No solamente los designios de Dios están
detrás de las circunstancias que suceden, sino que también Él mismo pone todo
en movimiento. Necesitamos aprender esto, dejarlo actuar y no pensar demasiado
en los movimientos de la actividad del hombre. Éstos cumplirán los propósitos
de Dios o serán reducidos a cenizas y desaparecerán. Sólo debemos hacer
tranquilamente la voluntad de Dios.
J.
N. Darby
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