Jael, con bendición única
Una
característica de las historias en el libro de Jueces es la actividad inusual
de parte de mujeres. Fue sin duda producto de la pobre condición espiritual de
los varones de la época. Las mujeres estaban fuera de su esfera, pero los
hombres no estaban cumpliendo su deber. Por ejemplo: Gobernaba en aquel tiempo
a Israel una mujer (Jueces 4:4). Si no fueres conmigo (Débora con Barac), no
iré (4:8). No será tuya (de Barac) la gloria... porque en mano de mujer (Jael)
venderá Jehová a Sísara (4:9). Jael mujer de Heber tomó una estaca, (4:21).
Aquel día cantó Débora con Barac (5:1). Una mujer dejó caer un pedazo de rueda
de molino sobre la cabeza de Abimelec (9:53). ¡Ay, hija mía! en verdad me has
abatido, (11:35). Ella (Dalila) comenzó a afligirlo (Sansón) (16:19).
Israel se
encontró bajo la cruel opresión de Jabín, rey cananeo, y Débora se levantó con
Barac a encontrar al enemigo. Dios intervino, empleando las fuerzas de la
naturaleza para poner el ejército opresor en desorden. La historia se encuentra
en Jueces 5 y con mayor explicación del fenómeno en Salmo 68:9-19.
Una
opinión expresada por algunos comentaristas es: “Jael no confiaba en Dios. Es
cierto que sintió el impulso de matar al enemigo del pueblo de Dios, pero no
tenía fe de que El le ayudaría. Por esto no le atacó de frente”. Por lo que
Débora dice de ella, este modo de ver las cosas es cuestionable.
Aunque María fue lla-mada bendita entre
las mujeres, Débora dice que Jael es bendita sobre ellas. Es la única mujer en la Biblia de quien se dice esto.
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