Empero tú, habla lo
que conviene a la sana doctrina" (Tito 2:1).
¿QUE ES LA SANA
DOCTRINA?
Los hombres, por su propia cuenta, han dividido Las Escrituras en lo que llaman
FUNDAMENTAL y de RELATIVA IMPORTANCIA, sin la aprobación del Señor, pues no lo
hallamos en el Sagrado Volumen. Leemos en La Palabra que "TODA Escritura,
es inspirada divinamente y UTIL para enseñar, para redargüir, para corregir,
para instituir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfectamente
instruido..." (2ª Timoteo 3:16,17); "entendiendo primero esto, que
ninguna... Escritura es de particular interpretación" (2ª Pedro 1:20) y
que "Toda palabra de Dios es limpia" (Prov. 30:5). Todo esto nos
enseña que no hay Escrituras de relativo valor, sino, que La Biblia entera es
de suma importancia y en verdad constituye LA SANA DOCTRINA. Así lo comprendió
el apóstol cuando dijo: "no he rehuido de enseñaros TODO EL CONSEJO DE
DIOS" (Hechos 20:27).
Por lo tanto,
nosotros debemos aprender y estar convencidos de que en Las Escrituras nada
puede ser tratado con liviandad — todo es indispensable: "añadir" o
"quitar" nos expondrá a ser reprobados por el Señor y sufrir las
consecuencias de nuestro error.
La recomendación
hecha a Tito: "Empero tú, habla lo que conviene a la sana doctrina"
(2:1) debe ser apropiada por cada uno de nosotros con toda seriedad. Esto
significa que no debemos copiar lo que hacen otros, o lo que se hace en otras
partes, sino, ESCUDRIÑAR asidua, seria y reverentemente La Palabra,
preguntándonos: "¿Escrito está? ¿Cómo lees (Lucas 20:26) y, Mas, ¿entiendes
lo que lees? (Hechos 8:30).
¿ES POSIBLE APARTARNOS DE LA SANA DOCTRINA? Mencionaremos dos
maneras en que podemos apartarnos de la "sana doctrina", con gran
daño y peligro para nuestras almas:
1.
No estudiando La
Palabra,
es decir: olvidando la recomendación constante del Señor: "ocúpate en
leer", "Escudriñad Las Escrituras", "El libro de aquesta
ley nunca se apartará de tu boca: antes de día y de noche meditarás en
él". Estudiar incluye la meditación serena y concienzuda, tanto en
privado como públicamente cuando los hermanos están juntos: "Harás
congregar el pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros en tus
ciudades, para que oigan y aprendan y teman a Jehová".
2. Pretendiendo saber más de lo que está
escrito. "Toda palabra es purificada siete veces" (Salmo 12:6) y
no tenemos nada que agregar, nada que quitar, nada que perfeccionar. Cuán bueno
es el ejemplo de aquellos fieles siervos a los cuales el Espíritu Santo utilizó
para decir: "Para que en nosotros aprendáis a no saber más de lo que está
escrito" (1ª Corintios 4:6). Introducir innovaciones es peligroso y
condenado por La Palabra, porque esto significa "saber más de lo que está
escrito".
¿QUE RESULTARÁ DE APARTARNOS DE LA SANA DOCTRINA? El libro de Los
Jueces contiene un triste relato que ningún creyente debe pasar por alto, pues
allí Dios presenta la angustiosa vida, lucha y experiencia que tuvo Su pueblo
cuando se apartó de Sus caminos. ¿Cómo llegó a aquel estado? Los ancianos
¡DESCUIDARON LA ENSEÑANZA! Y como resultado "levantóse otra generación que
no conocía a Jehová, ni la obra que Él había hecho" y, debido a ello,
"Cada uno hacía lo que mejor le parecía".
Hermanos,
cuidemos, de nosotros mismos, ocupémonos de la doctrina, para que
esto no se repita en medio nuestro.
Pablo Boichenko.
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