viernes, 2 de agosto de 2019

MEDITACIÓN

"Gad, ejército lo acometerá; más él acometerá al fin." Génesis 49: 19.



Algunos de nosotros hemos sido como la tribu de Gad. Por un tiempo nuestros adversarios fueron demasiado numerosos para nosotros, y vinieron en contra nuestra como una tropa. Sí, y por un tiempo nos acometieron y mostraron gran exultación por causa de su victoria temporal. Con eso únicamente demostraron que la primera parte de la herencia familiar es nuestra realmente, pues el pueblo de Cristo, como Dan, será acometido por una tropa. Ser acometido es muy doloroso, y habríamos desesperado, si no hubiésemos creído por fe, en la segunda parte de la bendición de nuestro padre, "él acometerá al fin." "Bien está lo que bien acaba", dijo el poeta del mundo; y dijo la verdad. Una guerra ha de ser juzgada, no por los primeros éxitos o reveses, sino por lo que ocurre "al fin". El Señor dará la victoria a la verdad y a la justicia "al fin"; y, como dice el señor Bunyan, eso quiere decir para siempre, pues nada puede sobrevenir después del fin.
Lo que necesitamos es una paciente perseverancia en hacer el bien, y una tranquila confianza en nuestro glorioso Capitán. Cristo, nuestro Señor Jesús, quiere enseñarnos Su arte santa de poner nuestros rostros como un pedernal para completar nuestra obra o para atravesar nuestro sufrimiento hasta que podamos decir: "consumado es." Aleluya. ¡Victoria! ¡Victoria! Nosotros creemos en la promesa. "Él acometerá al fin."
C.H. Spurgeon

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