Ester
"No
nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio». (2 Timoteo 1.7)
La
historia está en el libro de Ester.
El
nombre de Dios no aparece explícitamente en el libro de Ester, ni aparecen las
leyes hebraicas ni tampoco la precisa referencia la oración. Pero su presencia
y soberanía se manifiestan claramente en toda la historia. La liberación de los
judíos file llevada a cabo en una serie de lo que parecen ser
"casualidades"; pero Dios actúa en maneras misteriosas y la historia
de Ester muestra su amor y protección hacia su pueblo terrenal.
Ester,
la protagonista, es nombrada 54 veces en este libro que lleva Ml nombre, Fue
una hebrea nacida durante el cautiverio en Babilonia, Cuando los persas
obtuvieron el poder sobre los babilonios, permitieron que los judíos regresaran
a Jerusalén después de 70 años de cautiverio, Muchos judíos regresaron a su
patria, pero algunos, incluyendo la familia de Ester, escogieron quedarse en el
país de su cautividad.
Leemos
algo de la historia de Ester después de la muerte de sus padres Era una joven
huérfana en Susa, capital de Persia, bajo el cuidado de su primo Mardoqueo que
la había adoptado.
Hemos
visto ya la manera en que Vasti, la reina de Persia, fue destronada. Los
consejeros del rey Asueto propusieron una búsqueda para que otra mujer sirviera
como reina en su lugar. Cada joven escogida tenía que pasar doce meses
preparando su cuerpo para su presentación al rey. Al llegar su turno, la joven
era llevada a pasar una noche con el rey.
Luego era colocada en su harén con el fin de permanecer allí, con la
excepción de la mujer escogida por el rey para que fuera su esposa.
Entre
las vírgenes llevadas a Susa estaba Ester, cuyo carácter, gracia y belleza
ganaron el aprecio de todos los que estuvieron en contacto con ella. Aquella
joven no pidió adornos ni cosméticos especiales cuando llegó su turno de ser
llevada al palacio real para ser presentada al rey.
El
rey Asuero se enamoró de Ester, así que puso la corona en la cabeza y la hizo
reina en vez de Vasti. Además, hizo un banquete en su honor. Por mandamiento de
Mardoqueo, Ester no reveló que era judía, siendo ella obediente a su padre
adoptivo.
Sucedió
que Mardoqueo, sentado cada día a la puerta del palacio del rey, oyó a dos
siervos de Asuero conspirando para matar al rey. Lo denunció a Ester, quien a
su vez notificó al rey. Los culpables fueron ejecutados y el incidente fue
escrito en el libro de las crónicas del rey en su presencia.
Mardoqueo,
vestido del luto y cubierto de cenizas, fue por la ciudad lamentándose y
proclamando aquellas noticias funestas. Cuando por fin la reina Ester llegó a
saberlas, también se angustió, pero manó decirle a Mardoqueo que nadie podía
entrar a la presencia del rey sin ser llamado. Dijo que el rey no la había
llamado a presentarse delante de él por treinta días; si ella lo hacía estaría
arriesgando su propia vida.
Mardoqueo
mandó a decirle a Ester: "No pienses que en la casa del rey más que
cualquier otro judío... ¿Y quién esta hora has llegado al reino?"
La
historia parece una novela, pero vale la pena leerla detenidamente, el valor
demostrado por la reina Ester nos inspira a testificar de Dios, cueste lo que
cueste€ Fijémonos en el próximo mensaje que Ester le mandó a Mardoqueo:
"Reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí... yo
también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey,
aunque no sea conforme a la ley, y si perezco, que perezca”.
Durante
tres días Ester y sus siervas, Mardoqueo y los demás judíos ayunaron y oraron.
Entonces Ester tuvo que actuar. Vestida en sus vestidos reales, llegó a la
presencia del rey y fue bien recibida. Asuero le preguntó qué quería, y ella lo
invitó a él y a Amán a un banquete que ella había preparado. Estando ellos en
el banquete Ester los invitó a otro banquete al día siguiente.
Cuando
el rey supo que Mardoqueo no fue honrado por el bien que había hecho avisando
al rey de la conspiración para matarlo, mandó a Amán que le diera honor. Pero,
sabiendo que Mardoqueo no le hacía reverencia, el enfurecido Amán preparó una
horca para colgar a Mardoqueo.
Al
día siguiente, durante el banquete, Ester hizo su petición, rogándole al rey
que preservara la vida de su pueblo, los judíos, y la suya misma. "¿Quién
es, y dónde está, el que ha ensoberbecido su corazón para hacer esto?' preguntó
el rey. "El enemigo y adversario es este malvado Amán", dijo Ester.
El rey Asuero, enfurecido, salió a su jardín y
al regresar vio a Amán inclinado sobre el diván donde estaba Ester y pensó que
Amán iba a violar a la reina. Entonces por el mandamiento del rey, Amán fue
colgado en la horca que él había preparado para Mardoqueo. Así murió Amán y con
eso se aplacó la ira del rey.
El
rey le dio a Ester las propiedades de Amán y el puesto en su gobierno que Amán
antes ocupaba se lo dio a Mardoqueo. Otra vez la reina Ester apareció delante
del rey sin ser invitada, no solamente para su propio bien, sino el de su
pueblo. Entonces Asuero les dio permiso a Mardoqueo y a Ester de publicar un
edicto contradiciendo aquel de la exterminación de los judíos. En vista de que
el primer edicto fue publicado en nombre del rey, una nueva orden que libraba a
los judíos fue sellada por el rey y una copia del nuevo edicto fue distribuida
en todo el país.
Como
resultado de su intervención, cuando Ester puso su propia vida en peligro, los
judíos fueron librados, aun honrados por la misericordia de Dios. Entonces
ellos tuvieron luz y alegría, gozo y honra.
A
Mardoqueo no le importaba haber sido despreciado por el enemigo de Dios. Luego
él fue "estimado por la multitud de sus hermanos, porque procuró el
bienestar de su pueblo" (Ester 10.3). ¡Qué buen ejemplo es Mardoqueo para
los creyentes hoy en día!
Ester
no escogió ser judía expatriada, ni ser criada por un hombre que era su primo.
No fue el deseo de ella ser esposa de un cruel rey. Pero cuando llegó la
necesidad de arriesgar su vida para salvar a su pueblo, estuvo dispuesta a
hacerlo, y dijo: "Si perezco, que perezca".
El nombre Ester significa
"estrella" y en la historia de los judíos su nombre brilla hasta el
presente, pues es conmemorada en su día nacional de Purim, porque ella salvó la
vida a tantos judíos en Persia.
Es claro que Dios eligió a Ester para usar
su influencia para interceder a favor de su pueblo. Su comportamiento ganó el
aprecio de los siervos del rey, sus ayunos mostraron su deseo de proteger a su
pueblo y su sumisión a la voluntad del rey resultó en el fracaso de los
horribles propósitos del enemigo Amán.
El libro de Ester es un testimonio
elocuente de la providencia del pensar cuando se presentan las circunstancias
difíciles no debe ser de desesperación, sino de confianza. "Yo sé los
pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y
no de mal, para daros el fin que esperáis" (Jeremías 29.11).
Rhoda Cumming
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