sábado, 16 de abril de 2022

ÉTICA CRISTIANA (4)

 

Pautas necesarias para nuestro caminar en esta tierra


 


Acerca de la ética Laboral


“El que hace bien su trabajo, estará al servicio de reyes y no de gente insignificante.” Proverbios 22.29


Dios estableció que el hombre debe trabajar: “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente” (Génesis 3-19), pero también Dios permite que disfrutemos de todo lo que nos da y espera que sepamos administrar nuestras labores correctamente y con integridad. Hay dos actitudes que debemos vigilar: cómo nos enfrentamos a nuestras tareas y cómo resolvemos cada labor o contratiempo que se nos presenta, y nuestras actitudes al relacionarnos con nuestros compañeros de trabajo, con nuestros superiores o con nuestros empleados.

Debemos actuar con responsabilidad y caracterizarnos por el proceder pautado por Dios para con sus hijos. De esta manera, Dios se agradará con nuestra conducta y muchos que nos observen podrán imitar nuestros buenos ejemplos. Seamos fieles y honestos con cada una de las actividades que Dios colocó en nuestras manos y honrémosle con cada cosa que hagamos.

(En este capítulo se habla de “esclavos, siervos, criados, amos”, ya que así estaba conformada la so­ciedad de entonces. Si intentamos contextualizar los términos, hoy los nombraríamos “empleados, emplea­dores o patrones”).

 

Relaciones de trabajo con justicia, responsabilidad, obediencia y respeto

EL DEBER DE TRABAJAR

            Hermanos, les ordenamos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de cualquier hermano que lleve una conducta indisciplinada y que no siga las tradiciones que recibieron de nosotros. Pues ustedes saben cómo deben vivir para seguir nuestro ejemplo: nosotros no llevamos entre ustedes una conducta indisciplinada, ni hemos comido el pan de nadie sin pagarlo. Al contrario, trabajamos y luchamos día y noche para no serle una carga a ninguno de ustedes. Y ciertamente teníamos el derecho de pedirles a ustedes que nos ayudaran, pero trabajamos para darles el ejemplo que ustedes deben seguir. Cuando estuvimos con ustedes, les dimos esta regla: El que no quiera trabajar, que tampoco coma. Pero hemos sabido que algunos de ustedes llevan una conducta indisciplinada, muy ocupados en no hacer nada. A tales personas les mi uníamos y encargamos, por la autoridad del Señor Jesucristo, que trabajen tranquilamente para ganarse la vida. 2 Tesalonicenses 3 6-12

Procuren vivir tranquilos y ocupados en sus propios asuntos, trabajando con sus manos como les hemos encargado, para que los respeten los de afuera y ustedes no tengan que depender de nadie. 1 Tesalonicenses 4.11-12

Ahora, hermanos, los encomiendo a Dios y al mensaje de su amor. Él tiene poder para hacerlos crecer espiritualmente y darles todo lo que ha prometido a su pueblo santo. No he querido para mí mismo ni el dinero ni la ropa de nadie; al contrario, bien saben ustedes que trabajé con mis propias manos para conseguir lo necesario para mí y para los que estaban conmigo. Siempre les he enseñado que así se debe trabajar y ayudar a los que están en necesidad, recordando aquellas palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir”. Hechos 20.32-35

Anda a ver a la hormiga, perezoso; fíjate en lo que hace, y aprende la lección: aunque no tiene quien la mande ni quien le diga lo que ha de hacer, asegura su comida en el verano, la almacena durante la cosecha. ¡Basta ya de dormir, perezoso! ¡Basta ya de estar acostado! Mientras tú sueñas y cabeceas, y te cruzas de brazos para dormir mejor, la pobreza vendrá y te atacará como un vagabundo armado. Proverbios 6.6-11

CONSEJOS A LOS EMPLEADOS

            Esclavos, obedezcan ustedes a los que aquí en la tierra son sus amos. Háganlo con respeto, temor y sinceridad de corazón, como si estuvieran sirviendo a Cristo. Sírvanles, no solamente cuando ellos los están mirando, para quedar bien con ellos, sino como siervos de Cristo, haciendo sinceramente la voluntad de Dios. Realicen su trabajo de buena gana, como un servicio al Señor y no a los hombres. Pues deben saber que cada uno, sea esclavo o libre, recibirá del Señor según lo que haya hecho de bueno. Efesios 6.5-8

Aconseja a los siervos que obedezcan en todo a sus amos; que sean amables y no respondones. Que no roben, sino que sean completamente honrados, para mostrar en todo qué hermosa es la enseñanza de Dios nuestro Salvador. Tito 2.9-10

Sirvientes, sométanse con todo respeto a sus amos, no solamente a los buenos y comprensivos sino también a los malos. Porque es cosa agradable a Dios que uno soporte sufrimientos injustamente, por sentido de responsabilidad delante de él. Pues si a ustedes los castigan por haber hecho algo malo, ¿qué mérito tendrá que lo soporten con paciencia? Pero si sufren por haber hecho el bien, y soportan con paciencia el sufrimiento, eso es agradable a Dios. 1 Pedro 2.18-20

            El que cuida de la higuera come los higos; el que cuida de su amo recibe honores. Proverbios 27.18

CONSEJOS A LOS EMPLEADORES

            Y ustedes, amos, pórtense del mismo modo con sus siervos, sin amenazas. Recuerden que tanto ustedes como ellos están sujetos al Señor que está en el cielo, y que él no hace discriminaciones. Efesios 6.9

Amos, sean justos y razonables con sus esclavos. Acuér­dense de que también ustedes tienen un Señor en el cielo. Colosenses 4.1

            No uses la violencia contra tu prójimo ni le arrebates lo que es suyo. No retengas la paga del trabajador hasta el día siguiente. Levítico 19.13

            Si mis criados me reclamaban algo, yo siempre atendía a sus peticiones. ¿De qué otra manera podría yo presentarme ante Dios? ¿Qué le respondería cuando él me pidiera cuentas? Un mismo Dios nos formó en el vientre, y tanto a ellos como a mí nos dio la vida. Job 3113-15

            Si a alguien le he robado sus productos, o si he explotado a los campesinos, ¡que mis tierras produzcan espinos en vez de trigo, y mala hierba en vez de cebada! Job 31:39-40a

LA AMBICIÓN DESMEDIDA

Dijo Jesús:

            Cuídense de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas.

      Entonces les contó esta parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. El rico se puso a pensar: ‘¿Qué haré? No tengo dónde guardar mi cosecha’. Y se dijo: ‘Ya sé lo que voy a hacer. Derribaré mis graneros y levantaré otros más grandes, para guardar en ellos toda mi cosecha y todo lo que tengo. Luego me diré: Amigo, tienes muchas cosas guardadas para muchos años; descansa, come, bebe, goza de la vida’. Pero Dios le dijo: Necio, esta misma noche perderás la vida, y lo que tienes guardado, ¿para quién será?’ Así le pasa al hombre que amontona riquezas para sí mismo, pero es pobre delante de Dios”. Lucas 12.15-21

Tomado de librito “Acerca de la Ética”, editado por Sociedad Bíblica Argentina. Se usa la Versión popular Dios Habla Hoy.

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