domingo, 3 de enero de 2016

Doctrina: Cristología. (Parte I)



I.        Introducción


El tema que comenzaremos a estudiar lo denominaremos “introducción a la introducción” de la doctrina denominada Cristología. La llamamos así porque no es nuestra intención profundizar y llegar a formar grandes volúmenes, sino solamente dar una pincelada de este magnífico tema. Es responsabilidad de cada creyente  bucear lo que más pueda, pero lo que sí es seguro es que jamás llegará a tocar fondo en este tema.

“El Cristianismo es Cristo”
Se ha dicho que “El Cristianismo es Cristo”, lo cual es completamente cierto, porque todo gira alrededor de él, y sin él no existe el cristianismo. Se podrían inventar multitudes de pensamientos filosóficos-religiosos similares, pero sin Cristo no serían más que hermosas palabras, pero sin vida. Serían como un cuerpo de una mujer, llena de belleza, pero que está muerta, sin vida.
Podemos notar en la vida de la mayoría de la juventud interesada en alguien o algo, es diligente en reunir información. Si este es un artista popular o es una cultura, se investiga todo lo relacionado del tema, porque le interesa estar empapado. Tanto es así, que muchos llegan a copiar algunas de las actitudes de la persona “idolatrada” o de la cultura “adorada”. Si posible, se juntan con personas afines o forman grupos de “fans” para compartir la experiencia de amar al ser idolatrado.
Siguiendo este mismo pensamiento, podemos comprender que ahí radica la importancia de que debamos conocer a Cristo en la profundidad que nos de nuestra capacidad, porque Él es nuestra vida, Él lo llena todo.  Conociendo que es lo que Él enseñaba, y que opinaban sus detractores.  Todo lo que es el cristiano, gira en torno de Cristo, siendo el  objetivo de Dios que lleguemos a ser como lo fue el Señor (Romanos 8:29 cf. Filipenses 1:6), tanto en su carácter y en sus acciones. Todo el nuevo testamento fue escrito para resaltar las características del Señor y que el cristiano (como seguidor de Cristo) debe tener, porque hacía allá debemos ir (Colosenses 2:2; cf. Hebreos 12:5; Filipenses 3:12-13).

“Singularidad y Particularidad”
Al recorrer las páginas del nuevo testamento en cualquiera de los evangelios encontramos la singularidad de este Hijo del Hombre. Y en el libro de los Hechos encontramos a hombres y mujeres, ricos y pobres, esclavos y libres, judíos y gentiles “cautivados” por este mismo Hijo del Hombre glorificado después de su resurrección.
Nos cautiva con la particularidad que es propia de Él y que ningún otro hombre en vida tenía. Afirmaba, a pesar de ser joven comparado con alguno de sus detractores, que había conocido a Abraham, afirmando con ello su preexistencia (véase Juan 8:56-58). Con ello afirmaba que era Dios, y no solo una vez sino varias veces (Juan 4:26; 6:20; 6:41; 6:51; etc.).  Lo demostraba no sólo con meras palabras, como si fuera un alarde, sino con actos de poder (cf. Marcos 2:3-12). De esta forma afirmaba ser Dios hecho hombre, es decir Hijo de Dios.  No era algo que fuera anunciando, sino que lo dejaba entrever cuando hacía sanidades, cuando dominaba los elementos, cuando expulsaba a los demonios o cuando tenía alguna controversia con los religiosos de su época, o cuando sus propios discípulos indicaban quien era.  El propio Juan el bautista ya lo había expuesto como “Cordero de Dios”, como alguien que procedía de Dios.  (Juan 1:29; vea también: 14:5-11).
Los religiosos comprendieron (pero no entendieron la verdadera realidad) que se estaba haciendo semejante a Dios y quisieron matarlo (cf. Juan 8:58-59). No entendían como un hombre podía ser Dios y hombre al mismo tiempo, porque estaba (y sus descendientes actuales están) cegados, ellos no tenían la fe necesaria para ver lo Divino que había en ese hombre, así que le llevaron a la muerte, porque con ello pensaban que salvaban el honor de Dios.

Preordenado
Dios no había dejado nada al azar para que no se dijese que todo estuvo fuera de control, y que la muerte del Señor fue un  hecho fortuito que escapó al plan divino.  Al contrario de lo que podemos suponer, el Señor sabía que debía dar este paso que conducía al suplicio en cruz (Marcos 8:31; 14:8; Lucas 9:22; 22:42). La Escritura nos dice que todo esto estaba preestablecido (Hechos 2:23) por Dios mismo, que su Hijo unigénito había de pasar por todas las aflicciones para poder redimir  a los hombres que se acercasen a él con fe.
Históricamente Fiel.
Ahora bien, podemos tener la certeza que todo lo que fue escrito acerca del Señor es genuino e históricamente comprobable, todo lo que hizo es atestiguado en los evangelios, no sólo por una persona, sino por una multitud de testigos, quedando expresado en los cuatro evangelios y en el libro de los Hechos  y en las cartas de los apóstoles.  Por ello podemos estar completamente tranquilos  que nuestra fe está asida en forma genuina a una verdad que los primeros creyentes y testigos de la vida del Señor enseñaron, predicaron, y murieron por mantenerse fiel a ese Señor.

La importancia de entenderla correctamente.
Es tan importante este tema, ya que un mal entendimiento de la Cristología ha llevado a aparecer muchas herejías y muchas perduran hasta al día de hoy. Por ejemplo tenemos dos que son opuestas entre sí: una expuesta por los Testigos de Jehová (que es una versión neo arriana con características socinianas) y las de Sólo Jesús o Pentecostales Uncitarios (con características de modalismo o sabelianismo). El primero niega la Deidad de Cristo y el otro exalta sólo a Jesús, indicado que los términos Dios (Padre) y Espíritu Santo son revelaciones diferentes de sí mismo. En lo único que es común a ambas herejías, es que niegan la doctrina de la Trinidad.  
Es más, hubo creyentes, en los primeros siglos, que sin ser herejes (como sí lo era Marción) idearon doctrinas marcadamente heréticas, ya que estaban tan inmiscuido en la “lucha Cristológica” que no se percataron que los argumentos que daban para “defender” a Cristo terminaba perjudicándolo más.

Importancia de la Persona de Cristo
Willian Evans[1] escribió acerca de la importancia de la persona de Cristo, citando a dos destacados estudiosos de la Biblia, a Sinclair Paterson y James Denney, los cuales expresan de este tema lo siguiente:
 “Una de las características distintivas de la religión cristiana es el estrecho parentesco que hay entre Cristo y el cristianismo. Si se quita del budismo el nombre de Buda y desaparece completamente el elemento personal del fundador del sistema, si se quita del mahometismo la personalidad de Mahoma, o del parsismo la personalidad de Zoroastro, todo el sistema doctrinal de estas religiones queda intacto. Su valor práctico, como tal, no peligraría ni disminuiría. Pero quítese del cristianismo el nombre y la persona de Jesucristo y ¿qué queda de él? ¡Nada! Toda la sustancia y poder de la fe cristiana tiene como centro a Jesucristo. Sin El no queda absolutamente nada (Sinclair Patterson)”.
“De principio a fin, la fe y vida cristianas en todas sus fases, aspectos y elementos quedan determinadas por la persona y la obra de Jesucristo. A Él le debe su vida y carácter en todas sus partes. Sus convicciones son convicciones acerca de Él. Sus esperanzas son esperanzas que ha inspirado El y que sólo Él puede colmar. Sus ideales proceden de la experiencia y vida de Él. Su poder es el poder de su espíritu. (James Denney)”.
Terminamos esta introducción con las palabras de un destacado Teólogo, Charles Ryrie[2]:
“La doctrina de la persona de Cristo es crucial para la fe cristiana. Es básica para la soteriología,  porque si nuestro Señor no es lo que alegó ser, entonces Su expiación fue deficiente,  no un pago suficiente por el pecado.”

Temas a Tratar
Dicho lo anterior, podemos  definir qué se entiende por la palabra “Cristología”, y esta se entiende como el estudio sistemático (ordenado)  del punto de vista teológico acerca de la persona del Señor Jesucristo, abarcando, más o menos temas, dependiendo del autor del estudio. Nosotros realizaremos el siguiente plan de estudio, siguiendo la estructura más natural y cronológica posible, abarcando los siguientes temas, que se desarrollan siguiendo una línea ortodoxa de pensamiento cristiano  acerca de este tema:
·        Preexistencia y Eternidad de Cristo.
·        Profecías de Cristo en  Antiguo Testamento.
·        La Encarnación
·        La humanidad del Mesías.
·        La Deidad de Cristo.
·        Unión  hipostática
·        Vida Terrenal de Cristo.
·        Tentación de Cristo.
·        Los Oficios de Cristo.
·        Luchas Cristológicas.
·        Ministerio presente de Cristo
·        Obra futura de Cristo.




[1] Las Grandes doctrinas de la Biblia, página 54
[2] Teología básica, página 269

No hay comentarios:

Publicar un comentario