miércoles, 1 de junio de 2016

Joab: Capaz y malintencionado

De todos los hombres de valor que rodearan a David, tanto en su exilio como en su reinado, ninguno alcanzó tanta fama y posición como Joab. Su carrera fue accidentada, a veces haciendo pensar que había alcanzado alturas de comprensión comparables solamente con su habilidad de guerrero, y a veces dejando ver las profundidades de pecado a las cuales la naturaleza humana puede caer fácil y precipitadamente.

 

Con David

    Nada se dice de su niñez y crianza, pero sabemos que era sobrino de David, hijo de su hermana Sarvia, 1 Crónicas 2.15, 16, y por esto suponemos que era ávido participante en la causa de su tío desde una temprana edad. Los hombres que se juntaron con David al principio no eran conocidos por mucha cultura ni por falta de motivos ocultos. Leemos en 1 Samuel 22.2 que “se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu”. Es muy probable que el lugar más seguro para Joab y su familia era precisamente el desierto donde David prevalecía, lo más lejos posible de Saúl y sus seguidores.
Así que encontramos al joven Joab viviendo como fugitivo en compañía de rebeldes mercenarios, en parte por lealtad a la familia y en parte por su seguridad propia. No tenemos evidencia de que haya tenido convicción de lo justo de la causa por la cual luchó tenazmente, y ésta es probablemente la razón principal de sus fracasos en la madurez. Casi nació en el estilo de vida que llevaba y no tenía mucho que escoger.
Una situación como ésta no es cosa rara en las asambleas del pueblo de Dios en estos tiempos. El ser criado en un hogar cristiano trae muchas ventajas, pero con ellas la posibilidad de dejarse llevar por las costumbres o aun aceptarlas como inevitables. El resultado es que muchas congregaciones cuentan con miembros que han renacido de verdad pero carecen de convicción de que su permanencia allí reviste algún verdadero valor espiritual. Tal vez esta falta no sea evidente a primera vista, pero en momento de prueba se manifiesta en seguida.
The Harvester, 1965

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