Un alimento bueno para las hormigas
La hormiga necesita comer alimento adecuado. Ellas emplean sus antenas para inspeccionar la comida antes de tomarla con la boca. Se llevan muchas cosas diferentes al hormiguero cada día. Las hormigas allí clasifican todas las cosas, y deciden dónde poner cada artículo. Estas «hormigas clasifica-doras» envían mucha de la comida al área donde la reina hormiga está poniendo los huevos. […] La hormiga reina y las que la ayudan necesitan cantidades extra de una sustancia que forma una parte importante de su dieta. Esta sustancia se
llama proteína, y las ayuda a desempeñar bien su función. La reina necesita proteína debido a que pone huevos. Las ayudantes la necesitan porque trabajan mucho. Las «hormigas clasificadoras» saben si viene la clase adecuada de alimentos al hormiguero y pueden ver qué es lo que se necesita en el hormiguero por el sabor de las gotas de alimentos que una hormiga le pasa a otra.
Buenos alimentos para
crecer fuertes
Para
las personas es también importante comer los alimentos adecuados. Los alimentos
dan energía a la persona para trabajar. Y esta energía se consigue de alimentos
como el arroz, las papas, el pan y la mandioca. Hombres, mujeres y niños,
necesitan comer buenos alimentos. Los que no comen de una manera adecuada
pueden debilitarse y perder peso.
Consumiendo el alimento
apropiado
Los
padres tienen la responsabilidad de alimentar a sus hijos con buenos alimentos.
Tienen que traer al hogar unos alimentos que les den energía y que les sirvan
para crecer fuertes.
Un buen alimento espiritual
El buen alimento espiritual nos ayuda a crecer fuertes. La Palabra de Dios es como la leche que nos puede alimentar cuando hemos nacido de nuevo en la familia de Dios (1 Pedro 2:2). Necesitamos seguir comiendo el alimento espiritual y creceremos en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (2 Pedro 3:18). Cuando hayamos crecido, podremos comer vianda o alimento sólido y crecer fuertes. Esto significa que conoceremos la Palabra de Dios y que podremos enseñar a otros. Podremos conocer la diferencia entre el bien y el mal (Hebreos 5:12-14).
A veces nuestro apetito no es bueno y perdemos el hambre
por la buena comida. Podemos perder nuestro apetito por la Pa-labra de Dios
cuando seguimos las cosas del mundo. Podemos gozar de la «mejor comida» para
nuestras almas cuando acudimos al Señor (Isaías 55:2,3).
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