El general que se humilló así mismo
La Guerra
Civil había terminado y los preparativos para un desfile de la gran victoria en
Washington estaban en marcha. El General William Tecumseh Sherman estaba a
cargo del plan. La ruta del desfile sería a lo largo de la Avenida Pennsylvania
y pasaría por la Casa Blanca. El protocolo dictaba que cada general cabalgaría
al frente de la división que había comandado.
En la
mañana del desfile se presentó un obstáculo. El General Sherman se veía
preocupado a medida que se acercaba al General Oliver O. Howard. Las tropas de
este General habían ayudado a ganar las victorias en las campañas de Tennessee
y Atlanta. Siendo ascendido para comandar el ejército de Tennessee, había
tomado parte en la famosa "marcha hacia el mar" de Sherman.
"General
Howard, está previsto que usted desfile delante de su división."
"Sí,
señor."
"Bueno,
me gustaría pedirle un favor."
"A
sus órdenes, señor."
"El
General _______, quien le precedió en el mando, quiere desfilar a la cabeza de
esta división. Sé que usted estuvo al mando durante las últimas campañas. Pero,
Howard, sé que usted es cristiano, y que puede permitirse esta desilusión.
¿Cedería el cargo y le permitiría al General _______ que tuviera el honor de guiar
las tropas en el desfile?
"El
General Howard quedó momentáneamente pasmado. Había anhelado desfilar con las
tropas que lo habían servido tan sacrificada y lealmente. Se había desarrollado
un gran espíritu de unidad a medida que vivían y peleaban juntos. Aquellos
hombres habrían muerto por él o por alguno de ellos. Él mismo había perdido un
brazo en el servicio. Ahora se le estaba pidiendo perder el derecho a su lugar
de honor para otro oficial que estaba realizando un pedido sin precedentes e
injustificado.
Pero el
General Howard se recuperó prontamente. Fiel al dictamen militar "Sus
deseos son órdenes," se quedó parado ante su comandante en jefe y dijo:
"Sí, señor. Debido a que usted lo ha determinado de esa manera y debido a
que soy cristiano, lo haré con alegría. El General ______ puede desfilar como
cabeza de la división.
Sherman
lo miró con alivio y admiración.
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