Pasos
para el estudio Bíblico
PASO N° 1: OBSERVACIÓN
Algunos
de nosotros hemos sido miembros de un jurado. Quizás la mayoría los ha visto
por televisión. Uno de los aspectos fascinantes de cualquier caso son los
testigos y lo que ellos dicen. Algunos son muy observadores y lo que dicen
parece muy creíble. Cuando ellos no vieron, no decían que lo habían hecho, y
cuando sí lo hacían, describían lo que vieron sólo hasta el punto en que podían
recordarlo con exactitud. En algunos testigos es notable que no son dignos de
confianza.
Los
poderes de observación de algunos han sido probados por películas de
entrenamiento creadas por el FBI. Pensamos que lograremos un alto puntaje al
contestar las preguntas sobre una corta filmación de la escena de un accidente.
A menos que estemos fuera del promedio, es probable que acertemos sólo un tercio
de las preguntas. “¿De qué color era el paraguas de la señora? ¿Era oscuro o
claro?” Creemos que debe haber sido oscuro. Pero en realidad, ¡no tenía
paraguas! Un agente entrenado del FBI puede realizar el mismo cuestionario y
acertarlas todas o casi todas.
Cuando
estudiamos la Palabra de Dios debemos aprender a sujetar nuestra imaginación a
la observación, pero no así cuando necesitemos usarla para la presentación
creativa. Necesitamos entrenar nuestras mentes para ver lo que está allí y no
agregar lo que nosotros creemos o que nos han enseñado que está allí.
Aquí
hay algunas preguntas que pueden hacerse cuando está observando.
(A) UNA PRIMERA
PREGUNTA GENERAL:
¿CUÁL
ES EL “CONTEXTO”?
Como
ya hemos visto, “¡el texto fuera de contexto es un pretexto!” Por supuesto, no
siempre es de esta manera. Muchos versículos de los evangelios nos dan las
enseñanzas principales de la Biblia “en pocas palabras”, como Martín Lutero
dijo de Juan 3:16, por ejemplo. Sin embargo, como regla, tenemos que diferenciar
los libros de la Biblia que estamos estudiando, el orador o escritor, y la
audiencia o los receptores de una epístola.
Muchos
líderes religiosos usan Juan 3:5 para enseñar que es necesario ser bautizado en
agua para ser salvo. El versículo dice así:
Respondió Jesús: De
cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede
entrar en el reino de Dios.
Aun
así, en contexto, Cristo no pudo haber estado hablando acerca del bautismo
cristiano porque Jesús le está hablando a un líder judío antes de que la
iglesia cristiana fuese fundada (en el Pentecostés). Y a pesar de que es cierto
que los judíos tenían un bautismo prosélito para los que se convertían al
judaísmo, Nicodemo no era un convertido sino un judío de nacimiento y además un
respetable maestro de Israel.
Otras
personas usan las palabras de Jesús en Juan 6 para apoyar la idea de que
comemos y bebemos el cuerpo y la sangre de Cristo en la Cena del Señor (pero
“oculto” dentro de la sustancia del pan y el vino). ¿A quién estaba diciendo
Jesús estas cosas? Estaba en una sinagoga en Capernaum, se dirigía a judíos,
mayormente oponentes, antes de que se hubiese ordenado la Cena del Señor, o
cualquier congregación cristiana haya observado esta ordenanza. El versículo 63
también aclara que las palabras no deben ser tomadas físicamente, sino espiritualmente:
“Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.”
(B) PREGUNTAS
PARA HACER
Las
preguntas que hacemos son muy simples y básicas, algunas quizás las hayamos
aprendido en la escuela y otras las hayamos olvidado.
Pregunta
1. ¿Quién?
Lea
un pasaje. Escoja uno corto al principio. ¿Quién lo escribió? ¿A quién está
dirigido? ¿Quién está hablando (si es una cita)? ¿Quién está actuando? ¿A quién
se está refiriendo?
Pregunta
2. ¿Qué? o ¿Cuál?
¿Qué
está sucediendo? ¿Qué tipo de escritura es esta? ¿Poesía? ¿Sermón? ¿Historia?
¿Doctrina? ¿Profecía? ¿Cuál es la situación? ¿Cuál es la clave del argumento?
¿Cuál es el tono del escritor? Estas preguntas pueden continuar
indefinidamente.
Pregunta
3. ¿Cuándo?
¿Cuándo
— pasado, presente, o futuro — sucedió lo del texto? ¿Fue en la época antes de
que Israel fuera fundado? ¿Fue escrito durante la era cristiana? ¿Es una
predicción del futuro? ¿Del cielo?
Pregunta
4. ¿Dónde?
¿Ocurrió
en el desierto mientras Israel vagaba? ¿Fue en Jerusalén? ¿En Babilonia? ¿En el
reino venidero? El lugar es muy importante en cualquier evento histórico. En
una corte, al defendido siempre se le pregunta, “¿Dónde estaba usted la noche
que sucedió el crimen?”
Pregunta
5. ¿Cómo?
¿Cómo
se dio la situación del pasaje? ¿Por amor? ¿A causa de la guerra? ¿La rebelión?
¿Un plan cuidadoso? ¿Intervención divina?
Pregunta
6. ¿Por qué?
Cuando
llegamos a la razón, el factor interpretativo tiende a participar más de lo que
debería durante la etapa de observación del estudio bíblico. A veces es
bastante claro por qué suceden ciertas cosas: Fue predicho por Dios; era la
consecuencia natural de algo que sucedió antes.
Ahora
tomemos Gálatas 1 y contestemos estas preguntas:
¿Quién?
Fue escrito por Pablo a los creyentes llamados Gálatas.
¿Qué?
El apóstol estaba molesto porque estas personas estaban escuchando un evangelio
falso. Su tono se percibe enojado.
¿Cuándo?
Fue en los primeros días de la iglesia. Pablo les había predicado el evangelio
previamente a ellos.
¿Dónde?
Si se observa en un mapa en las últimas páginas de la Biblia o en un atlas
bíblico, verá que Galacia se ubicaba en Asia Menor. No hay indicios del lugar
en el que Pablo se encontraba al momento de escribir la carta.
¿Cómo?
Llegaron al apóstol ciertos reportes acerca de la inconstancia de los Gálatas.
Él se asombró de su inestabilidad.
¿Por
qué? Fue para combatir el error y defender su autoridad como apóstol y el
evangelio que predicaba.
PASO
2: INTERPRETACIÓN
El
primer paso consistía en observar lo que el pasaje dice, el segundo tiene que
ver con lo que significa. A veces el texto es tan claro y simple que usted no
tendrá que esforzarse por encontrar su significado; esto si usted mantiene el
texto y no lo usa para probar alguna idea propia, énfasis privado, o, en el
último de los casos, una herejía.
Comencemos
con un versículo que casi todo el cristianismo está de acuerdo en su
significado.
En
1 Pedro 5:7 el apóstol nos dice que echemos “toda nuestra ansiedad sobre él,
porque él tiene cuidado de vosotros.” El significado es claro en este verso
(¡aunque la aplicación es un tema aparte!).
Tenemos
que depositar todas nuestras preocupaciones en Dios porque Él cuida de
nosotros. Quizá queramos revisar otras traducciones.
La
palabra ‘cuidado’ proviene de un verbo griego que significa mostrar interés o
preocupación por la persona u objeto que uno cuida (meló). Por consiguiente,
Pedro hace una distinción entre el cuidado (preocupación) ansioso y el cuidado
afectivo. Millones de europeos que vivieron al final de la Segunda Guerra
Mundial saben exactamente lo que significa cuidado’ debido a los considerados
paquetes de ayuda que los estadounidenses lanzaron desde los aviones.
Ciertos
detalles enriquecen nuestra interpretación, pero el significado es
perfectamente claro y se expresa de manera hermosa en la versión RV, debido a
la elección de las palabras en la era de la Reforma.
En
el caso de los versículos más difíciles, especialmente los controversiales, se
debe poner mucho cuidado al intentar descubrir el verdadero significado. Por
ejemplo, ocurre con la gente que no cree en la salvación por gracia a través de
la fe, que cuando se les presenta una enseñanza bíblica clara dicen, “Ah, esa
es su interpretación.” Generalmente dicen que hay ciertos estatutos religiosos
o tradiciones — como enseñar la salvación en parte por obras - que dejan a un
lado o descartan los muchos textos que enseñan que la salvación es “por gracia
por medio de la fe”, como lo hace Efesios 2:8.
Muchas
diferencias entre cristianos no tienen que ver con pasajes ambiguos que varios
grupos interpretan de manera diferente. La mayoría de las veces es un tema de
a cuánta tradición eclesiástica se adhiere una denominación.
Por
ejemplo, en la era de la Reforma (1560s), Martín Lutero sintió que estaba bien
mantener las cosas que no eran específicamente prohibidas por la Biblia, como
los hábitos, las velas, etc. Juan Calvino, por otra parte, quiso quitar
prácticamente todo lo que no se encontraba en la Biblia. Las iglesias libres,
que nunca se volvieron iglesias estatales en ningún país, fueron las más
radicales de todas. Creemos que fueron sabios al no permitir cosas tales como
el bautismo de niños, las iglesias estatales, y otras más. Las iglesias
Bautistas, Metodistas, Bíblicas, y aquellas conocidas como los Hermanos Libres,
tienen su descendencia espiritual en esta última categoría.
Interpretemos
un pasaje difícil y controversial para ilustrar cuán complicada puede volverse
esta etapa del estudio bíblico.
Pedro les dijo:
“Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para
perdón
de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu
Santo” (Hechos 2:38).
Observe,
primero, a quién está dirigiendo Pedro estas palabras. Fue a los hombres de
Judea (v. 14), los hombres de Israel (v. 22). Él no se estaba refiriendo a
cristianos, sino a judíos inconversos.
La
primera palabra que les dirige es “Arrepentíos”. ¿De qué deben arrepentirse? En
un sentido general, deben arrepentirse de todos sus pecados, pero Pedro tenía
un pecado particular en mente: Haber crucificado al Señor de la gloria. Esto es
aclarado en los versículos 23 y 36:
A este, entregado por
el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y
matasteis por manos de inicuos, crucificándolo (v. 23).
Sepa, pues,
ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros
crucificasteis, Dios lo ha hecho Señor y Cristo (v. 36).
Luego
del arrepentimiento, ¿qué más debían hacer los que estaban escuchando a Pedro?
Ser bautizados en el nombre de Jesucristo. Esto significa que deben ser
bautizados con un bautismo cristiano. AI hacer esto, se estarían identificando
públicamente con el Señor Jesucristo, y disociándose de la nación que le
crucificó.
Se
dice que este bautismo es para “la remisión (perdón) de los pecados.” Sólo a
los judíos se les indicaba ser bautizados para ser perdonados por sus pecados.
Como ya hemos visto, en este pasaje sus pecados se asocian particularmente a
cómo ellos trataron al Mesías. Al pasar por las aguas del bautismo, se
salvaban de “esta perversa generación” (v. 40). Se separaban de la nación que
era culpable de la muerte de Cristo (véase Mt. 27:23).
El
bautismo en agua no salvaba sus almas, sino que los salvaba de la culpa por la
sangre de Cristo. Sus almas eran salvas mediante el arrepentimiento y la fe en
el Señor. Ese es el testimonio general de las Escrituras. El bautismo en agua
los sacaba de suelo judío para ubicarlos en suelo cristiano.
Existe
otra interpretación válida para la expresión “para remisión de pecados.” Puede
querer decir “por la remisión de pecados.” Por el arrepentimiento (se
sobreentiende la fe), ellos recibieron la remisión de los pecados. Por causa de
esto, se les pedía que fueran bautizados. El bautismo era entonces una señal
externa de lo que estaba sucediendo en el interior.
“Recibiréis
el don del Espíritu Santo.” Tan pronto como estos judíos se arrepentían y
creían, ellos se convertían. Tan pronto como proclamaban fidelidad al Mesías de
manera pública a través del bautismo, recibían el Espíritu Santo.
PASO
3: APLICACIÓN
Lógicamente,
la última etapa consiste en aplicar lo que se ha aprendido. Lo que el pasaje
dice viene a ser la observación. Lo que el pasaje significa, la interpretación.
Lo que el pasaje significa para mí (o para otros) es la aplicación.
Demasiados
de nosotros hemos tenido contacto con los llamados “estudios bíblicos” que en
realidad son un compendio de ignorancia. Quizá lean cuatro o cinco traducciones
diferentes, y expresen lo que significa “para ellos” — frecuentemente sin
haber observado el contexto, ¡o siquiera las reglas básicas de la gramática!
Pero
nosotros deberíamos aplicar el texto. De otra manera, estudiar el Libro de Dios
se volvería un mero ejercicio intelectual académico.
No
todo el material es directamente aplicable a nuestras vidas. Por ejemplo,
cuando se les pide a todos los nativos de Israel que se presenten delante del
Señor tres veces al año en las principales fiestas judías, nosotros no podemos
esperar hacer eso. Pero este mandamiento, por aplicación, puede ser de ánimo
para los cristianos a que seamos fieles a las reuniones de nuestra iglesia.
Pero
cuando se nos dice, “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos
16:31), si aún no lo hemos hecho, deberíamos. Si nunca nos hemos bautizado,
deberíamos obedecer esta petición del Nuevo Testamento. Y si somos conscientes
que nuestro Señor pide a Su pueblo que le recuerde en la Santa Cena (de hecho,
lo hace en 1 Cor. 11:24), deberíamos asegurarnos de hacerlo cada vez que sea posible.
Algunos
mandamientos - como el de controlar nuestras lenguas - puede tomar años de
cuidadosa nutrición de la obediencia. ¡Pero esta aplicación del mandamiento de
Santiago 3:1-12 tiene que comenzar en alguna parte!
Para
usted mismo, o al final de una clase de estudio bíblico, o al final del sermón,
mostrar una lista de las posibles aplicaciones que encontramos en los diversos
tipos de personajes representados en un pizarrón o proyector, puede resultar
una muestra visual impresionante de la versatilidad que posee el suficiente,
infalible y hermosamente construido Libro de Dios.
Disfrute su Biblia,
cap. IV.