El Sumo Sacerdote y las vestiduras sacerdotales (Éxodo 28:1-43; 39:1-31)
Aarón
fue el primero Sumo Sacerdote del pueblo de Israel. Él era de la tribu de Leví
y hermano de Moisés. Sus hijos también fueron sacerdotes.
En el
Antiguo Testamento, el Sumo Sacerdote es una figura de Cristo y del trabajo que
él hace en el presente. En el Antiguo Testamento, nadie permaneció mucho tiempo
como Sumo Sacerdote. Cuando moría, otro tomaba su lugar. El Señor Jesús es un
sacerdote más grande que los sacerdotes del Antiguo Testamento, porque él vive
para siempre para pedir a Dios por su pueblo, Hebreos 21:27.
El Señor
Jesucristo es un sacerdote más grande que Aarón o sus hijos. Cristo vino de la
tribu de Judá, la tribu de los reyes y él mismo es un rey. ¿Cómo pudo,
entonces, ser sacerdote sin pertenecer a la tribu de Leví? Él es sacerdote como
Melquisedec, que fue sacerdote del Dios Altísimo y rey de Salem, Génesis
14:18-20
Abraham
fue el padre de Isaac e Isaac fue el abuelo de Leví. Abraham conoció a
Melquisedec y le dio una décima parte de todo lo que había tomado de sus
enemigos en la guerra. Así pues, Melquisedec era más grande que Abraham y
también era más grande que Leví, el cual fue un descendiente de Abraham. Así
pues, los sacerdotes de la tribu de Leví no fueron tan grandes como
Melquisedec. Pero Cristo, como sacerdote, es más grande que Melquisedec. Léase
Hebreos 6:20 y 7:1-28.
Una vez
cada año, el Sumo Sacerdote de la tribu de Leví entraba a través del velo en el
Lugar Santísimo llevando sangre del sacrificio ofrecido en el altar de bronce y
poniéndola en el propiciatorio.
Jesús,
nuestro Gran Sumo Sacerdote vive para siempre. El entró una vez en el Lugar
Santísimo con su propia sangre, Hebreos 9:11-15. El no necesita ofrecerse a sí
mismo muchas veces como el Sumo Sacerdote en el Antiguo Testamento ofrecía
muchos sacrificios. Él se ofreció a sí mismo solamente una vez y con ese único
sacrificio, él puede hacer perfectos a su pueblo para siempre, Hebreos 9:23-28
y 10:14.
Usted
debe leer Hebreos 4:14-16 y los capítulos 5,7,8,9 y 10 del mismo libro. Estos
capítulos le mostrarán cómo algunas de las figuras del Antiguo Testamento se
cumplieron: el Tabernáculo en el desierto, las ofrendas y el trabajo del Sumo
Sacerdote. Usted entenderá a Cristo y su obra mejor si piensa acerca de estas
cosas o figuras en el Antiguo Testamento y lee acerca de su significado en el
Nuevo Testamento.
Los
sacerdotes del Antiguo Testamento servían en el Tabernáculo terrenal, pero
nuestro Gran Sumo Sacerdote sirve en el mismo cielo. El Tabernáculo de la
tierra contiene figuras de cosas celestiales. Los israelitas ofrecían muchos
sacrificios, pero estos sacrificios no podían hacer perfectos a aquellos que
los ofrecían ni podían agradar a Dios. Pero el sacrificio de Cristo es
suficiente, léase Hebreos 10:14 y 19:22.
Las
vestiduras del Sumo Sacerdote hablan del trabajo del Señor Jesús como
Sacerdote. ¿Qué usaba el Sumo Sacerdote cuando se acercaba a Dios?
Todas
las vestiduras del Sumo Sacerdote estaban hechas de lino fino. Primero, se
ponía una túnica blanca con mangas, Éxodo 28:4. El color blanco nos recuerda de
la vida sin pecado del Señor Jesús. Sobre esta túnica usaba un manto azul, sin
mangas, hecho de una sola pieza. El azul nos hace pensar del cielo y que el
Señor Jesucristo es el Señor del cielo.
Había
dibujos de granadas en el borde del manto en azul, púrpura y carmesí. Había una
campanilla entre cada dos granadas. Estas granadas nos hablan del fruto que el
Señor Jesús trajo cuando se levantó de la tumba. La campana nos da un sonido
claro y habla del valor de su testimonio.
El Sumo
Sacerdote usaba el efod sobre el manto. Este efod era una pieza del vestido,
realmente dos piezas del vestido que estaban unidas en los hombros y atadas a
la cintura por un cinto. Una piedra preciosa de ónix había sobre cada hombro.
Estas dos piedras estaban engastadas en oro y los nombres de seis tribus de
Israel estaban escritas en cada uno de ellos. Así pues, Aarón llevaba los
nombres del pueblo cada vez que venía delante de Dios. De la misma forma,
nuestro Gran Sumo Sacerdote, lleva nuestros nombres sobre sus poderosos hombros
delante de Dios. Recordamos que el Buen Pastor llevó la oveja perdida sobre sus
hombros, el lugar de paz y seguridad.
Sobre su
pecho, el Sumo Sacerdote llevaba doce piedras preciosas montadas en oro. Había
una piedra por cada tribu de Israel. Cada piedra con su nombre. Esto nos hace
pensar del Señor Jesucristo nuestro Gran Sumo Sacerdote que lleva los nombres
de su pueblo, nuestros nombres, en su corazón, el lugar de amor.
Luego
tenemos la mitra hecha de lino fino que usaba el Sumo Sacerdote en su cabeza y
una diadema de oro puro que usaba sobre su frente. Las palabras SANTIDAD A JEHOVÁ estaban escritas como un sello
sobre esta diadema. Aarón permanecía delante de Dios por la justicia de Israel.
Cristo permanece por la justicia de su iglesia, 2 Corintios 5:21.
Hace
muchos años que Dios vio a los israelitas representados en Aarón, su Sumo
Sacerdote, vestido con sus vestiduras santas y hermosas. Él nos mira en esta
misma forma en Cristo, nuestro Gran Sumo Sacerdote.
El
camino para que los creyentes entren al Lugar Santo a través de la sangre del
Señor Jesús, está abierto. Dios quiere que nos acerquemos a él sin temor como
sacerdotes que han sido limpiados con la sangre de ese sacrificio perfecto que
fue aceptado por Dios. Tenemos completa libertad para entrar al Lugar Santísimo
porque el Señor nos abrió nuevo camino por su muerte, un camino vivo a través
de su carne. Tenemos un Gran Sacerdote en ejercicio en la casa de Dios.
Vengamos,
pues, a Dios con corazones sinceros y limpios de toda mala conciencia, Hebreos
10:19-22. Acerquémonos al trono de Dios sin temor para que podamos recibir
misericordia y gracia cuando la necesitamos, Hebreos 4:16.
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