Pautas necesarias para nuestro caminar en esta
tierra
Acerca de la ética Laboral
“El que hace bien su trabajo, estará al
servicio de reyes y no de gente insignificante.” Proverbios 22.29
Dios
estableció que el hombre debe trabajar: “Te ganarás el pan con el sudor de tu
frente” (Génesis 3-19), pero también Dios permite que disfrutemos de todo lo
que nos da y espera que sepamos administrar nuestras labores correctamente y
con integridad. Hay dos actitudes que debemos vigilar: cómo nos enfrentamos a
nuestras tareas y cómo resolvemos cada labor o contratiempo que se nos
presenta, y nuestras actitudes al relacionarnos con nuestros compañeros de
trabajo, con nuestros superiores o con nuestros empleados.
Debemos
actuar con responsabilidad y caracterizarnos por el proceder pautado por Dios
para con sus hijos. De esta manera, Dios se agradará con nuestra conducta y
muchos que nos observen podrán imitar nuestros buenos ejemplos. Seamos fieles y
honestos con cada una de las actividades que Dios colocó en nuestras manos y
honrémosle con cada cosa que hagamos.
(En
este capítulo se habla de “esclavos, siervos, criados, amos”, ya que así estaba
conformada la sociedad de entonces. Si intentamos contextualizar los términos,
hoy los nombraríamos “empleados, empleadores o patrones”).
Relaciones
de trabajo con justicia, responsabilidad, obediencia y respeto
EL
DEBER DE TRABAJAR
Hermanos, les ordenamos en el nombre
de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de cualquier hermano que lleve una
conducta indisciplinada y que no siga las tradiciones que recibieron de
nosotros. Pues ustedes saben cómo deben vivir para seguir nuestro ejemplo:
nosotros no llevamos entre ustedes una conducta indisciplinada, ni hemos comido
el pan de nadie sin pagarlo. Al contrario, trabajamos y luchamos día y noche
para no serle una carga a ninguno de ustedes. Y ciertamente teníamos el derecho
de pedirles a ustedes que nos ayudaran, pero trabajamos para darles el ejemplo
que ustedes deben seguir. Cuando estuvimos con ustedes, les dimos esta regla:
El que no quiera trabajar, que tampoco coma. Pero hemos sabido que algunos de
ustedes llevan una conducta indisciplinada, muy ocupados en no hacer nada. A
tales personas les mi uníamos y encargamos, por la autoridad del Señor
Jesucristo, que trabajen tranquilamente para ganarse la vida. 2 Tesalonicenses
3 6-12
Procuren
vivir tranquilos y ocupados en sus propios asuntos, trabajando con sus manos
como les hemos encargado, para que los respeten los de afuera y ustedes no
tengan que depender de nadie. 1 Tesalonicenses 4.11-12
Ahora,
hermanos, los encomiendo a Dios y al mensaje de su amor. Él tiene poder para
hacerlos crecer espiritualmente y darles todo lo que ha prometido a su pueblo
santo. No he querido para mí mismo ni el dinero ni la ropa de nadie; al
contrario, bien saben ustedes que trabajé con mis propias manos para conseguir
lo necesario para mí y para los que estaban conmigo. Siempre les he enseñado
que así se debe trabajar y ayudar a los que están en necesidad, recordando
aquellas palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir”. Hechos
20.32-35
Anda a ver a la
hormiga, perezoso; fíjate en lo que hace, y aprende la lección: aunque no tiene
quien la mande ni quien le diga lo que ha de hacer, asegura su comida en el
verano, la almacena durante la cosecha. ¡Basta ya de dormir, perezoso! ¡Basta
ya de estar acostado! Mientras tú sueñas y cabeceas, y te cruzas de brazos para
dormir mejor, la pobreza vendrá y te atacará como un vagabundo armado. Proverbios
6.6-11
CONSEJOS
A LOS EMPLEADOS
Esclavos, obedezcan ustedes a los
que aquí en la tierra son sus amos. Háganlo con respeto, temor y sinceridad de
corazón, como si estuvieran sirviendo a Cristo. Sírvanles, no solamente cuando
ellos los están mirando, para quedar bien con ellos, sino como siervos de
Cristo, haciendo sinceramente la voluntad de Dios. Realicen su trabajo de buena
gana, como un servicio al Señor y no a los hombres. Pues deben saber que cada
uno, sea esclavo o libre, recibirá del Señor según lo que haya hecho de bueno. Efesios
6.5-8
Aconseja
a los siervos que obedezcan en todo a sus amos; que sean amables y no
respondones. Que no roben, sino que sean completamente honrados, para mostrar
en todo qué hermosa es la enseñanza de Dios nuestro Salvador. Tito 2.9-10
Sirvientes,
sométanse con todo respeto a sus amos, no solamente a los buenos y comprensivos
sino también a los malos. Porque es cosa agradable a Dios que uno soporte sufrimientos
injustamente, por sentido de responsabilidad delante de él. Pues si a ustedes
los castigan por haber hecho algo malo, ¿qué mérito tendrá que lo soporten con
paciencia? Pero si sufren por haber hecho el bien, y soportan con paciencia el
sufrimiento, eso es agradable a Dios. 1 Pedro 2.18-20
El que cuida de la higuera come los higos; el que cuida
de su amo recibe honores. Proverbios 27.18
CONSEJOS
A LOS EMPLEADORES
Y ustedes, amos, pórtense del mismo
modo con sus siervos, sin amenazas. Recuerden que tanto ustedes como ellos
están sujetos al Señor que está en el cielo, y que él no hace discriminaciones.
Efesios 6.9
Amos,
sean justos y razonables con sus esclavos. Acuérdense de que también ustedes
tienen un Señor en el cielo. Colosenses 4.1
No uses la violencia contra tu
prójimo ni le arrebates lo que es suyo. No retengas la paga del trabajador
hasta el día siguiente. Levítico 19.13
Si mis criados me reclamaban algo,
yo siempre atendía a sus peticiones. ¿De qué otra manera podría yo presentarme
ante Dios? ¿Qué le respondería cuando él me pidiera cuentas? Un mismo Dios nos
formó en el vientre, y tanto a ellos como a mí nos dio la vida. Job 3113-15
Si a alguien le he robado sus productos, o si he
explotado a los campesinos, ¡que mis tierras produzcan espinos en vez de trigo,
y mala hierba en vez de cebada! Job 31:39-40a
LA AMBICIÓN DESMEDIDA
Dijo Jesús:
Cuídense de toda avaricia; porque la vida no depende del
poseer muchas cosas.
Entonces les contó esta parábola: “Había un hombre rico, cuyas
tierras dieron una gran cosecha. El rico se puso a pensar: ‘¿Qué haré? No tengo
dónde guardar mi cosecha’. Y se dijo: ‘Ya sé lo que voy a hacer. Derribaré mis
graneros y levantaré otros más grandes, para guardar en ellos toda mi cosecha y
todo lo que tengo. Luego me diré: Amigo, tienes muchas cosas guardadas para
muchos años; descansa, come, bebe, goza de la vida’. Pero Dios le dijo: Necio,
esta misma noche perderás la vida, y lo que tienes guardado, ¿para quién será?’
Así le pasa al hombre que amontona riquezas para sí mismo, pero es pobre
delante de Dios”. Lucas 12.15-21
Tomado
de librito “Acerca de la Ética”, editado por Sociedad Bíblica Argentina. Se usa
la Versión popular Dios Habla Hoy.
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