viernes, 7 de febrero de 2020

Las tres maneras más fecundas cómo el diablo obra en la Iglesia

Irreverencia, mala doctrina y falsa profesión


Son muchos los ardides que Satanás promueve con el fin de distraer a los hombres, ya sean creyentes o no, y donde más se destaca su astucia es en hacer descuidar a los hijos de Dios para que no presten atención a la Palabra del Señor.


Cristo dijo: “El Sembrador salió a sembrar. Y aconteció sembrando, que una parte cayó junto al camino; y vinieron las aves del cielo, y la tragaron.” (Marcos 4:3,4) El mismo Señor explicó que estas aves representan a Satanás, que quita la Palabra de los corazones de aquellos que la oyeron.
La falta de consagración y de santidad práctica se debe al poco interés y a la falta de reverencia al oír o leer la Palabra de Dios. El secreto del éxito de la vida del profeta Samuel se debe a la inclinación de su oído: “Habla, que tu siervo oye.” (1 Samuel 3:10)
El diablo quita la concentración a la Palabra de Dios por medio de la preocupación y ansiedad de esta vida. En el culto el diablo roba la preciosa palabra cuando un hermano duerme durante el culto o si se distrae o distrae a los demás. Permitir la indiferencia o postergar la ejecución después que se oye la Palabra de Dios son derrotas del creyente y victorias para el diablo que, con su lema, “Hoy, no; mañana, sí,” se han perdido millones de seres humanos.
La segunda manera como el diablo obra en la Iglesia: primero, roba la semilla; ahora, siembra cizaña. (Mateo 13:24-26) En este caso, siembra la cizaña entre la simiente y como consecuencia trae tres grandes dificultades: 1. la semejanza al trigo (v. 26); 2. la raíz entrelazada con la raíz del trigo (v.29); 3. los frutos malos de su naturaleza (vv. 25,30).
¡Oh, cuánto mal ha hecho la cizaña en la Iglesia! Las adiciones humanas a la doctrina apostólica es cizaña. Las sectas heréticas confundidas con el cristianismo son cizaña. Las divisiones entre los hermanos que han debilitado el testimonio, es cizaña. Las campañas evangelísticas con su multitud de convertidos sin haber permitido la obra del Espíritu Santo, es cizaña que se introduce en la Iglesia. La liviandad y mundanalidad practicadas por muchos cristianos que escandaliza, contrista y aparta a los sencillos, es cizaña.
La semejanza de la cizaña al trigo se ve cumplida en muchos cristianos profesantes que tienen miel en la boca y ajenjo en sus obras. Ahora poco, visitamos a unos creyentes en La Guaira. Nos contaron su historia de veinticinco años atrás, cuando habían sido convencidos del evangelio. En su camino se interpuso otro creyente con lengua muy dulce, pero sus obras hicieron que esa familia se retirara del evangelio hasta ahora que han obedecido a la fe y al bautismo.
El tercer trabajo del diablo en la Iglesia, lo hace a la sombra del árbol de mostaza, figura de la Iglesia en su principio y su desarrollo. (Mateo 13:31,32) Las aves o Satanás han hecho nido en las ramas del árbol. Encaramados allí, aparecieron juntamente en la iglesia de Colosas los que estaban rindiendo culto con mucha humildad a los ángeles. En los días del profeta Jeremías, el pueblo rendía culto a la reina del cielo.
El romanismo ha hecho el nido más grande, porque ha hecho a María la reina del cielo, la madre de todos, arca de la alianza, etc. Hicieron su nido también los legalistas que aparecieron en las iglesias de Galacia, y más nidos siguen perfilándose con la cantidad de nuevas y diversas doctrinas. El fin que el diablo persigue es confundir a las gentes para que no se salven. El que oye la Palabra del Señor y la obedece dará fruto de acuerdo a su capacidad a treinta, a sesenta y a ciento.
José Naranjo, Sana Doctrina, Venezuela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario