¿Preguntáis por el
hecho en el cual me glorío
y el motivo que
alegra mi espíritu angustiado?
¿Qué recompensa
alcanza este corazón mío
por adorar el nombre
divino en quién confío?
¡Jesús Crucificado!
¿Quién al diablo
derrota por ser mucho más fuerte?
¿Quién de su cruz
alivia al más desesperado?
¿Quién rescata a la
vida del hoy de la muerte?
¡Jesús Crucificado!
¿Quién da la vida
eterna a quien no tiene vida?
¿Quién derrota a la
muerte con su brazo esforzado?
¿Quién me dará la
dulce corona prometida?
¡Jesús Crucificado!
Su cruz es el eterno
perdón que me redime.
Su cruz quien da
esperanzas al corazón cargado.
¡Por eso en Ti yo
creo, Mi Redentor sublime,
y ante Tu amor por
toda la humanidad que gime
yo adoro Tu
grandeza, Jesús Crucificado!
Claudio Gutiérrez Marín,
Sendas de Luz, 1976
Sendas de Luz, 1976
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