jueves, 1 de febrero de 2018

CONOCIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS (Parte II)

2. Encontrando la Voluntad de Dios
Podemos saber y creer que Dios tiene un plan para nuestras vidas. Empezamos a hacer una pre­gunta que hace cada creyente que realmente qui­ere conocer la voluntad de Dios — “¿Cómo pue­do descubrir la voluntad de Dios para mi vida?”
En la Biblia, Dios habló muchas veces a hom­bres y mujeres en una voz que escucharon clara­mente y les dijo qué hacer. Quería que Jonás fuera a Nínive, y así se lo dijo, Jonás 1:1,2. Quería que Samuel supiera Sus planes para juz­gar a los hijos de Eli, así que habló y Samuel pudo oír Su voz, 1 Samuel 3:10. También leemos de otras maneras en que Dios hizo saber al pueblo Su voluntad para ellos. Pablo se enteró de la voluntad de Dios para él de ir a Macedonia por medio de un sueño, Hechos 16:9,10. Un ángel dijo a María que iba a ser la madre de Jesús, Lucas 1:30,31. En el Antiguo Testamento, Dios a menudo mandó a Sus profetas para decirle a los israelitas lo que era Su voluntad para ellos.
¿Y qué de hoy? ¿Cómo muestra Dios Su vo­luntad para nuestras vidas? Ya no usa los ángeles para hablarnos. Ni escuchamos Su voz en forma audible diciéndonos lo que debemos hacer.
Miraremos cuatro maneras diferentes que Dios usa para revelar Su voluntad a nosotros. Son por Su Palabra (la Biblia), la oración, cris­tianos maduros o amigos, y las circunstancias. A voces, usa las cuatro para mostramos Su volun­tad, y otras veces sólo una es necesaria para dejamos saber Su voluntad claramente.
1. Primeramente, Dios nos revela Su voluntad por Su Palabra. Ya ha escrito mucho de lo que quiere que sepamos. ¡Por esto es importante estudiar la Palabra de Dios para entender lo que ya nos ha dicho! Existe la historia de una señorita cristiana a quien un joven no creyente propuso matrimonio. Este hombre le agradaba mucho, pero ella dijo que quería saber la voluntad de Dios antes de aceptar casarse con él. Entonces pasó muchos meses orando a Dios para que le mostrara si debía casarse con él o no. Es bueno pedirle a Dios que nos muestre Su voluntad, pero Dios ya nos ha dicho que un cristiano sólo debe casarse con otro cristiano.
“No os unáis en yugo desigual con los incré­dulos,” 2 Corintios 6:14.
Entonces esta señorita ni tenía que orar sobre esto. Dios ha escrito claramente lo que es Su vo­luntad en esta situación y no cambia de opinión.
A veces una persona tiene interés en cierto empleo, pero sabe que en este empleo hay cosas sobre las cuales tendrá que mentir y ser desho­nesto. Dios ya nos ha dicho lo que piensa de la deshonestidad en Colosenses 3:9 y 1 Corintios 6:9,10. Entonces no es necesario preguntar a Dios si debemos trabajar en tal situación cuando ya nos ha dicho Su voluntad en la Biblia.
La Biblia no da una respuesta definitiva a muchas de las decisiones que enfrentamos. Quizás sea un cristiano con quien deseas casarte y quieres estar seguro de que esta persona en par­ticular sea la elección de Dios para ti. O quizás el trabajo en que tienes interés sea muy bueno y no tendrás que ser deshonesto. ¿Cómo podemos descubrir la voluntad de Dios cuando la Biblia no dice claramente que “sí” o que “no”?

2. Una manera importante es por medio de la oración. Pide a Dios que te muestre Su voluntad y que te dé Su paz sobre cuál elección debes hacer. Santiago 1:5 dice “si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente.” Pide a Dios la sabi­duría para conocer Su voluntad y hacer la deci­sión correcta. Al seguir orando, obtendrás la paz sobre la dirección en que Dios quiere que te mue­vas, y las oportunidades o se abrirán o se cerrarán al buscar la dirección de Dios. Jeremías 33:3 dice “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces". El cristiano puede estar seguro de que Dios le mostrará Su voluntad para su vida, si ora y espera la direc­ción de Dios.

3. Debemos hablar con cristianos maduros o parientes. Esta es otra manera en que a veces podemos descubrir la voluntad de Dios para nuestras vidas. Los ancianos de tu iglesia local deben poder hablar y orar contigo sobre las deci­siones que debes hacer. Otra palabra para anciano es “pastor”. El pastor tiene la responsa­bilidad de guiar y proteger a las ovejas del peli­gro. Dios ha dado esta responsabilidad a cada anciano verdadero como también la sabiduría y el juicio para mostrarte cosas que te ayudarán a decidir lo que sea la voluntad de Dios. Tito 1:8,9 dice que un anciano debe amar lo bueno, ser sobrio y apto para enseñar la Palabra de Dios.
Una persona madura también tiene más expe­riencia y posiblemente pueda ayudarte a ver cosas que no has considerado. Si te conoce, estará consciente de tus puntos fuertes y débiles. Un hombre joven quería ser maestro; todos sus amigos eran maestros y parecía un buen empleo. Oró sobre eso, pero todavía no sabía si era la voluntad de Dios para él. Al fin habló con los ancianos y algunos de sus parientes más maduros. Le recordaron cuán nervioso parecía ponerse cuando hablaba delante de un grupo de personas y cómo balbuceaba. ¿Realmente creía que esto cambiaría al terminar su preparación como maestro y tener que enseñar una clase cada día? También le dijeron que habían notado el buen trabajo que hizo cuando ayudó a hacer bancas para las clases de la escuela dominical. Y a todos les gustó cómo ayudó a su vecino a reparar su techo cuando el viento lo dañó. Le hicieron dos sugerencias. En primer lugar, debía practicar enseñar en grupos pequeños para ver si desaparecía su miedo y sus dificultades al hablar. En segundo lugar, debía orar y pensar en prepa­rarse como carpintero.

4. Otra manera en que Dios nos revela Su vo­luntad es por medio de las circunstancias. Las circunstancias son las cosas que suceden en nues­tras vidas que no podemos controlar. A veces Dios muestra Su voluntad al permitir cosas que están fuera de nuestro control. Quizás habías ahorrado dinero para comprar un terreno, pero no sabías si Dios quería que compraras ese terreno. Luego un día mientras todavía orabas, otra perso­na lo compra. Ya no está disponible; estas circuns­tancias te muestran que no era la voluntad de Dios para ti.
O quizás oras para ver si debes ser enfermera.
Crees que Dios te quiere en cierta escuela, así que mandas tu solicitud por escrito. La escuela te contesta diciendo “Lo sentimos mucho, estamos llenos para este año y no hay lugar para más estudiantes”. Estas circunstancias te muestran que ese instituto no era la voluntad de Dios para ti — a lo menos no este año.
Recuerda que en 2 Corintios 12:7-9 Pablo dice que pidió al Señor tres veces que le quitara su “aguijón en la carne”, pero Dios no lo hizo. Sabía que Pablo aprendería a confiar en El más a causa de su aflicción.

Otra cosa importante es recordar que Dios no siempre contesta nuestras oraciones en seguida. A veces dice que “sí”, a veces que “no”, y a veces tenemos que esperar. Parece que Ana esperó muchos años antes que Dios le concedió su deseo de tener hijos, 1 Samuel 1:1 - 2:20. Él sabía cuándo era el tiempo apropiado, y Ana fue bendecida con hijos, aunque no tan pronto como quería.

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