sábado, 16 de abril de 2022

LA EPÍSTOLA A LOS FILIPENSES (2)

 

1.1 al 11: La oración de Pablo


            El apóstol escribe en su condición de siervo (doulus) de Jesucristo, para manifestar fidelidad absoluta a él y enfatizar la humildad. Cada creyente ha sido comprado a precio, y por tanto debe manifestar estas características. “Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, … no sois vuestros … habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”, 1 Corintos 6.19,20.

            “Santos” quiere decir “personas puestas aparte”, y esto se hace evidente en las vidas puestas aparte para Dios. Posicionalmente, estos creyentes estaban en Cristo, pero en la práctica vivían sus vidas en Filipos. Sus vidas debían estar en entera armonía con su posición en Cristo, y por esto Dios había provisto gracia y paz para ellos; 1.1,2.

            Los recuerdos que el apóstol tenía formaban la base de su agradecimiento a Dios cuando pedía por ellos, 1.3,4. Su pasado le causaba gratitud, pero había una necesidad presente; los logros ya realizados no sacian la necesidad del testimonio del momento. Las gracias que Pablo da se deben a su comunión con ellos en el evangelio, 1.5, y con su confianza en Dios, 1.6. Cuán necesario es ser consecuente en la senda cristiana, y cuán estimulante es saber que Dios logrará su propósito.

            Consciente de que Dios era testigo, versículo 8, Pablo oraba a Dios para que fueran evidentes ciertas características en los cristianos:

·      Incremento de su amor, versículo 9, como un río que aumenta en volumen en su viaje hacia el mar, fluyendo entre la ciencia por un lado y el conocimiento por otro. La palabra “conocimiento” sucede solamente en este versículo, y conlleva la idea de la percepción y un sentir hacia otros. Así el incremento del amor tiene que ver con estar conscientes de la voluntad de Dios y comprender cada situación, tomando en cuenta la reacción de los demás.

·      Inteligencia en discernimiento, versículo 10, aprobando lo que es excelente. La idea es percibir qué vale más. Las cosas espirituales valen más que los materiales, y el bienestar de la asamblea es más importante que el mío propio.

·      Irreprochables en conducta, versículo 10, “Sinceros e irreprensibles”. Ser sincero es ser puro, sin elementos extraños, sin apariencia falsa. Ser irreprensible es conducirse de manera que otro no sea estorbado. Cuando nosotros somos así también, podemos promover la gloria y alabanza de Dios con el fruto que exhala la fragancia de Cristo, versículo 11.


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