domingo, 18 de septiembre de 2022

Figuras de Cristo (9)

 


Dios había sacado a los israelitas de Egipto y por un tiem­po fueron muy felices. El abrió un camino seco a través del Mar Rojo y los condujo al otro lado. Él fue delante de ellos en forma de una columna de nube durante el día y de fuego durante la noche, Éxodo 13:21. La columna de nube también estuvo entre ellos y sus enemigos.

El ejército egipcio trató de seguir a los israelitas y someterlos nuevamente a la esclavitud. Ellos usaron el camino seco que Dios había hecho a través del Mar Rojo, pero El hizo que las aguas se juntaran nuevamente antes de que los egipcios pudieron pasar al otro lado y todos ellos se ahogaron, Éxodo 14:26-31. Luego, Dios continuó delante de los israelitas para conducirlos a la tierra de Canaán.

Pero el pueblo empezó pronto a murmurar. Ellos decían cosas malas acerca de Moisés, después de haber estado en el desierto apenas unos pocos días. El viaje fue difícil y ellos ya no se regocijaban en el hecho de que eran libres. Ellos recor­daban la buena comida que habían tenido en Egipto y decían que Moisés los había traído al desierto para que murieran de hambre, Éxodo 16:3.

Dios dijo a Moisés y a Aarón que él haría caer pan del cielo como lluvia para los israelitas, Éxodo 16:4. Él quería probarlos para ver si cumplían sus mandamientos y quería que ellos supieran que él en verdad era su Señor, Éxodo 16:12.

Dios prometió darles pan del cielo en la mañana y suficiente carne en la tarde para satisfacer su hambre, Éxodo 16:6-8,11. Ellos tenían que recoger el pan cada mañana, ex­cepto el séptimo día, que era su día de descanso. En el sexto día, ellos tenían que recoger doble porción para que tuvieran suficiente para el séptimo día.

Dios cumplió su promesa. En la tarde una bandada de codornices cubrió el campamento de Israel y el pueblo cogió gran cantidad de ellas, Éxodo 16:13.

Por la mañana, vieron pequeñas cosas blancas, redondas, sobre el suelo, que tenían sabor a miel, Éxodo 16:31. El pueblo se preguntaba qué sería esto y lo llamaron Maná, que quiere decir: ¿Qué es esto?, Éxodo 16:13-15.

Moisés les dijo que esto era el pan que Dios les daba para comer, Éxodo 16:15. ¿Puede usted ver cómo el maná es una figura del Señor Jesucristo?

Cada persona debía recoger diariamente suficiente maná para él y su familia, Éxodo 16:16. Sin embargo, algunos temían que el maná no volviera a caer al día siguiente y guar­daron un poco de él. Pero cuando quisieron comerlo al día siguiente, encontraron que se había podrido, y por tanto, no lo podían usar. Otros dijeron que no tenía sentido recoger doble porción el día sexto, porque era posible que se pudriera. Así, no recogieron para el séptimo día, tal como Dios les había ordenado. Pero no hubo maná sobre el cam­pamento el día séptimo y ellos tuvieron que pasar hambre. Los que obedecieron al Señor, recogieron doble porción en el sexto día y hallaron que no se pudría al séptimo día.

Los israelitas tuvieron maná cada día durante 40 años, mientras estuvieron en el desierto. El maná cesó de caer cuando cruzaron el río Jordán y entraron en Canaán, la tierra de la promesa. Entonces, comenzaron a comer los cereales de la tierra.

Ahora, comparemos el maná con Cristo, el Pan del Cielo. Esto se explica en Juan 6. Al principio del capítulo vemos a un niño dando a los discípulos, cinco panes y dos peces. El Señor Jesús alimentó a 5,000 hombres, así como a sus mu­jeres y sus niños, con esta comida, vs. 1-13. Más adelante, en el capítulo, hay mucha enseñanza acerca de Cristo, el pan del cielo.

El pueblo dijo al Señor Jesús, en el vs. 31, que sus padres comieron maná en el desierto porque estaba escrito que él les había dado pan del cielo. El Señor Jesús respondió en el siguiente versículo que no fue Moisés, sino Dios, su padre, quien les dio pan del cielo. El continuó diciendo en el vs. 33 que el pan del cielo es Él, quien vino del cielo, vs. 41. Ellos conocían a Jesús y a su madre, María y a José, ¿cómo podía él decir, que venía del cielo? Ellos no reconocieron que él era el Hijo de Dios. Creían que era el hijo de José. No entendían que él había sido siempre el Hijo de Dios. No entendían cómo él vino del cielo, tomó forma de siervo, llegó a ser hombre, se humilló a sí mismo y recorrió el camino de la obediencia hasta su muerte en la cruz, Filipenses 2:7,8.

Paciente y amorosamente, el Señor Jesús les explicó en los vss. 47 al 51, el secreto del pan del cielo. Él les dijo que aquellos que creen en él, reciben vida eterna, y que él mismo es el pan de vida. Sus padres comieron el maná en el desierto, pero murieron. Pero el pan que venía del cielo estaba entre ellos ese día y los que comieran, vivirían para siempre. El pan era su carne, que él pronto daría para que el mundo pudiera tener vida eterna.

W.A. Deans

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