Casos Especiales
William
Macdonald
LENGUAJE FIGURATIVO
Quizá
sea mejor decir que la Biblia debe ser interpretada con naturalidad en lugar de
decir que se interprete literalmente. Eso nos permite interpretar figuras del
lenguaje que no tomamos “literalmente”, pero que su significado es real y verdadero.
Por ejemplo, cuando en el libro de los Salmos se dice que los árboles dan
palmadas de aplauso, nosotros sabemos que no se habla de manos reales; sin
embargo, si vemos a los álamos cuando mueven sus ramas, podemos contemplar una
hermosa imagen de la obra de arte de Dios alabándole.
Analogía.
Una cosa es comparada con otra, usando el término como. "... sus ojos,
como llama de fuego” (Ap. 1:14).
Metáfora.
Una cosa es semejante o representa a otra sin necesidad de usar las palabras
“como” o “semejante a”. “Este [pan] es Mi cuerpo” (Mt. 26:26).
Metonimia.
Un sustantivo se usa para referirse a otro relativo. En 1 Corintios 11:26, la
palabra copa es usada refiriéndose al contenido de la copa. En Colosenses 3:5,
8-9, nuestro cuerpo terrenal, lo que se refiere a nuestro cuerpo físico, es
usado para los pecados que se cometen con el mismo.
Hipérbole.
Una exageración tan obvia que no puede ser malinterpretada. “Guías ciegos, que
coláis el mosquito y tragáis el camello” (Mt. 23:24).
Parábola.
Una narración, cierta o ficticia, que posee un significado más profundo bajo la
superficie. Muchas veces, cada detalle de la parábola tiene significado; otras
veces, sólo es ilustrado un mensaje. Nuestro Señor usó parábolas para que
aquellos que sinceramente deseaban conocer la verdad pudieran entenderla, y su
luz fuese encubierta de quienes no eran serios (Mt. 13:10-17).
Alegoría.
Es similar a una parábola, frecuentemente de mayor longitud. Al igual que la
parábola, no necesita ajustarse a demasiados detalles. Pablo usa la historia de
Abraham como una alegoría, mostrando que la gracia y la ley no pueden mezclarse
(Gál. 4:21-31). El Progreso del Peregrino de John Bunyan es una alegoría más
extensa, ilustrando la jornada de un pecador desde el reino de Satanás a la
Ciudad Celestial.
Paralelismo.
“Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos”
(Salmos 19:1). Dos maneras de decir una misma cosa. Esta es una de las técnicas
favoritas de la poesía hebrea. Alguien dijo una vez, “A diferencia de
nosotros, ellos ‘riman’ ideas, no palabras.”
Ironía.
Uso de palabras que expresan algo diferente al significado literal, que con
frecuencia contienen humor, sátira o sarcasmo. En 2 Corintios 11:8, Pablo dice
que ha despojado a otras iglesias para poder predicarle a los corintios sin
cargo alguno.
Sinécdoque.
Se usa una parte para representar un todo; polvo eres” (Gén. 3:19); o el todo
para representar una parte: un edicto... que todo el mundo fuera empadronado”
(Le. 2:1).
Para
los hebreos, un día de 24 horas se contaba como un onah, y cualquier parte del
día también se contaba como un onah. Esta es una explicación de cómo Cristo
estuvo tres días y tres noches en el corazón de la tierra — parte del viernes,
todo el sábado, y parte del domingo (Mt. 12:40).
La
palabra tipología no tiene nada que ver con imprentas o con la tipografía,
aunque estas palabras provienen del mismo término en griego, typos. Significa
marca, figura, patrón, ejemplo, o en tipología específicamente un “carácter”.
En 1 Corintios 10:11 vemos que las cosas que les sucedieron a los israelitas
del Antiguo Testamento eran patrones o imágenes prescritas de verdades
espirituales que serían enseñadas en el Nuevo Testamento.
Puede
tratarse de una persona, como Melquisedec; un lugar, como Canaán; o una cosa,
como las partes del tabernáculo. Aquí veremos los más claros y conocidos:
El
Arca de Noé. La inmersión del arca en las aguas del juicio simboliza el
bautismo de Cristo para muerte en el Calvario. Así como fueron salvos sólo los
que estaban en el arca, también son salvos sólo los que están en Cristo (1 Ped.
3:18-22).
Melquisedec.
“Tú [Cristo] eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec” (Heb.
7:17).
Moisés.
Moisés dijo, “Un profeta como yo te levantará Jehová, tu Dios, de en medio de
ti...” (Deut. 18:15).
La
Pascua, “porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros”
(1 Cor. 5:7).
El
Sumo Sacerdote, “tenemos tal Sumo Sacerdote [en el Señor Jesús]...” (Heb. 8:1).
Las
Ofrendas. “Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fueran
purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios
que estos” (Heb. 9:23).
El
Velo del Tabernáculo. “... a través del velo, esto es, de su carne” (Heb.
10:20b).
El
Tabernáculo. “Y el Verbo se hizo carne y habitó (lit. hizo morada o “armó su
tienda”) entre nosotros...” (Jn. 1:14).
El
Maná. Jesús dijo, “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo” (Jn. 6:51).
La
Roca, “porque bebían de la roca espiritual que los seguía. Esa roca era Cristo”
(1 Cor. 10:4b).
La
Serpiente. “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario
que el Hijo del hombre sea levantado” (Jn. 3:14).
José
(el hijo de Jacob, no el esposo de María). Aunque nunca se ha dicho que él es
una figura simbólica del Señor Jesús, de acuerdo con Ada Habershon y Arthur
Pink, existen más de 100 correspondencias entre los dos. Esto nos anima a
buscar otros símbolos y figuras en las Escrituras.
Se
deben evitar los extremos. Aceptar sólo las figuras mencionadas
específicamente en el Nuevo Testamento, resulta algo muy rígido a la luz de las
palabras “todas estas cosas.” El otro extremo está en exagerar con la
imaginación y encontrar símbolos en todas partes, aun en el Nuevo Testamento.
Sin
embargo, ninguna figura simbólica es perfecta. Especialmente en los casos
referidos a nuestro Señor, sólo el antitipo (Jesucristo) es perfecto.
Además,
no es sabio formar doctrinas basados en símbolos. Estos confirman o ilustran
doctrinas e interpretaciones proféticas, pero no son una fuente válida para
fundamentarlas.
SIMBOLISMO BÍBLICO
Tierra,
se usa con frecuencia para referirse a Israel. Por consiguiente, el tesoro
escondido en el campo podría ser un símbolo de Israel, por quien el Señor
vendió todo lo que tenía para poder comprarlo (Mt. 13:44). La bestia de la
tierra (Ap. 13:11) se entiende que sugiere la figura de un poderoso dictador
de los últimos tiempos en la tierra de Israel, probablemente el Falso Profeta.
Mar,
es posible que simbolice a los gentiles. Observe cómo la perla de gran precio
es tomada del mar (Mt. 13:47), lo cual puede representar a la Novia gentil de
Cristo, y la bestia que sube del mar (Ap. 13:1) a un gobernante del Imperio
Romano renovado.
Egipto,
puede tomarse como una imagen del mundo con sus atracciones, placeres e
idolatría.
Canaán, no es el cielo,
sino nuestra posición actual en lugares celestiales en Cristo. En Canaán hay
guerra; en el cielo no la habrá.
Sólo
algo a tener en cuenta. Estos simbolismos no son respetados invariablemente a
lo largo de las Escrituras.
En
la Biblia, los números tienen significado. Ese significado puede ser descifrado
al comparar su uso repetido en los diferentes contextos.
Número
1. Sugiere exclusividad y supremacía. Es como decir, “Es el restaurante número
1 en Nueva York.” La unicidad de Dios puede verse en el credo hebreo llamado
Shema (“Oye”): “Oye, Israel: Jehová, nuestro Dios, Jehová uno es” (Deut. 6:4) y
en la predicción del reino venidero: “En aquel día será — ‘El Señor es uno, y
Su nombre es uno.’”
Número 2. Sugiere la
confirmación de un testimonio. “Sólo por el testimonio de dos o tres testigos
se mantendrá la acusación” (Deut. 19:13).
Número 3. Significa
integridad y plenitud divinas, como en las tres Personas de la Deidad: “En el
nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mt. 28:19).
Número
4. Este es el número de la universalidad. Existen cuatro evangelios, cuatro
puntos cardinales, cuatro vientos (Jer. 49:36 y Ap. 20:8). Cuatro bestias
representan el dominio mundial de los gentiles (Dan. 7:3).
Número
5. Este indica debilidad y dependencia humanas. Los discípulos solo pudieron proveer
5 rodajas de pan de cebada para alimentar a 5,000 (Jn. 6:9). En Mateo 25:2, se
habla de 5 vírgenes sabias y 5 necias. También denota nuestra responsabilidad
frente a Dios.
Número
6. Este número es uno menos que 7, el número de la integridad. Goliat media 6
codos y un palmo de altura; los judíos en Juan 2:6 tenían 6 tinajas para la
purificación. El ejemplo mejor conocido es el 666, el número de la Bestia del
Apocalipsis. El seis es el número del hombre; él ha pecado y ha sido destituido
de la gloria (o perfección) de Dios.
Número
7. El siete representa la perfección y la plenitud. Le tomó 6 días a Dios crear
el mundo, y al séptimo día descansó. La sangre era esparcida delante del Señor
7 veces en la ofrenda por el pecado (Lev. 4:6, 17). Nuestro Señor nos da una
visión completa del reino de los cielos a través de 7 parábolas en Mateo 13, y
de la iglesia actual en Apocalipsis 2:3.
Número
8. Este número denota un nuevo comienzo. El mundo fue repoblado después del
diluvio por 8 personas. Un niño judío era circuncidado en el octavo día. Cristo
fue transfigurado en un octavo día (Le. 9:28), refiriéndose al reino venidero,
y se levantó en un octavo día. El Día del Señor es un octavo día, un nuevo
comienzo. En la numeración griega, el nombre de Jesús (Iesous) suma exactamente
888, seguramente no es coincidencia.
Número
10. Este número representa la responsabilidad humana. Existen 10 mandamientos,
y tenemos 10 dedos en las manos y en los pies con los que hacemos y nos
movemos. Dios envió 10 plagas a Egipto (Ex. 7:12) y el amo le confió dinero a
10 de sus siervos en la parábola de Lucas 19:13.
Número
12. Este es un número de gobierno, administración, y clara soberanía. Había 12
tribus de Israel, 12 apóstoles del Cordero, 12 cimientos en la Nueva Jerusalén,
con sus 12 puertas guardadas por 12 ángeles.
Número
40. La responsabilidad humana (10) multiplicada por la universalidad (4) es
igual a la probación de la humanidad entera (40). Llovió 40 días y 40 noches en
el Gran Diluvio. Moisés fue probado en tres períodos de 40 años de su vida: en
Egipto, en el desierto siendo pastor de ovejas, y guiando al pueblo de Israel
también en el desierto. Tanto Saúl como David tuvieron reinados de 40 años,
durante los cuales fueron probados. A Nínive se le dieron 40 días para
arrepentirse. La tentación de nuestro Señor en el desierto duró 40 días y 40
noches.6
Los colores tienen
significado. El púrpura está asociado (así como con nosotros) con la realeza
(Jud. 8:26), el rojo con el pecado (Isa. 1:18), el blanco con la pureza y la
justicia (Ap. 6:11, cf. 19:8), el azul o zafiro con el cielo (Éx. 24:10).
En
la Biblia los nombres también tienen significado. Jacob quiere decir “tramposo”
o “suplantador”. A una persona así, la llamaríamos un “infiel”. Él fue
renombrado Israel, que significa “príncipe de Dios”.
Una
de las características que ha hecho a los libros de Charles Dickens tan
memorables por más de 150 años es su maravillosa elección (o podríamos decir,
invención) de nombres para sus personajes. Estos parecen encajar tan bien.
¿Quién puede olvidar los nombres Murdstone, Steerforth, Pickwick, Chuzzlewit,
Nickleby y Uriah Heep? Por supuesto, Dickens pudo haber inventado cualquier
nombre porque sus personajes eran de ficción.
Los
nombres bíblicos son memorables por diferentes razones. Estos también se
adecúan al personaje, pero en este caso, son nombres reales de personas reales.
Un Dios soberano se encargó de que grandes hombres y mujeres en Su Palabra obtuvieran
nombres con significado — a menudo dándoles la llave para su personalidad y
carácter.
Antiguo Testamento
Adán: rojo, tierra
Eva: dadora de vida
Caín: adquisición
Abel: pradera
Abram: padre excelso
Abraham: padre de
multitudes
Sara: princesa
Isaac: el que ríe
Jacob: tramposo,
suplantador
Judá: alabanza
Miguel: ¿quién como
Dios?
Isaías: Jehová salva
Nuevo Testamento Jesús: El Señor salva María: amargura José: multiplicador
Pedro: piedra
Felipe: amante de
caballos
Esteban: guirnalda (una
corona ganada en juegos atléticos) Pablo: pequeño
Metales.
Aun los metales tienen sus asociaciones. El oro está relacionado con la gloria
y la deidad. La plata habla de redención. El bronce es un símbolo de juicio y
el hierro de fuerza.
Fechas.
No se detenga demasiado en las fechas cuando esté estudiando la Biblia. Porque,
por ejemplo, Génesis 1:1 no está fechado. La edad del hombre sobre la tierra
puede calcularse a través de las genealogías, aunque existen algunas brechas
menores en ellas. Hablando en términos generales, su disfrute y beneficio no
serán afectados por conocer o no las fechas exactas.
Tiempo.
En la Biblia existen diferentes maneras de identificar el tiempo. Los judíos
tenían un método, los romanos otro. Lo que a menudo parece ser una
contradicción, es sólo el resultado de haber usado diferentes calendarios o
una manera diferente de identificar las horas del día.
Pesos, Medidas, Moneda.
Aquí tampoco debería insistir en definiciones exactas. Estas cosas tienen su
forma de cambiar a través de los años. El contexto con frecuencia le dirá si la
cantidad es exorbitante, inadecuada o suficiente.
La siguiente es una
regla muy útil para recordar. Cuando el Espíritu Santo cita un pasaje del
Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento, Él es la ley en Sí mismo. Eso quiere
decir que Él puede tomar un pasaje y usarlo en un contexto completamente
diferente. Cuando Oseas habla por Dios diciendo, “No son Mi pueblo” (1:9), se
está refiriendo a Israel cuando estaba apartado de Dios. Pero cuando Pablo cita
el pasaje de Oseas en Romanos 9:25-26, lo está aplicando a los gentiles. ¡No
hay problema! El mismo Espíritu Santo que lo escribió la primera vez, puede
usarlo la próxima vez en cualquier forma que se le ocurra.
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