lunes, 2 de enero de 2017

EL FIN DE TODAS LAS COSAS SE ACERCA

La idea del fin del mundo va desarrollándose desde antiguo y es ahora, en la actualidad, cuando vuelve a hablarse de ese suceso.
Algunas veces han sido cálculos erróneos; otras, falsas predicciones religiosas que llegaron a estremecer a mucha gente. El alivio general que se sentía cada vez que llegaba a la fecha prevista y los augurios no se cumplían, nos muestra de qué manera teme la humanidad un fatal desenlace de su existencia.
Sin duda alguna, las causas que de una manera u otra manera pueden poner fin a la vida de cada uno de nosotros son muchas: guerras, accidentes, revueltas políticas, enfermedades de toda clase, etc. Todo esto puede precipitarnos al Más Allá y colocarnos delante del juez Soberano. Nadie está seguro -ni por supuesto es digno- de obtener mejor trato que los demás; ni nadie sabe hoy lo que ocurrirá mañana; por eso está escrito en la Biblia: “prepárate para venir al encuentro de tu Dios" (Amos 4:12).
Todo lo que nosotros creamos que es una preparación suficiente, Dios nos mostrará que no tendrá ningún valor cuando estemos en su presencia. Para estar listo, es preciso dejarse preparar por Dios, se necesita escuchar su Palabra.
El mandamiento es inmutable: "...ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan" (Hechos 17:30). “Arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados" (Hechos 3:19). “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31).
Querido lector ¿es usted salvo? ¿Ha recibido el perdón de sus pecados y la vida eterna con la potencia del Espíritu Santo mediante la fe en Jesús  “...el cual fue entregado por nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación"? (Romanos 4:25). ¿Ha roto con todas las prácticas supersticiosas de sus antepasados, sean fetiches, ídolos, amuletos o anillos mágicos de los pueblos paganos, o con las formas vanas de la religión tradicional sin una fe verdadera? Debe saber que, para poder obtener el favor del Maestro, del Señor Jesucristo, el Salvador, ha de abandonar todas aquellas cosas por medio de las cuales Satanás, el enemigo, lo mantiene cautivo.
Todo aquel que ha recibido el perdón y la vida eterna está ya preparado según Dios, y está con toda certeza en Cristo Jesús, en quien no hay ninguna condenación (Romanos 8:1). Si le sobreviniera algún accidente o cualquier imprevisto, no debería temer nada porque está en Él.
Efectivamente, la situación actual de nuestro mundo es grave; a pesar de todos los esfuerzos de Satanás para desviar nuestra atención, está claro que estamos en vísperas de grandes e inquietantes acontecimientos. Nuestra época parece haber llegado a su fin y se prevé un drama.
Usted debe saber, lector, que el tiempo de la paciencia y la gracia de Dios llegan a su término. Los días de la Iglesia de Cristo sobre la tierra están contados; de repente, sin ninguna señal que lo pueda anticipar, la Iglesia (conjunto de los salvados por la fe en Jesucristo) habrá sido quitada de la tierra; se está preparando un acontecimiento esperado por muchos. La Palabra de Dios nos dice: “La venida del Señor se acerca" (Santiago 5:8). Según su promesa, vendrá y tomará consigo a los que le esperan (Hebreos 9:28; (Tesalonicenses 4:16-17). ¡Qué gozo tan grande para los suyos! Pero, al mismo tiempo, ¡qué remordimientos y lamentos inútiles serán los de todos aquellos que no hayan estado preparados para ir con Él, porque Aquel que muy pronto arrebatará a los suyos reaparecerá a continuación como juez del mundo incrédulo!
Entonces la tierra será visitada por la vara del juicio divino, pues el Señor los quebrará como vaso de alfarero (Apocalipsis 2:27). Será la época de las gran tribulación, de las desgracias apocalípticas, para purificar a la tierra de toda desobediencia, para que el reino de Cristo pueda ser introducido con el pueblo de Israel como centro y para establecer por mil años el dominio universal de Aquel que es llamado el Hijo del Hombre (léase Apocalipsis 20:1-5).
Después de este tiempo bendito, durante el cual todo mal será cortado y todo rebosará de bendición, habrá una prueba suprema para los hombres del milenio: Satanás subirá del abismo para engañarlos y serán muchos los que le seguirán y serán arrastrados al “fin de todas las cosas”, al último juicio delante del gran trono blanco (Apocalipsis 20:11-15). Será entonces cuando “el fin del mundo habrá llegado y todo será hecho nuevo (2 Pedro 3:11-15).
Sí, el fin de todo se acerca (1 Pedro 4:7) y aunque este gran día no ha llegado todavía, tenemos que hacer lo necesario a fin de estar preparados para cuando llegue...

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