sábado, 26 de julio de 2025

No su Nacimiento, Sino su muerte

 

Según 1 Corintios 15.3-4, el evangelio que predicamos es: "Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras". Gracias a Dios, Cristo nació. Pero el tema no es Su nacimiento, sino Su muerte y resurrección. Juan Dennison escribe lo siguiente:

"Todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis” (1 Co. 11.26). Pero, ¿por qué usar pan y vino? ¿Por qué no un mini-pesebre para recordar" que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores"(1 Ti. 1:15)? ¿Por qué no un martillo de bronce para recordar su vida en Nazaret como carpintero (Mr. 6:3)? ¿Por qué no una roca para recordar que "No está aquí, sino que ha resucitado" (Lc. 24:6)? ¿Por qué no una trompeta de oro para recordar que Él dijo: "Vendré otra vez" (Jn. 14:3)? Lo demás no tendría sentido si no fuera cierto que "Cristo murió por nuestros pecados" (1 Co. 15.3). Pero cada domingo, los ángeles (1 Co. 11.10), y Dios mismo escucharán una y otra vez la proclamación simbólica de que "Cristo... murió por los impíos" (Ro. 5.6). ¡Qué proclamación! ¡Qué privilegio!

John Dennison, Devoción A Diario, lectura para 16 de febrero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario