lunes, 2 de mayo de 2016

ALGUNAS MUJERES DEL ANTIGUO TESTAMENTO (PARTE V)

5. Raquel, una esposa problemática
Leemos de Raquel mayormente en Génesis 29 al 31; 33; 35.
Esta esposa de Jacob era nieta de Betuel, hermano de Rebeca. Un día ella estaba abrevando las ovejas de su padre cuando Jacob llegó de su largo viaje de casi 900 kilómetros, huyendo de su hermano Esaú.
Al morir en su segundo parto, ella exclamó, “Hijo de mi tristeza” (35.18), y es en este espíritu de tristeza que las Escrituras proyectan la vida de esta mujer. Empleando a esta madre como figura de Israel, el profeta dijo: “Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo: Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron”, Jeremías 31.15. La profecía tuvo su mayor cumplimiento en Lucas 2.16 al 18.
Era de lindo semblante y hermoso parecer. Para Jacob fue amor a primera vista, y él se ofreció a trabajar siete años para conseguir a Raquel por esposa. Había salido de la casa de su padre con apenas su cayado, como confesó ante el inminente encuentro con Esaú. Estos siete años le parecían como pocos días, porque la amaba.
Pero aun en aquellos días existía el principio divino que todo lo que el hombre sembrare eso también segará, Gálatas 6:7. Jacob había engañado a su padre, y ahora Labán, padre de Raquel, iba a engañar a Jacob. En la misma noche de su matrimonio, él no le dio a Raquel sino a Lea, la hermana mayor de ésta. Cuando Jacob le reclamó a Labán, éste le dijo que no era costumbre casar la menor antes de la mayor, pero que dejara pasar la semana de festividades y luego le daría a Raquel, con tal que trabajara otros siete años por ella.
Era evidente que Jacob amaba más a Raquel que a Lea. Pero no era padre responsable; se interesó él en negocios a expensas de su hogar. Ella resultó ser una esposa problemática. Envidiosa, 30.1. Incrédula, 30.3. Idólatra y ladrona, 31.32. Mentirosa, 32.35. No leemos de este tipo de conducta en Lea.
Dios vio el menosprecio a que estaba sujeta Lea de parte de Raquel y Jacob, y le dio a la mayor, seis hijos. Raquel, en cambio, era estéril, y esta situación la puso muy envidiosa. Llegó hasta decirle a Jacob: «Dadme hijos, o si no, me muero.» Esto demostró una falta de espiritualidad. Sin embargo, Dios vio su aflicción y se acordó de ella. Nace José. Al darle este nombre, ella oró por vez primera, en lo que al relato bíblico se refiere, pues el nombre José significa «Añádame Dios otro hijo.» Raquel murió trágicamente dando a luz su segundo hijo. Ella le llamó Benoni, nombre que quiere decir “la encina del llanto”, pero nosotros le conocemos por Benjamín.
Aunque los dos hijos de Raquel eran los favoritos de su padre, y José es el tipo más perfecto del Señor Jesucristo que encontramos en el Antiguo Testamento, la verdad es que en cuanto a las doce tribus de Israel que iban a proceder de los varios hijos, fueron Leví y Judá, hijos de Lea, que más iban a llevar la batuta en la nación. Murió Raquel y levantó Jacob un pilar sobre su sepultura, 35.19, 20.

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