domingo, 18 de septiembre de 2022

MUJERES DE FE DEL ANTIGUO TESTAMENTO (9)

 

9. Las hijas de Zelofehad



“Como Dios mandó a Moisés, así hicieron las hijas de Zelofehad”. (Números 36:10)

La historia está en Números 27 y 36.


En el Medio Oriente de los tiempos antiguos las mujeres no tenían derecho alguno de poseer propiedades. Si un padre al morir no había dejado hijo varón, sus hijas no podían heredar sus bienes.

Las primeras mujeres que reclamaron sus derechos después que falleciera su padre fueron las hijas de Zelofehad; Maaba, Noa, Hogla, Milca y Tirsa. Aquellas cinco huérfanas se presentaron a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Moisés y todo el pueblo de Israel. Allí declararon que Zelofehad, su padre, no murió en la rebelión de Coré (Números 16), sino por otra causa. Ellas expresaron su deseo de perpetuar el nombre de su padre y pidieron su heredad.

Moisés presentó el caso delante del Señor en oración y Dios le dijo: “Bien dicen las hijas de Zelofehad; les darás la posesión de una heredad… y a los hijos de Israel hablarás diciendo: Cuando alguno muriere sin hijos, traspasaréis su herencia a su hija”. Esta “ley de la herencia” está vigente hasta el presente en muchos países del mundo.

Aquellas hermanas hicieron su petición de una manera positiva y responsable. Sucedió en un tiempo cuando el pueblo de Israel estaba todavía en el desierto y la tierra prometida aún no había sido conquistada. Juntas mostraron su fe y confianza en Dios y a la vez indicaron su deseo de honrar el nombre de su padre y prepararse para el futuro. Dios aprobó su petición y desde entonces muchísimas mujeres han sido beneficiadas, gracias a esta ley.

Las hijas de Zelofehad estaban dispuestas a vivir de acuerdo con los mandamientos para el pueblo de Dios en aquel tiempo. Pero leemos en Números 36 de la preocupación de algunos de la misma tribu de José. Pensaban que, si aquellas mujeres se casaban con hombres de otras tribus, las herencias podrían pasar a otras tribus. El Señor le indicó a Moisés que para evitar eso las hijas de Zelofehad debían casarse dentro de su tribu. “Cómo Jehová Mandó a Moisés, así hicieron las hijas de Zelofehad” (Numeros 36:10). De esta manera, una limitación añadida a aquella ley resultó en el bien de la tribu.

Nosotras, mujeres que hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador, ahora participamos de una herencia espiritual. Es una herencia perdurable en los cielos (Hebreos 10:34). Como Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa, debemos gozarnos de las bendiciones que hemos recibido de Dios y vivir de acuerdo a su voluntad.


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