domingo, 21 de febrero de 2021

EL CENTURIÓN DE CAPERNAUM

 


1)   Sus virtudes y su fe: Lucas 7:1-8.

2)   La ayuda del Señor: v. 9-11.

Explicación y enseñanza: El tema principal de la historia: la fe del centurión.

1)   El centurión (jefe de 100 hombres) era un dis­tinguido pagano que, como Cornelio, temía a Dios (Hechos 10:2). Amaba a sus siervos. A menudo, los esclavos eran tratados cruelmente, no tenían derechos y eran propiedad de su amo. En cambio, ¡cuán amable fue este centurión que intercedió a favor de su siervo enfermo! Tenía compasión y humildad. Envió a unos ancianos de los judíos, luego a sus amigos y, final­mente, él mismo se hizo presente (compárese con Mateo 8:5). El centurión amaba también a los israeli­tas, pese a su inferior condición; los amaba como pue­blo de Dios y les edificó una sinagoga. Los judíos respondieron a ese amor, aunque, por costumbre, odia­ban a los romanos. Es un hermoso testimonio de la generosidad del romano.

2)    El centurión tenía muchas virtudes, pero el siervo fue sanado sólo a causa de su fe y él mismo segu­ramente fue salvo (léase Marcos 11:24). ¡Cuán grande debió de ser su fe para que el Señor se maravillase de ella! El centurión no era un rabí ni un fariseo o escriba que esperaba al Mesías; era un pagano, pero humilde, y se inclinó ante Jesús, le honró y reconoció su grandeza y su poder. Dijo: "No soy digno de que entres bajo mi techo... di la palabra, y mi siervo será sano" (léase Salmo 107:20-22). Mediante la fe, el centurión fue hecho partícipe de las bendiciones del Hijo de Dios, mientras que Israel, que se vanagloriaba de su descen­dencia de Abraham, se excluía de las bendiciones en la tierra y en el cielo a causa de su incredulidad.

En todo tiempo, el camino hacia Dios permanece abierto a la fe (léase Juan 3:36; 10:16; Romanos 11:17-21).

E. Dónges y O. Kunze

Creced, 1997

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