domingo, 15 de mayo de 2022

Disfrute su Biblia (5)

 Casos Especiales

William Macdonald


LENGUAJE FIGURATIVO

Quizá sea mejor decir que la Biblia debe ser interpretada con naturalidad en lugar de decir que se interprete literalmen­te. Eso nos permite interpretar figuras del lenguaje que no tomamos “literalmente”, pero que su significado es real y verda­dero. Por ejemplo, cuando en el libro de los Salmos se dice que los árboles dan palmadas de aplauso, nosotros sabemos que no se habla de manos reales; sin embargo, si vemos a los álamos cuando mueven sus ramas, podemos contemplar una hermosa imagen de la obra de arte de Dios alabándole.

Analogía. Una cosa es comparada con otra, usando el térmi­no como. "... sus ojos, como llama de fuego” (Ap. 1:14).

Metáfora. Una cosa es semejante o representa a otra sin necesidad de usar las palabras “como” o “semejante a”. “Este [pan] es Mi cuerpo” (Mt. 26:26).

Metonimia. Un sustantivo se usa para referirse a otro relati­vo. En 1 Corintios 11:26, la palabra copa es usada refiriéndose al contenido de la copa. En Colosenses 3:5, 8-9, nuestro cuerpo terrenal, lo que se refiere a nuestro cuerpo físico, es usado para los pecados que se cometen con el mismo.

Hipérbole. Una exageración tan obvia que no puede ser malinterpretada. “Guías ciegos, que coláis el mosquito y tra­gáis el camello” (Mt. 23:24).

Parábola. Una narración, cierta o ficticia, que posee un significado más profundo bajo la superficie. Muchas veces, cada detalle de la parábola tiene significado; otras veces, sólo es ilustrado un mensaje. Nuestro Señor usó parábolas para que aquellos que sinceramente deseaban conocer la verdad pudie­ran entenderla, y su luz fuese encubierta de quienes no eran serios (Mt. 13:10-17).

Alegoría. Es similar a una parábola, frecuentemente de mayor longitud. Al igual que la parábola, no necesita ajustarse a demasiados detalles. Pablo usa la historia de Abraham como una alegoría, mostrando que la gracia y la ley no pueden mezclarse (Gál. 4:21-31). El Progreso del Peregrino de John Bunyan es una alegoría más extensa, ilustrando la jornada de un pecador desde el reino de Satanás a la Ciudad Celestial.

Paralelismo. “Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmos 19:1). Dos maneras de decir una misma cosa. Esta es una de las técni­cas favoritas de la poesía hebrea. Alguien dijo una vez, “A dife­rencia de nosotros, ellos ‘riman’ ideas, no palabras.”

Ironía. Uso de palabras que expresan algo diferente al signi­ficado literal, que con frecuencia contienen humor, sátira o sar­casmo. En 2 Corintios 11:8, Pablo dice que ha despojado a otras iglesias para poder predicarle a los corintios sin cargo alguno.

Sinécdoque. Se usa una parte para representar un todo; polvo eres” (Gén. 3:19); o el todo para representar una parte: un edicto... que todo el mundo fuera empadronado” (Le. 2:1).

Para los hebreos, un día de 24 horas se contaba como un onah, y cualquier parte del día también se contaba como un onah. Esta es una explicación de cómo Cristo estuvo tres días y tres noches en el corazón de la tierra — parte del viernes, todo el sábado, y parte del domingo (Mt. 12:40).

TIPOLOGÍA

La palabra tipología no tiene nada que ver con imprentas o con la tipografía, aunque estas palabras provienen del mismo término en griego, typos. Significa marca, figura, patrón, ejem­plo, o en tipología específicamente un “carácter”. En 1 Corintios 10:11 vemos que las cosas que les sucedieron a los israelitas del Antiguo Testamento eran patrones o imágenes prescritas de ver­dades espirituales que serían enseñadas en el Nuevo Testamento.

Puede tratarse de una persona, como Melquisedec; un lugar, como Canaán; o una cosa, como las partes del tabernáculo. Aquí veremos los más claros y conocidos:

El Arca de Noé. La inmersión del arca en las aguas del juicio simboliza el bautismo de Cristo para muerte en el Calvario. Así como fueron salvos sólo los que estaban en el arca, también son salvos sólo los que están en Cristo (1 Ped. 3:18-22).

Melquisedec. “Tú [Cristo] eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec” (Heb. 7:17).

Moisés. Moisés dijo, “Un profeta como yo te levantará Jehová, tu Dios, de en medio de ti...” (Deut. 18:15).

La Pascua, “porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros” (1 Cor. 5:7).

El Sumo Sacerdote, “tenemos tal Sumo Sacerdote [en el Señor Jesús]...” (Heb. 8:1).

Las Ofrendas. “Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fueran purificadas así; pero las cosas celestia­les mismas, con mejores sacrificios que estos” (Heb. 9:23).

El Velo del Tabernáculo. “... a través del velo, esto es, de su carne” (Heb. 10:20b).

El Tabernáculo. “Y el Verbo se hizo carne y habitó (lit. hizo morada o “armó su tienda”) entre nosotros...” (Jn. 1:14).

El Maná. Jesús dijo, “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo” (Jn. 6:51).

La Roca, “porque bebían de la roca espiritual que los seguía. Esa roca era Cristo” (1 Cor. 10:4b).

La Serpiente. “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levanta­do” (Jn. 3:14).

José (el hijo de Jacob, no el esposo de María). Aunque nunca se ha dicho que él es una figura simbólica del Señor Jesús, de acuerdo con Ada Habershon y Arthur Pink, existen más de 100 correspondencias entre los dos. Esto nos anima a buscar otros símbolos y figuras en las Escrituras.

Se deben evitar los extremos. Aceptar sólo las figuras men­cionadas específicamente en el Nuevo Testamento, resulta algo muy rígido a la luz de las palabras “todas estas cosas.” El otro extremo está en exagerar con la imaginación y encontrar símbo­los en todas partes, aun en el Nuevo Testamento.

Sin embargo, ninguna figura simbólica es perfecta. Especialmente en los casos referidos a nuestro Señor, sólo el antitipo (Jesucristo) es perfecto.

Además, no es sabio formar doctrinas basados en símbolos. Estos confirman o ilustran doctrinas e interpretaciones proféticas, pero no son una fuente válida para fundamentarlas.

SIMBOLISMO BÍBLICO

Tierra, se usa con frecuencia para referirse a Israel. Por consi­guiente, el tesoro escondido en el campo podría ser un símbolo de Israel, por quien el Señor vendió todo lo que tenía para poder comprarlo (Mt. 13:44). La bestia de la tierra (Ap. 13:11) se entien­de que sugiere la figura de un poderoso dictador de los últimos tiempos en la tierra de Israel, probablemente el Falso Profeta.

Mar, es posible que simbolice a los gentiles. Observe cómo la perla de gran precio es tomada del mar (Mt. 13:47), lo cual puede representar a la Novia gentil de Cristo, y la bestia que sube del mar (Ap. 13:1) a un gobernante del Imperio Romano renovado.

Egipto, puede tomarse como una imagen del mundo con sus atracciones, placeres e idolatría.

Canaán, no es el cielo, sino nuestra posición actual en lugares celestiales en Cristo. En Canaán hay guerra; en el cielo no la habrá.

Sólo algo a tener en cuenta. Estos simbolismos no son res­petados invariablemente a lo largo de las Escrituras.

NÚMEROS BÍBLICOS

En la Biblia, los números tienen significado. Ese significado puede ser descifrado al comparar su uso repetido en los diferen­tes contextos.

Número 1. Sugiere exclusividad y supremacía. Es como decir, “Es el restaurante número 1 en Nueva York.” La unicidad de Dios puede verse en el credo hebreo llamado Shema (“Oye”): “Oye, Israel: Jehová, nuestro Dios, Jehová uno es” (Deut. 6:4) y en la predicción del reino venidero: “En aquel día será — ‘El Señor es uno, y Su nombre es uno.’”

Número 2. Sugiere la confirmación de un testimonio. “Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acu­sación” (Deut. 19:13).

Número 3. Significa integridad y plenitud divinas, como en las tres Personas de la Deidad: “En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mt. 28:19).

Número 4. Este es el número de la universalidad. Existen cuatro evangelios, cuatro puntos cardinales, cuatro vientos (Jer. 49:36 y Ap. 20:8). Cuatro bestias representan el dominio mun­dial de los gentiles (Dan. 7:3).

Número 5. Este indica debilidad y dependencia humanas. Los discípulos solo pudieron proveer 5 rodajas de pan de cebada para alimentar a 5,000 (Jn. 6:9). En Mateo 25:2, se habla de 5 vírgenes sabias y 5 necias. También denota nuestra responsabili­dad frente a Dios.

Número 6. Este número es uno menos que 7, el número de la integridad. Goliat media 6 codos y un palmo de altura; los judíos en Juan 2:6 tenían 6 tinajas para la purificación. El ejem­plo mejor conocido es el 666, el número de la Bestia del Apocalipsis. El seis es el número del hombre; él ha pecado y ha sido destituido de la gloria (o perfección) de Dios.

Número 7. El siete representa la perfección y la plenitud. Le tomó 6 días a Dios crear el mundo, y al séptimo día descansó. La sangre era esparcida delante del Señor 7 veces en la ofrenda por el pecado (Lev. 4:6, 17). Nuestro Señor nos da una visión completa del reino de los cielos a través de 7 parábolas en Mateo 13, y de la iglesia actual en Apocalipsis 2:3.

Número 8. Este número denota un nuevo comienzo. El mundo fue repoblado después del diluvio por 8 personas. Un niño judío era circuncidado en el octavo día. Cristo fue transfigurado en un octavo día (Le. 9:28), refiriéndose al reino venidero, y se levantó en un octavo día. El Día del Señor es un octavo día, un nuevo comienzo. En la numeración griega, el nombre de Jesús (Iesous) suma exactamente 888, seguramente no es coincidencia.

Número 10. Este número representa la responsabilidad humana. Existen 10 mandamientos, y tenemos 10 dedos en las manos y en los pies con los que hacemos y nos movemos. Dios envió 10 plagas a Egipto (Ex. 7:12) y el amo le confió dinero a 10 de sus siervos en la parábola de Lucas 19:13.

Número 12. Este es un número de gobierno, administra­ción, y clara soberanía. Había 12 tribus de Israel, 12 apóstoles del Cordero, 12 cimientos en la Nueva Jerusalén, con sus 12 puertas guardadas por 12 ángeles.

Número 40. La responsabilidad humana (10) multiplicada por la universalidad (4) es igual a la probación de la humanidad entera (40). Llovió 40 días y 40 noches en el Gran Diluvio. Moisés fue probado en tres períodos de 40 años de su vida: en Egipto, en el desierto siendo pastor de ovejas, y guiando al pueblo de Israel también en el desierto. Tanto Saúl como David tuvieron reinados de 40 años, durante los cuales fueron probados. A Nínive se le dieron 40 días para arrepentirse. La tentación de nuestro Señor en el desierto duró 40 días y 40 noches.6

COLORES BÍBLICOS

Los colores tienen significado. El púrpura está asociado (así como con nosotros) con la realeza (Jud. 8:26), el rojo con el pecado (Isa. 1:18), el blanco con la pureza y la justicia (Ap. 6:11, cf. 19:8), el azul o zafiro con el cielo (Éx. 24:10).

NOMBRES BÍBLICOS

En la Biblia los nombres también tienen significado. Jacob quiere decir “tramposo” o “suplantador”. A una persona así, la llamaríamos un “infiel”. Él fue renombrado Israel, que significa “príncipe de Dios”.

Una de las características que ha hecho a los libros de Charles Dickens tan memorables por más de 150 años es su maravillosa elección (o podríamos decir, invención) de nom­bres para sus personajes. Estos parecen encajar tan bien. ¿Quién puede olvidar los nombres Murdstone, Steerforth, Pickwick, Chuzzlewit, Nickleby y Uriah Heep? Por supuesto, Dickens pudo haber inventado cualquier nombre porque sus personajes eran de ficción.

Los nombres bíblicos son memorables por diferentes razo­nes. Estos también se adecúan al personaje, pero en este caso, son nombres reales de personas reales. Un Dios soberano se encargó de que grandes hombres y mujeres en Su Palabra obtu­vieran nombres con significado — a menudo dándoles la llave para su personalidad y carácter.

ALGUNOS NOMBRES PRINCIPALES

Antiguo Testamento

Adán: rojo, tierra

Eva: dadora de vida

Caín: adquisición

Abel: pradera

Abram: padre excelso

Abraham: padre de multitudes

Sara: princesa

Isaac: el que ríe

Jacob: tramposo, suplantador

Judá: alabanza

Miguel: ¿quién como Dios?

Isaías: Jehová salva Nuevo Testamento Jesús: El Señor salva María: amargura José: multiplicador Pedro: piedra

Felipe: amante de caballos

Esteban: guirnalda (una corona ganada en juegos atléticos) Pablo: pequeño

OTROS DETALLES

Metales. Aun los metales tienen sus asociaciones. El oro está relacionado con la gloria y la deidad. La plata habla de reden­ción. El bronce es un símbolo de juicio y el hierro de fuerza.

Fechas. No se detenga demasiado en las fechas cuando esté estudiando la Biblia. Porque, por ejemplo, Génesis 1:1 no está fechado. La edad del hombre sobre la tierra puede calcularse a través de las genealogías, aunque existen algunas brechas meno­res en ellas. Hablando en términos generales, su disfrute y bene­ficio no serán afectados por conocer o no las fechas exactas.

Tiempo. En la Biblia existen diferentes maneras de identifi­car el tiempo. Los judíos tenían un método, los romanos otro. Lo que a menudo parece ser una contradicción, es sólo el resul­tado de haber usado diferentes calendarios o una manera dife­rente de identificar las horas del día.

Pesos, Medidas, Moneda. Aquí tampoco debería insistir en definiciones exactas. Estas cosas tienen su forma de cambiar a través de los años. El contexto con frecuencia le dirá si la canti­dad es exorbitante, inadecuada o suficiente.

EL EDITOR DIVINO

La siguiente es una regla muy útil para recordar. Cuando el Espíritu Santo cita un pasaje del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento, Él es la ley en Sí mismo. Eso quiere decir que Él puede tomar un pasaje y usarlo en un contexto completamente diferente. Cuando Oseas habla por Dios diciendo, “No son Mi pueblo” (1:9), se está refiriendo a Israel cuando estaba apartado de Dios. Pero cuando Pablo cita el pasaje de Oseas en Romanos 9:25-26, lo está aplicando a los gentiles. ¡No hay problema! El mismo Espíritu Santo que lo escribió la primera vez, puede usar­lo la próxima vez en cualquier forma que se le ocurra.

Disfrute su Biblia, cap. V.

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