sábado, 30 de agosto de 2025

LEYENDO DIA A DIA 1 CORINTIOS(16)

 

14.1 al 25: Ministerio que edifica


Quedarán resueltos los problemas de esta sección si “seguimos el amor”. Cuán importante es el capítulo 13, ubicado entre los dones del capítulo 12 y su aplicación en el capítulo 14. Pablo prepara cuidadosamente, dando permiso para una ambición personal en esferas espirituales, pero especificando el mayor.

Encabeza la lista con el don de la profecía. ¿Qué es esto? Es hablar por Dios a los hombres, no tanto hablar de lo que va a suceder sino exponer verdades. Lo contrasta con hablar en lenguas (idiomas) como el primer don en la lista y el último en 12.8 al 10, 28 al 30. De lenguas dice que es una capacidad inútil para los hombres porque nadie entiende lo dicho, mientras que el profeta habla para edificación, consuelo y consolación. Dice también que hablar en una lengua es personal, pero profetizar es para el provecho de todos. Aunque Pablo está permitiendo las lenguas por el tiempo entonces presente, él da precedencia al profeta y su ministerio, v. 5, y afirma que hablar públicamente en lenguas es confundir sin que la iglesia obtenga provecho, vv 6 al 11.

El celo por los dones espirituales debe ser regulado por su valor constructivo y práctico, vv 12 al 14. El ministerio en la iglesia no sólo debería darse en el Espíritu, sino con la comprensión del ministro y del oyente, quien puede añadir inteligentemente su asentimiento, vv 15 al 17. Él valora cinco palabras inteligentes por encima de diez mil en un idioma desconocido. Aunque afirma que puede hablar en lenguas, v. 18, nunca en las Escrituras le encontramos haciéndolo.

Él aplica sus conclusiones. El v. 20 da a entender que debe haber progreso salvo en la cuestión de la malicia. Las lenguas no son más que una señal a los no creyentes, mientras que la profecía es lo opuesto. Los extraños van a ver el hablar en idiomas desconocidos como locura, pero van a quedarse convictos al oír a hombres hablando inteligentemente por Dios; habrá una respuesta en reconocer a Dios y confesar su presencia, vv 21 al 25.

Esto debe ser nuestra meta. Hoy estamos rodeados de un clamor por dones espectaculares, novedosos y emocionales. Unos preguntan: ¿Estoy perdiendo algo al no contar con esos dones? Señor, danos mentes quietas, una conducta controlada por el Espíritu y una lengua capaz de hablar la verdad tuya con convicción y comprensión.

Lección: ¿Qué pido a Dios? ¿Me conformo con lo de segunda o quiero lo mejor que Él me puede dar? ¡Reflexione!

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