades. Si estás en
condiciones de ocupar algún cargo en la iglesia, y se te pide que lo hagas,
debes acceder de todo corazón, haciéndolo para el Señor. Si se te pide que te
encargues de una clase en la Escuela Dominical, hazlo enseñando con diligencia
y a toda conciencia. Si se te pide que dirijas algún grupo dentro de la
iglesia, hazlo de la mejor manera que puedas, con la ayuda del Espíritu Santo
de Dios, dependiendo de él en oración. Si se te elige para integrar alguna
comisión, aun cuando sea para tratar aspectos materiales del programa de la
iglesia, acepta tu responsabilidad honestamente, y procura cumplir con tu
deber. Haz cualquier cosa que se te pida en la iglesia. Únicamente debes
negarte, cuando en conciencia creas que no puedes ocupar el cargo para el cual
se te propone. Y aún en este caso, debes orar sobre la cuestión antes de
negarte a aceptar la responsabilidad.
Desde luego que hay
obligaciones financieras que obligadamente acompañan el ser miembro de una
iglesia, y debes también hacerte cargo de tu parte de ellas. Hay gastos
relacionados con el funcionamiento de una iglesia, y sólo es posible hacer
frente a ellos a la medida en que contribuyan los miembros. Debes pues dar a tu
iglesia. Dar generosa y alegremente, como al Señor. Diremos más acerca de este
asunto en el capítulo siguiente.
Mientras el creyente está en la tierra, la
iglesia es un hogar espiritual. Es en ella que recibe sostén espiritual, consuelo,
y la preparación para estar en el cielo en donde se ha de reunir algún día toda
la familia de Dios. Es en la iglesia que ha de cultivar la comunión con otros
santos de Dios. Es allí donde hace conocer a otros miembros de la familia de
Dios lo que pesa sobre su corazón y ellos llevarán en su compañía estas cargas
a Dios. Es a la iglesia que ha de volverse en busca de ayuda espiritual y tal
vez ayuda material, en tiempos de necesidad. En ella ha de recibir instrucción
en la Palabra de Dios, y edificación en la santa fe. Es en la iglesia que ha de
adorar a Dios los Días del Señor, “para contemplar la hermosura de Jehová y
para inquirir en su templo”.
Todo creyente
individual necesita de la comunión de otros cristianos. La expresión exterior
de esta comunión se manifiesta en el hecho de hacerse miembro de algún cuerpo
organizado de creyentes. Si te mantienes aislado de todas las iglesias organizadas,
y esperas tener de esta manera una comunión más amplia con todos los creyentes
de todas las congregaciones, me temo que te estarás engañando. Has de echar de
menos aquellas cosas provechosas que emanan de la unión íntima con una iglesia
local. En ciertas ocasiones, personas bien intencionadas se han mantenido
aisladas de la membresía de una iglesia, pero, por lo general, sus vidas
cristianas han sufrido como consecuencia de esta conducta.
Si realmente has
recibido al Señor Jesucristo como tu Salvador, busca tan pronto como te sea
posible, a otros hermanos que le hayan recibido también, y júntate con ellos en
la iglesia.
Debes tener presente
que no has de encontrar una iglesia perfecta. Si esperas hasta encontrarla,
nunca podrás ser miembro de ninguna. Si una iglesia es fiel a la Palabra de
Dios y a las doctrinas del evangelio de Jesucristo, aun cuando haya algunas
fallas en su práctica y en su conducta, debes ser miembro de ella y hacer lo
que puedas para contribuir a su progreso espiritual. El resultado será que tu
vida también ha de progresar espiritualmente.
Deseamos decir, sin
embargo, antes de pasar a otro tema, que es mejor no ser miembro de ninguna
iglesia, que pertenecer a una iglesia modernista. Por iglesia modernista, queremos
decir una iglesia que no sostiene que la Biblia es la Palabra de Dios, y que no
considera que la muerte de Cristo haya sido esencial para la salvación de los
pecadores. Estas iglesias no predican el nuevo nacimiento y no hacen esfuerzo
alguno para ganar a los hombres y a las mujeres llevándolos a una aceptación
personal de Jesucristo. La mayor parte de las iglesias fundamentales y
espirituales, han de tener una reunión de oración durante la semana, y esta es
una manera bastante segura por la cual podrás diferenciar una iglesia de sana
doctrina de una iglesia modernista. En la mayoría de las ciudades de América,
supongo que habrá alguna iglesia que no esté lejos de donde vivas, y en la
cual puedas tener verdadera comunión cristiana.
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