1.
La
alarma tocada y el día cerca (2:1-2)
2.
El
ejército invasor del norte (2:3-11)
3.
El arrepentimiento
del pueblo y su clamor por ayuda (2:12-17)
4.
"Entonces”.
El gran cambio (2:18)
5.
Promesas
de restauración, y la lluvia temprana y tardía (2:19-27)
6.
Derramamiento
del Espíritu sobre toda carne (2:28-31)
7.
Libertad
en el monte Sión y Jerusalén (2:32)
Vv. 1-2. Con este capítulo alcanzamos el
corazón de la profecía de Joel. La descripción de las langostas literales no es
más continuada. Como hemos mostrado, las langostas literales en sus diferentes
etapas simbolizan a las naciones desolando la tierra como lo han hecho las
langostas. Dispensacionalmente el primer capítulo nos muestra todos los tiempos
de los gentiles, que comenzaron con Nabucodonosor (Dn. 2:36-38), y que
continúan hasta que llegue el tiempo cuando el Dios del cielo establezca un
reino que no puede ser destruido. El segundo capítulo nos lleva enseguida al
fin de los tiempos de los gentiles, cuando el día del Señor sea establecido.
Antes de que el Señor aparezca en ese día, la más grande angustia estará sobre
la tierra y el pueblo; habrá un tiempo de tribulación tal como nunca lo ha
habido (Mt. 24:21.) El remanente de Su pueblo clamará a Dios por intervención y
libertad, y Dios responderá a su clamor y los libertará. Entonces su tierra
vendrá a ser una vez más como el huerto de Edén, allí habrá un gran
derramamiento del Espíritu sobre toda carne y desde Jerusalén el gran centro de
bendiciones el reino se extenderá a todas las naciones.
Todo este capítulo como también el próximo no
ha sido cumplido. Nada de esto ha sido cumplido. Antes de que esto pueda
cumplirse una parte del pueblo de Israel debe ser restaurado a la tierra de la
promesa y las antiguas ceremonias e instituciones serán al menos parcialmente
restaurados.
El capítulo comienza con el sonido de alarma
porque "el día de Jehová viene, y está cerca." La última semana
profética de Daniel está ahora en proceso de cumplimiento. (Ver anotaciones
sobre Dn. 9.) Una parte del pueblo volverá a la tierra, habiendo retornado allí
en incredulidad, justo como lo vemos hoy en el movimiento sionista. Pero en
medio de ellos se encontrará también un remanente piadoso. El toque de trompeta
muestra que ellos han revivido sus antiguas costumbres (Núm. 10:1,2,9). También
mencionamos que las trompetas están a menudo conectadas con la aparición del
Señor y la restauración de Israel En el v.2 ese día es descrito y puede
compararse con Sof. 1:15-16 e Isa. 60:2. Después tenemos un ejército invasor
que es plenamente descrito en los versos que siguen. Las palabras, "como
el amanecer se extiende sobre las montañas", son una descripción del día
del Señor que es un día de oscuridad y tinieblas, por otra parte, es "como
el amanecer se extiende sobre las montañas." Después de la oscuridad,
aparecerá la luz de la mañana "la mañana sin nubes" (2 Sam. 23:4.)
Vv. 3-11. Muchos ejércitos en la historia
pasada han ocupado y desolado la tierra de Israel, pero aquí está la futura
gran invasión del norte. Esta invasión es mencionada también por el profeta
Isaías. El asirio que vino en días de Isaías para tomar Jerusalén es el tipo del
asirio final que amenazará la tierra y pueblo con destrucción. Él es también
prefigurado por Antíoco Epifanes, quien vino a la tierra de Israel como el
predicho cuerno pequeño, levantándose de una de las divisiones del imperio
Greco-Macedonio (Dn.8)
Este ejército de enemigos de Israel encuentra
la tierra como el huerto de Edén; ésta ha sido restaurada, regada y cultivada a
través del sionismo político. Los judíos están ahora en ella, determinados a
hacer de Palestina el huerto del mundo, su Edén, como se ha dicho. Después
viene el rudo despertar. Ellos piensan que están seguros; ellos pensarán que
los planes que han hecho sin confiar en Jehová y sin verdadero arrepentimiento,
han tenido pleno éxito. Pero ahora la más grande tribulación de su larga historia
de sangre y lágrimas está cerca. La tierra una vez más es despojada de su
belleza.
"Ante ellos la tierra es como huerto de Edén,
Y detrás de ellos como un desierto desolado,
Si, y nada escapará de ellos"
Dios usará estos destructivos poderes para
humillar a Su pueblo, para mostrarles que Él es su ayuda, cuando esta gran
calamidad venga sobre ellos. El lenguaje simbólico aquí es característico de
otras profecías.
"La tierra tiembla ante ellos;
Los cielos se sacuden,
El sol y la luna se oscurecen,
Y las estrellas dejan de brillar"
Porque el día de Jehová es grande y terrible.
Compare esto con los siguientes pasajes: Isa. 11:11, Hab.1:6,12; zac.14:3,4.
Vv. 12-17. Aquí está Jehová llamando a Su
pueblo a retornar a Él con verdadero arrepentimiento (compare con Oseas
5:15-6:1). Y durante esa gran tribulación habrá una verdaderamente penitente
porción del pueblo que se volverá a Él de manera descrita en este capítulo. Es
este remanente que será salvado en ese día, mientras la parte impenitente será
cortada en juicio. Ezeq. 20:38 y Zac. 13:8-9 hablan de esto. Lo que Moisés dijo
mucho tiempo atrás tendrá entonces lugar (Dt. 30:1-4). Los muchos ruegos
proféticos registrados en los Salmos, como se ha señalado en las anotaciones de
ese libro, serán entonces ofrecidos por este remanente piadoso (Sal. 44:13-14;
115:2-3; 79:9-10, etc.) Este lamento y ruego por liberación precede la
manifestación visible del Señor en ese día de Su venida. Cuando al final llegue
la libertad habrá otra lamentación. Esta se encuentra en Zac. 12:9-14 y
Apoc.1:7.
V. 18. "Entonces Jehová será celoso por
Su tierra y tendrá piedad de Su pueblo." Aquí está el gran cambio. Hasta
este punto no hemos visto nada sino calamidad y juicios. Langostas literales
han devorado la tierra, tipos de las naciones que desolarán la tierra. Ellos
vinieron, y Jerusalén fue hollada por los gentiles. Los tiempos de los gentiles
terminarán en la tribulación o angustia de Jacob, de la cual ellos serán
salvados (Jer. 30:7.) Vimos su gran arrepentimiento. Aquí está la respuesta
desde arriba. Cuando su poder haya desaparecido completamente (Dt. 32:36),
entonces el Señor será celoso por Su tierra y tendrá piedad de Su pueblo. A
menudo esta pequeña palabra "entonces" se encuentra en la palabra
profética haciendo el gran cambio, de los juicios y rechazo pasados de Israel a
la libertad y gloria. Los siguientes pasajes debiesen ser cuidadosamente
examinados y comparados con el v.18 aquí: Isa.14:25; 24:23; 32:16; 35:5-6;
58:8,14; 60:12; Ezeq. 28:25-26, etc.
La manifestación personal del Señor no es
manifestada aquí. La libertad no viene aparte de la segunda venida de nuestro
Señor. Toda la palabra profética da testimonio de esto. "Entonces saldrá
el Señor y peleará contra estas naciones como peleó en el día de la batalla. Y
sus pies se afirmarán en ese día en el monte de los Olivos, que está ante
Jerusalén" (Zac. 14:3-4). "Cuando Jehová edifique Sión, él aparecerá en
gloria" (Sal. 102:16). "Jehová saldrá como poderoso hombre, movido a
celos como un hombre de guerra; él clamará, si, rugirá, y prevalecerá contra
sus enemigos" (Isa. 42:13.)
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