domingo, 13 de junio de 2021

Los Profetas y Sus Profecías


 Jehová contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden.... Mi pueblo fue destruido, porque lo faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. (Oseas 4:1-2,6)

           Las acusaciones que el Señor aquí presenta en contra de Israel bien podrían dirigirse contra toda la humanidad en la actualidad. La anarquía sigue en aumento, mientras que los gobiernos promulgan leyes para aprobar la maldad y el pecado bajo la bandera de los derechos humanos. El lenguaje utilizado en público y en los medios de comunicación se vuelve cada vez más sucio y profano. Las mentiras son pan de cada día, especialmente de parte de los políticos y los que están en eminencia. Diariamente oímos noticias de guerras asesinatos masivos y todo tipo de atrocidades. Robar ya no sólo se limita a un simple robo por sorpresa; hoy en día se han diseñado esquemas sofisticados y complejos para enriquecer a sus creadores dentro de los círculos financieros más elevados, trayendo así ruina muchas personas. El adulterio, la fornicación y todo tipo de perversiones, especialmente entre las «celebridades», ¡son realzados y presentados como formas de vida a imitar!

            La gente rechaza el conocimiento de Dios deliberadamente. Niegan o minimizan la importancia de la sana doctrina, mientras que la tolerancia a todo tipo de males se ha convertido en la máxima «virtud» de la sociedad. Las consecuencias solamente pueden ser trágicas. Nuestro santo Dios debe intervenir en juicio. Dios no puede aceptar que quienes aman tales cosas lo sirvan aceptablemente como sacerdotes. Este tipo de cosas traerá tristes y tremendos efectos sobre las generaciones siguientes, pues Dios visita la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación

Eugene P. Vedder, Jr.

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