Irreverencia, mala doctrina y falsa
profesión
Son muchos los ardides que Satanás
promueve con el fin de distraer a los hombres, ya sean creyentes o no, y donde
más se destaca su astucia es en hacer descuidar a los hijos de Dios para que no
presten atención a la Palabra
del Señor.
Cristo dijo: “El Sembrador salió a sembrar. Y
aconteció sembrando, que una parte cayó junto al camino; y vinieron las aves
del cielo, y la tragaron.” (Marcos 4:3,4) El mismo Señor explicó que estas aves
representan a Satanás, que quita la
Palabra de los corazones de aquellos que la oyeron.
La
falta de consagración y de santidad práctica se debe al poco interés y a la
falta de reverencia al oír o leer la
Palabra de Dios. El secreto del éxito de la vida del profeta
Samuel se debe a la inclinación de su oído: “Habla, que tu siervo oye.” (1
Samuel 3:10)
El diablo quita la concentración a la Palabra de Dios por medio
de la preocupación y ansiedad de esta vida. En el culto el diablo roba la
preciosa palabra cuando un hermano duerme durante el culto o si se distrae o
distrae a los demás. Permitir la indiferencia o postergar la ejecución después
que se oye la Palabra
de Dios son derrotas del creyente y victorias para el diablo que, con su lema,
“Hoy, no; mañana, sí,” se han perdido millones de seres humanos.
La
segunda manera como el diablo obra en la Iglesia : primero, roba la semilla; ahora, siembra
cizaña. (Mateo 13:24-26) En este caso, siembra la cizaña entre la simiente y
como consecuencia trae tres grandes dificultades: 1. la semejanza al trigo (v. 26); 2. la raíz entrelazada con la raíz del trigo (v.29); 3. los frutos malos de su naturaleza
(vv. 25,30).
¡Oh, cuánto mal ha hecho la cizaña en la Iglesia ! Las adiciones
humanas a la doctrina apostólica es cizaña. Las sectas heréticas confundidas
con el cristianismo son cizaña. Las divisiones entre los hermanos que han
debilitado el testimonio, es cizaña. Las campañas evangelísticas con su
multitud de convertidos sin haber permitido la obra del Espíritu Santo, es
cizaña que se introduce en la
Iglesia. La liviandad y mundanalidad practicadas por muchos
cristianos que escandaliza, contrista y aparta a los sencillos, es cizaña.
La semejanza de la cizaña al trigo se ve cumplida en
muchos cristianos profesantes que tienen miel en la boca y ajenjo en sus obras.
Ahora poco, visitamos a unos creyentes en La Guaira. Nos contaron
su historia de veinticinco años atrás, cuando habían sido convencidos del
evangelio. En su camino se interpuso otro creyente con lengua muy dulce, pero
sus obras hicieron que esa familia se retirara del evangelio hasta ahora que
han obedecido a la fe y al bautismo.
El
tercer trabajo del diablo en la
Iglesia , lo hace a la sombra del árbol de mostaza, figura de la Iglesia en su principio y
su desarrollo. (Mateo 13:31,32) Las aves o Satanás han hecho nido en las ramas
del árbol. Encaramados allí, aparecieron juntamente en la iglesia de Colosas
los que estaban rindiendo culto con mucha humildad a los ángeles. En los días
del profeta Jeremías, el pueblo rendía culto a la reina del cielo.
El romanismo ha hecho el nido más
grande, porque ha hecho a María la reina del cielo, la madre de todos, arca de
la alianza, etc. Hicieron su nido también los legalistas que aparecieron en las
iglesias de Galacia, y más nidos siguen perfilándose con la cantidad de nuevas
y diversas doctrinas. El fin que el diablo persigue es confundir a las gentes
para que no se salven. El que oye la
Palabra del Señor y la obedece dará fruto de acuerdo a su
capacidad a treinta, a sesenta y a ciento.
José
Naranjo, Sana Doctrina, Venezuela.
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