miércoles, 1 de junio de 2016

La Adoración y el Sacerdocio Cristiano (Parte III)

EL SACERDOCIO CRISTIANO
El tema de la adoración se puede en­tender mejor repasando brevemente la historia del sacerdocio, con lo cual la adoración está conectada inseparablemente. El primer sacerdote mencionado es Melquisedec, pero el oficio de sacerdote ya existía. Con anterioridad al sacerdocio cristiano podemos distinguir (en el Antiguo Testamento) cuatro órdenes:
1.  El Sacerdocio Patriarcal - El orden de la familia: Noé (Gén. 8:20,21); Abraham (Gén. 12:7,8; Isaac, 26:25; 31:54; Jacob, 35:1-3, 7; Job 1:5; 42:8).
2. El sacerdocio Real - El orden de Melquisedec (Gén. 14:18-20) en un tipo singular de Cristo como entronado ahora en el cielo (Heb. 7) y como Sacerdote-Rey sobre el trono de David en la venidera edad milenial (Zacarías 6:12, 13). Un estudio de esto resulta muy provechoso.
3. El Sacerdocio Nacional - El orden mundial (Éxodo 19:5-7) fue ofrecido condicionalmente a Israel como nación escogida, pero fallaron y así perdieron este favor especial (Oseas 4:6). Sin embargo, el propósito de Dios no fue frustrado. Solamente está diferido para un día futuro (Isaías 61:6; Ezequiel 44:15,16). Mientras tanto el sacerdocio cristiano cumple la posición privilegiada (1 Pedro 2:5-9).
4. El Sacerdocio Levítico - El orden Aarónico (Lev. 8) fue limitado a Aarón y su familia. Aún la parentela Levítica estaba excluida (Núm. 16:8-10; compare 2 Crónicas 26:16-21). Por estipulación, el sacerdocio de Cristo es como el de Melquisedec, pero Su servicio sigue el modelo Aarónico. La epístola a los Hebreos demuestra ambos contrastes y similaridades. Asociados con Cristo en el sacerdocio los creyentes encuentran un rico almacén de instrucciones en los tipos detallados que encontramos inscritos acerca de la familia Aarónica. Esto nos trae a:
5. El Sacerdocio Espiritual - El or­den cristiano, 1 Pedro 2:5-9; Ap. 1:6- sacerdotes cuyo destino glorioso está revelado, Ap. 5:8-10 (la adoración ba­sada en la redención); Apoc. 4:10, 11 (la adoración basada en la creación). Apoc. 20:6 se refiere a la edad milenial. El sacerdocio cristiano consiste de to­dos los creyentes verdaderos en este día de gracia (1 Ped. 2:7). Los tales han nacido de nuevo, 1:23; 2:2, y son "piedras vivas" en una casa espiritual, 2:5. Ahora no hay distinción entre los sexos ni entre la juventud y la edad (contraste el orden Levítico); pero la adoración en alta voz (que implica dirigir) en la reunión de la asamblea se limita a los hermanos (1 Cor. 14:34). El Nuevo Testamento no reconoce distinción entre una casta sacerdotal (cle­ro) y el lego. Tal reconocimiento, con el uso de vestimentas características y su reclamo de posición y privilegio especial, violaría enteramente el orden cristiano. La base de la adoración es la redención. Israel no podía adorar en Egipto (Ex. 3:18; 5:1-3), pero una vez fuera, se estableció el sistema de la adoración divina. En el orden típico, los sacerdotes aptos fueron:
(a) Llamados (Ex. 28:1; Heb. 5:1,4; 1 Ped. 2:29);
(b) Limpiados (bañados) (Lev. 8:6; compare Tito 3:5);
(c) Vestidos, Lev. 8:13; Éxodo 28:40 (sus vestimentas daban evidencia de su llamamiento, así como lo debe dar la conducta del creyente), 42;
(d) Consagrados, apartados (santificados) para el servicio y la adoración por (1) la aplicación de la sangre (Lev. 8:24; Heb. 9:13,14); (2) el rociamiento de aceite con sangre (Lev. 8:30; 1 Ped. 1:2). Cada detalle tiene su contraparte espiritual en el sacerdocio cristiano (1 Cor. 6:11). Además era menester que cada sacerdote tuviera "algo que ofrecer” (Heb 8:3). La ofrenda agitada (Lev. 8:25-28), era la porción señalada para Dios, quien daba el resto a Sus sacerdotes. "Para consagrar" en Hebreo es literalmente "llenar las manos". Como pecadores nos aproximamos con manos vacías, no así como adoradores (Deut. 16:16; 26:1-10).

LUGAR
(Véase Juan 4:20,21). El verdadero "lugar de adoración" del creyente es el santuario celestial, no el edificio donde se reúne (Heb. 10:19-25 con 8:1, 2; 9:11,12). Se le llama "dentro del velo" donde Cristo nuestro Gran Sacerdote ahora está corporalmente (Heb. 4:14; 9:24). A la presencia de Dios se entra en espíritu no en cuerpo, por fe y no en forma externa. En Heb. 10:19-22 nótese
(a)  El derecho de entrada - la sangre derramada ("sangre de Jesús").
(b) La vía preparada - el velo roto (no por la vida perfecta de Cristo sobre la tierra, sino por Su muerte, resurrección y ascensión).
(c) El Poderoso Ayudador - el Gran Sacerdote (Líder y Sustentador de un pueblo adorador.)

CONDUCTA
Los sacerdotes Levíticos ministraban descalzos (compare Ex. 3:5); esto demuestra la gran necesidad que existe de tener reverencia al aproximarnos a Dios (Heb. 12:28,29). Los lavamientos, la abstinencia de bebidas fuertes, del luto y de la contaminación con los muertos, se exigían rigurosamente. Todo esto simboliza la santidad práctica, la cual es esencial en aquellos que se aproximan a Dios (Ex. 30:17-21; Lev. 10:9; 21:1). Se requería la perfección tanto física como ceremonial (Lev. 21: 16-24). Los defectos o "deformidades" en la vida de un creyente son una barrera para la adoración aceptable.

FUNCIONES
1. Aspecto hacia Dios - como Sacerdotes "Santos" para presentar nuestras ofrendas a Dios.
(a) El Privilegio de Acceso. El derecho de entrada se concede a todo el sacerdocio cristiano. No se limita en cuanto a tiempos; para la oración (Heb. 4:16); para adorar (Heb. 10:22; compare Efesios 2:13, 18; 3:12). Contraste los sacerdotes aarónicos quienes solamente podían entrar al lugar santo  en el Tabernáculo, pues el lugar santísimo le era excluido aún a Aarón excepto una vez al año según el orden prescrito (Lev. 16:1,2; Heb. 9:6-8).
(b) La Presentación de Ofrendas: Levíticas  eran materiales; cristianas son sacrificios espirituales.
(c) Alabanzas (Heb. 13:15; contraste Oseas 14:2; Salmo 50:14,23; 119:108): no animales de sacrificio, sino labios santificados.
(2) Personas (Rom. 12:1,2); entregando el cuerpo, no en muerte sino en vida, aunque esto incluye la muerte a sí mismo (compare 2 Cor. 5:14,15). En Lev. 16 vemos dos cabras "presentados", una para morir y la otra para vivir, ambos a la disposición de Dios.
(3) Posesiones (Heb. 13:16; Fil. 4:18; 1 Cor. 16:1,2; 2 Cor. 9:7,12). Esto ele­va la ofrenda del creyente a un nivel más alto de una mera colecta caritativa. Dar proporcionalmente es un verdadero servicio sacerdotal.
2. El Aspecto hacia el hombre - como Sacerdotes "Reales" para distribuirlos dones de Dios al hombre.
(a) El Ministerio de la Oración. - Intercesión por los santos (siguiendo el ejemplo de nuestro Gran Sacerdote, Heb. 7:24,25; Rom. 8:34), véase Stg. 5:16; Heb. 13:18; 2 Tes. 3:1; Salmo 141:2. Intercesión por todos los hombres (1 Timoteo 2:1).
(b) El ministerio de la Simpatía. Nuestro Gran Sacerdote dio el ejemplo (Heb. 4:15, 16; 2:18 compare Aarón, Heb. 5:2; Heb. 10:24), "considerémonos los unos a los otros para provocarnos al amor y a las buenas obras. " Con frecuencia se necesita más la ayuda espiritual que la material.
(c) El Ministerio de la Instrucción (1 Ped. 2:9; compare Mal. 2:7).
1. para "anunciar" a Cristo (griego, "para proclamar entera y abiertamente").
2.   para discernir y decidir varios problemas (Lev. 13 y 14; 10:11, contraste Mal. 1:7,8; 13:14; Deut. 17:9).
(d) El Ministerio del Evangelio (Rom. 15:16, del griego, hierourgeo, "para ministrar como un sacerdote", ocurre sólo aquí). El de Pablo era un servicio sacerdotal a los Gentiles.
En cuanto a la provisión bondadosa de Dios para Sus sacerdotes, es instructivo estudiar el significado típico de
(a) las porciones ordenadas (Lev. 8:31,32) y
(b) las cosas prohibidas (Lev. 10: 8-11: nótese las razones que se dan).

Sendas de Luz, 1968

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